Contra máscaras y vacunas no es un titular para el espectáculo oportuno. No es oportunista. Funambulismo para legos. El poema no es un circo. Y el lector mientras lee, mucho menos. ¿Habrá en el mundo un espectáculo más grandioso, por discreto, que sorprender a una persona presa en la prosa o el verso? El libro que apresa, libra. Nos salva por momentos. Después dependemos de lo leído. Lo leído no está libre del infierno. De un infierno, pongo por caso, como el de la máscara y la vacuna. ¿No se ha perseguido o se persigue al no vacunado como si fuera un diablo apocalíptico?
En Galicia, Feijoo (el más globalista del PP) quiso imponer la vacuna. El Constitucional se lo impidió.
Abascal (el más antiglobalista de VOX), acosado, por ser cargo público, se negó a dar ejemplo, a ser ejemplar, a confesar si se vacunó o no. El ejemplismo fue teología medieval. Teología excelente. Pero convertida en dogma viola, como el tirano que propició la muerte de Antígona – personaje también público -, un derecho tan natural como, por ejemplo, enterrar a los muertos o no exponer el propio cuerpo. La responsabilidad con dogma es un timo mesiánico, la heurística del temor asociada a la técnica que ampara al periodismo pandillero del sistema.
La distinción dialéctica entre ética y moral, entre individuo y ciudad (”politeia”) no es fácil, pero los Media, para sortear la voz del Amo, temen aplicar la “sofrosine”, la prudencia. Sin Abascal se vive mejor.
Entre mascarillas y vacunas es inevitable acordarse del virólogo, Premio Nobel francés Luc Montagner (1932-2022): “las nuevas variantes son el producto y resultado de la vacunación…”. Entiéndase también el siguiente poema como variante.
CONTRA MÁSCARAS Y VACUNAS
Para dejar de ser un nazareno
pidamos permiso a la oficina,
al timbre, a la firma, al visto bueno,
al bostezo seguro y la rutina.
Pidamos que la mar y el verano,
se nos dicten por vía de decreto,
con tinta tutelar no será vano
dejar el corazón un poco suelto.
Pongamos mascarillas en el alma,
una venda evidente en la herida,
la bata blanca inyecte tanta calma,
que la muerte se parezca a la vida.
Probada ya en la vaca la vacuna,
el síntoma lo brame el telediario,
la dosis multiplique la fortuna:
la industria del efecto secundario.
Los funcionarios de la ética y la ira
observen con rigor el protocolo:
entuben sin reparo a quien respira,
a quien tosa terror trémulo y solo.
Por España, el pólipo perenne
se extienda como una filantropía:
cada lengua de Babel sea solemne,
al imbécil dadle categoría.
Ocultad la cabeza con los cuellos,
las manos acompasen la batuta,
la verdad sea oficial como los sellos,
al poeta compradlo como a la puta.
Estamos viviendo en una distopía, aún hoy en día hay algún subnormal que lleva bozal y alguno hasta dos o tres, no se dan cuenta que si llevan la boca y nariz tapadas no pueden respirar con normalidad y se vuelven a tragar la mierda que tenían que expulsar y les va a destrozar los pulmones. A ver si alguien me puede contestar, quien a visto a Bill Gates, António Guterres o al criminal Klaus Schwab con bozal?, yo nunca a visto a estos criminales con bozales.
No, es peor que eso. A muchos de los que he visto con bozal lo llevan por debajo de la nariz 😀
Brillante…