Un “Cuenta chistes” en la Moncloa

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Un hombre visita al médico y le habla de la terrible depresión que está sufriendo. El doctor le informa de que justo ese día ha llegado el circo a la ciudad con el gran payaso Tonelli. Así que le recomienda que vaya a verlo ya que la risa le servirá como terapia. El paciente le confiesa que él mismo es el payaso Tonelli.

Esta vieja anécdota refleja la dicotomía propia del oficio del payaso o clown, una profesión tan antigua como la vida misma. El payaso denostado en comuniones y fiestas de cumpleaños, usado como término peyorativo o ultrajado con la nueva moda de los payasos terroríficos actuales. 

El termino de payaso tiene dos acepciones, una que dice: “Artista de circo, generalmente vestido y maquillado de forma llamativa, que hace gestos y escenificaciones graciosos o grotescos y cuenta chistes para divertir y hacer reír al público”. La otra lo coteja con “persona que hace reír a los demás con sus bromas, ocurrencias, gestos o acciones”.

El payaso Josep “Pepe” Andreu i Lasserre, más conocido por su nombre artístico Charlie Rivel, fue un payaso, mimo, acróbata, trapecista y artista de circo español, ​​ considerado el más popular, universal y uno de los mejores payasos del mundo de su época. El antes mencionado Tonelli o el genial José Viyuela Castillo más conocido como Pepe Viyuela, es un actor, payaso, humorista, poeta y escritor español. ​​Estos sí que eran payasos de postín. 

Ahí hay un hombre que dice “ay”. Habría muchos payasos de estos que, en vez de hacer reír, hacen que hipamos de lo lindo, donde en bastante ocasión, decimos, al menos lo digo yo: basta, ¿qué he hecho yo para merecer esto? 

Le llaman el comandante, un hombre que antes de terminar el chiste se revuelve en la butaca o en el asiento en la que estaba sentado se echa a reír revolviéndose como un loco en el suelo. Sí, en el suelo. Dejando al chiste sin terminar. El otro día, por desgracia le vi en un programa de Canal Sur, con otro que se cree cuenta chistes o mejor dicho un payaso, uno que se cree que hace reír y deleitarse con esa gracia que nacen los grandes artistas. Los vi a los dos en el suelo a consecuencia de un chiste que como siempre no lo terminan como dije anteriormente.  Así estaría dejando por estos apenados cuenta chistes a esos hombres que existieron en los días de gloria trabajando y estudiando sus chistes y gestos para el recreo y diversión de sus hijos, en un espectáculo llamado el circo. Podría dar otros nombres, las de esos presentadores de TV, que hacen alardes de ser chistosos y ocurrentes, donde solo se atreven con noticias grotescas recibidas de antemano por agencias.

Hay mucho “cuenta chiste” en la Moncloa, pero hay uno que sobresale, a cuenta de los que tiene a su alrededor. Su aprendizaje lo ha puesto en valor por los imitadores a payasos, más quisieran estos haber sido aquellos profesionales del circo, donde a mayores y niños les hacía felices con sus gestos y graciosas y ocurrentes parodias. El  cuenta chistes de la Moncloa, no hace falta que se ponga el traje de clown para hacer reír al personal de este gran circo del mundo, afincado en España algunos años. 

España está llena de payasos, clones y bufones muy buenos, pero los hay que se llevan todos los trofeos, donde las palmadas no las reciben por la gracia, son solamente por la desgracia da ver a estos chistositos, payasitos del momento, donde gente están buscando la risa como sea. 

Lo que le ocurrió al gran Tonelli, le podría pasar a estos parecidos y semejantes aprendices de circo barato. Hace mucho tiempo, vi un cartel que decía: Feliz día internacional del PAYASO. Debajo de este enunciado había un bombín negro y una cara pintado de blanco con una esclavina roja con círculos en blanco, debajo de aquel cartel decía: Porque no es aquél que da risa, si no el que genera una sonrisa. Estos nuevos imitadores solo buscan en términos peyorativos insultar a aquellos payasos con la nueva ola de los payasos terroríficos actuales.