Desde aquí saludo a la persona que dijo esta expresión tan sugerente y valida, y que quedó in saecula saeculorum: el mundo es un pañuelo. Hoy estamos aquí y mañana en el fin del mundo. Y a esto me pregunto: ¿Dónde está el fin del mundo? Pues yo creo que está en el mismo lugar en el que estemos, también creo que podría haber personas que discrepen de esta afirmación que les hago, ya que nuestra presencia en este mundo y ahora tan holistico ¡joder que palabrita me ha salido! No crean que me ha salido así porque si, la he mirado en el chivato de la Wikipedia globalizada en español. 

Estaba un servidor desayunando esta mañana del día 6 de este halagüeño mes de octubre de los Rafaeles y Rafaelas,  el día del Custodio de mi Córdoba insuperable y santificada por este arcángel. Cuando estaba sintonizando con espejo público, eran las once de la mañana. En ese apartado, Se platicaba sobre drogas y sexo sin límite, de fiestas grupales e incluso de enfermedades venéreas. También hablaron de fiestas clandestinas y escondidas de la juventud y de los que están viendo que esa pubescencia se les está acabando.       

Después de desayunar, mi señora y yo, nos fuimos a dar un paseo, siempre lo hacemos, bien el viernes o el sábado, estábamos entrando al museo de Julio Romero, donde me di bruces  un buen amigo médico, ginecólogo por más señas. Dando un paseíto y después de conversar de muchas cosas nos entretuvimos con una conversación que mantuvimos en varias ocasiones en nuestro trabajo. ¿Como te va, Carlos? ¿Sigues con la consulta? Le dije. Si, sigo con ella, me contestó. Salió la conversación de las enfermedades venéreas y de todas las enfermedades de ginecología. 

Ahora estoy con un trabajo clínico para un laboratorio, este trabajo lo estamos haciendo algunos compañeros más de otras ciudades españolas, en un total de 40 colegas en de toda España. Aquella charla me iba dejando frío, helado, atónito y fascinado de lo que estaba percibiendo de la voz de aquél gran ginecólogo y de enfermedades relacionadas con la obstetricia.

Voy a sintetizar, puesta que el trabajo no tenía desperdicio alguno, toda vez que, implicaba multitudes de preguntas con las siguientes interrogaciones que puede tener un trabajo clínico de esas envergaduras. El cuestionario se ensamblaba a diez preguntas. Yo las voy a numerar las cuatro más importantes. El trabajo era de enfermedades venéreas en la mujer.

  1. Está usted casada
  2. Con cuanta frecuencia se sube usted a un taxi, autobús, tren etc.etc. 
  3. Usa usted bragas o qué tipo de ellas.
  4. Con que frecuencia hace sexo. (Este trabajo era para todo tipo de hembras, todas estaban en el protocolo de enfermedades venéreas )

Hay algunas más, como he dicho antes, hay veces en los trabajos clínicos que algunas manifestaciones y preguntas son frecuentes, pero de mucha dificultad para algunas personas que les están haciendo un protocolo, aunque no todos tiene las mismas características y acoplamientos en las preguntas. Me seguía diciendo este amigo.

Fue en esos momentos cuando me acordé de la charla de Espejo Público. Donde hablaron de que en España han aumentado un 600% de enfermedades venéreas. A todo esto, las enfermedades de transmisión sexual, eróticas y de    todo tipo, han proliferado hasta extremos insospechados e impensados que se pudiera llegar a estos extremos. 

Este ginecólogo y medico de enfermedades venéreas me decía que, muchas de estas enfermedades de transmisión sexual, muchas de ellas son debidas a la mala educación en esta materia de la juventud e incluso en la gente mayor, por el predominio, digámoslo adultero por la falta de fidelidad, tanto de unos como de las otras, que de todo hay en la viña del Señor. Este contagio es de una rapidez grandiosa. Este ginecólogo me decía: Te quedarías asombrado de ver cuantas mujeres salen a la calle sin prendas íntimas y algunas, con bragas de culote, tangas brasileñas, las cuales abundan entre las hembras jóvenes. 

Las cervezas y el salmorejo iban dando su fin en uno de los bares del Alcázar   viejo. Recuerdo que me dijo estas palabras en forma de preguntas: Querido Medina: piensa: ¿no crees que sería plan de estudio ver lo asientos de los cines, autobuses y de algunos trenes e incluso de algunos departamentos nacionales donde solemos ir y esperar sentados grandes minutos? Cuya adherencia de esas posibles enfermedades venéreas ¿sean transmitidas además a personas, tanto en mujeres como en hombres? ¿Además de aseo, de vigilancia médica que muchas veces llegan tarde, inundando de múltiples contagios? 

Hay asientos en estos acostumbrados sitios que son inherentes e inseparables de que los sudores se queda en los asnitos, llegas y te acomodas y si en algunos de estos han echado humedades, donde los hombres que a veces en muchos de los casos, vamos con pantalones cortos podemos coger, gonorrea, sífilis, chancro etc. etc.  

Pues sí, querido Dr. Watson, podrías llevar razón. ¿O no? Dándole un abrazo y un beso a su querida señora, lo mismo que la reciprocidad de ellos hacia nosotros, me dijo: y, lo que nos queda por ver querido Medina. Yo le contesté: esto no lo arregla ni Moyano el latonero. Dicen que, el que no avisa es un traidor, Pues yo aviso y después digo, y lo que nos queda por ver.

 

1 Comentario

  1. Así es ,todos lo vemos…ingeniería social?,o pura ordinariez?,desde luego que se puede considerar delitos contra la salud pública…y al final van y se ponen una mascarilla!,sin bragas y con mascarilla,además de inoculadas con óxido de grafeno,cuánta decadencia.

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