Hay algo que se tiene que tener en cuenta para avanzar y nunca detenerse o retraerse a las trincheras, nadie avanza si en cada escollo, pereza, indecisión, apatía, ataque o fracaso cambiamos el rumbo o nos acobardamos por miedo a hacer lo que se debe hacer, por miedo a accionar desde la certeza de lo que somos. En estos años siempre he doblado y triplicado la apuesta, pues detenerse sería aceptar que el enemigo ganó la batalla, que fuimos conquistados por el conformismo, la apatía y la comodidad. Lamento que el colectivo de DDLA no actúe de igual forma, que no tenga la energía, decisión y voluntad que se espera y prefieran, como siempre, meterse en el oscuro hoyo del miedo para así mirar desde la seguridad de la cómoda apatía del burgués.
La energía de ignición es necesaria para iniciar cualquier octava entre la intención inicial y el propósito final, pero lo más importante, es cual es el objetivo de tal recorrido, tenerlo claro y nunca, pero nunca, desviarse del norte fijado. Hace unos días realice una prueba de intención sobre un proyecto grupal y los resultados fueron realmente pobres, pues si bien la intención de participar del colectivo era alta, la energía necesaria para el inicio de la octava fue paupérrima. Tenía más energía una flatulencia de mi abuela, que todo el colectivo de DDLA, pero, sobre todo, me sorprendió la falta de energía y compromiso de los implicados que esperaba se comprometieran con el proyecto, o por lo menos, que apoyaran las propuestas con acciones e ideas concretas. Realmente como diría Mario Santos, siempre es lo mismo y otra vez tomamos sopa de caracol.
Como no me conformo con fracasos o medias tintas y menos con sopa de caracol, he decidido triplicar la apuesta y organizar un encuentro de dragones de DDLA, el segundo encuentro en 11 años. Quien quiera participar y asistir que asista, y si nadie se suma, pues perfecto, lo realizaremos sin nadie, pero con la energía y pertenencia adecuada como lo hizo alguna vez Pavel García cuando dio su ponencia frente a una cámara absolutamente solo y sin público asistente alguno. ¡¡Eso si fue triplicar la puesta!! He aprendido mucho de un guerrero como Pavel, he aprendido que, ante la adversidad, ante los desafíos, ante lo inesperado que pudiera surgir, no hay que acojonarse nunca, siempre, pero siempre, se debe triplicar la apuesta, pero con la energía y accionar correcto, pues de otra manera el resultado final será un absoluto fracaso. Por esa sencilla razón somos los que somos, somos DDLA, somos Legión, somos Dragón y haremos historia, aunque seamos unos cuantos gatos locos y solo lo lean los perdedores de siempre.