Ya he comentado en infinidad de anteriores escritos, que mi padre era el que más refranes sabía. Uno de los primeros que me enseñó, fue aquel que dice “Es de bien nacidos, ser agradecido”. Este refrán se me viene a la cabeza cada vez que leo algo del escritor jiennense Juan Eslava, siempre preocupado en sus escritos por dignificar, agradecer, la memoria de todos aquellos que tanto han tenido que ver en la historia de España y de otros países.
Esta mañana me leía una entrevista que le hacían, por la actualidad que ofrece su última publicación “La Revolución Francesa para escépticos” dentro de un largo catalogo que tiene este autor, contando la historia de esta “manera”. En la misma, aportaba muchos e interesantes datos, unos más y otros menos conocidos, unos de contenido puramente anecdóticos, otros de relevancia para el futuro España, de aquel acontecimiento social que tuvo tanta trascendencia en el futuro como fue la Revolución Francesa.
Sin embargo, es la contestación que da una de las ultimas preguntas: ¿De los tres grandes conceptos de la Revolución Francesa -Libertad, Igualdad y Fraternidad- es quizás el último, el más irrealizable? A lo que contestó “La Fraternidad es un concepto absolutamente ingenuo. De hecho si la fraternidad funciona en Occidente, es porque hay agencias tributarias que te extirpan el dinero para dárselo a los que menos tienen. La Fraternidad se puede aplicar en la familia, en un pequeño grupo de gentes pero no se puede extender a la humanidad. En general las ideas puras son inaplicables” es lo que ha motivado este escrito.
Hace un par de años, en este mismo periódico; eldiestro.es, publique un artículo titulado El amor y otras cosas. Del mismo copio y pego: “Es curioso, hace pensar, que el amor solo esta, en los pequeños gestos, en la actitud que se ejercita de la forma más primaria, sencilla y humilde. En el momento en que esté trasciende a esferas superiores, acaba desapareciendo. No tengo muy claro lo que quiso decir Jesús de Nazaret, cuando dijo “será más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, a que un rico entre en el Reino de los Cielos”. Estoy casi seguro que algo tenía que ver con la pérdida de la sencillez, y en beneficio, del amor al dinero o al poder”.
Este párrafo, a mi modo de entender va en paralelo a lo que el señor Eslava ha querido decir, expresar, afirmar, en la contestación sobre la “Fraternidad” –Amor y fraternidad no están muy lejos- al afirmar que solo se da en pequeños círculos sociales –y aprovecho: Cuando Jesús de Nazaret vino al mundo, nos trajo y nos dejó un mensaje fundamental “Amaros los unos a los otros como yo os he amado”- Estoy cada vez más convencido que el problema del mundo de hoy, es “la falta de amor” y que “la solución del mundo, está en el Amor” Jesús lo dejo claro con aquella frase anteriormente expresada, que yo la entiendo de la siguiente manera “No vayas hasta donde es necesario prescindir del Amor”. “Todo lo que hagas, hazlo con Amor”
Para profundizar en el tema, me detendré en aquel señor que desde el más profundo ideal, sueño, vocación y con mucho amor se inició en un proyecto. En los primeros pasos del mismo y antes de evolucionar, todo lo hacía desde la vocación más absoluta. Cuando llegó la hora de ampliar ese proyecto y necesitó de algunas persona, esas personas, comenzaron a formar parte de ese proyecto, fueron tratadas de igual manera con el mayor amor; Es hecho sabido que en las pequeñas empresa, aunque cada vez menos, el dueño, el jefe, el empleador, mantiene una relacion cercana a la familiaridad con sus empleados, asiste generalmente a la boda de cada uno, a los bautizos de sus hijos, también a los entierros. Conforme va creciendo esa empresa ese emprendedor, ese jefe va alejándose más de sus empleados, llega el momento que el amor, el afecto a estos cambia por el amor al dinero y al poder…
Hay frases muy contundentes en este sentido; “Si lo haces con amor, está bien”, ”No se puede vivir sin amor, ni trabajar sin vocación”…