Imagina una cámara de frío con las puertas entreabiertas, revelando un interior con hielo acumulado en las paredes y las estanterías. Los estantes que deberían estar organizados, con los productos ordenaditos encima, están desordenados y/o cubiertos de escarcha. O repletos de una cantidad de producto que hasta alguien que no sabe nada de refrigeración va a considerar excesiva para un espacio que tiene que tener una temperatura concreta. Puedes tal vez observar, también, una luz parpadeante en el techo, indicando un fallo eléctrico que no ha sido reparado. El termómetro en la pared muestra una temperatura más alta de lo normal y el indicador de humedad está en niveles inusualmente altos. En un rincón, hay una pequeña acumulación de agua debido a una posible fuga en el sistema de refrigeración. El sistema de refrigeración mismo podría estar emitiendo un ruido inusual o incluso estar completamente apagado.

Esta imagen puede ser exagerada, pero representa un montón de problemas habituales de una cámara de frío que no está funcionando correctamente y necesita atención inmediata para su reparación y mantenimiento. Porque es muy importante llevar a cabo un mantenimiento regular en las cámaras de frío para evitar que se llegue a esta situación de avería. 

Cómo hacer las cosas bien en este tema de la conservación de alimentos y otras mercaderías

Y para evitar esta pesadilla tan común hoy hablamos con Albert, experto en cámaras de frío en Valencia, sobre cómo hacer las cosas bien en este tema de la conservación de alimentos y otras mercaderías, pero también vamos a comentar algunos casos en que no le hicieron mucho caso y terminó habiendo algunas chapuzas. Errores de los clientes que pueden salir caros para estas personas que encargan estas cámaras de frío, las cuales han de ser siempre hechas a medida según el uso que vamos a hacer de ellas. 

Son historias que a todos nos pueden haber pasado o, si no, siempre conocemos a alguien que definitivamente le ha sucedido en alguna instalación. Porque es una tentación el poder ahorrarse cuatro duros por aquí y otros cuatro por allá, pero otra cosa es que al final vayamos a ahorrar tanto o nos vaya a salir muy caro ese supuesto ahorro. Y hay veces que no merece la pena y, sobre todo, si nos avisa antes alguien que entiende del tema y que puede prever las consecuencias de una mala decisión.

La historia del bodeguero que quiso ahorrarse mil euros en el presupuesto de refrigeración de sus productos en Valencia 

Pero al final palmó más de 4.000, por no haber elegido bien el presupuesto que más le convenía para su caso concreto. Éste es el caso que nos ocupa ahora y que os queremos contar para que veáis un error que puede ser típico en este mundo de las instalaciones, como nos cuenta el propio Albert, del equipo de Alem de cámaras frigoríficas en Valencia y otras localizaciones.

Esto ocurrió hace dos años. Resulta que era una persona que almacenaba productos alimenticios de aperitivo, algunos de ellos con vinagre, en una temperatura que no puede ser diferente a la que exige este tipo de conservaciones. Y también, por si fuera poco, resulta que se trata de productos que por sus características pueden perjudicar algunos mecanismos de las cámaras de conservación, como son los evaporadores, y fue advertido de ello por nosotros y se le hizo un presupuesto en consecuencia. Previendo estas cosas técnicas que he comentado. Sin embargo, una diferencia de mil euros fue lo que motivó a este señor a tomar una decisión equivocada y decidirse por otro presupuesto que al final le salió rana. Porque tuvo que volver a llamarnos por una fuga y acudimos con urgencia a intentar solucionar su problema. Y lo primero que nos encontramos cuando nos llamó de nuevo, al cabo de un par de años, es que había averías importantes en la instalación y sólo el malgasto de líquido refrigerante ya suponía una pérdida económica de unos mil quinientos euros.

Como ya le habíamos dicho a este señor, en su día, hay mercancías que contienen vinagre y esto afecta a ciertas partes de nuestra cámara. El evaporador, al cabo del tiempo, debe recibir un tratamiento de tipo esmalte para evitar que se pique por la fuerte exposición a estos productos alimenticios. Y si al líquido refrigerante desperdiciado le sumamos estas piezas que se habían averiado, por no hacernos caso, estaríamos hablando ya de unos 4.000 euros de malgasto extra, digamos, por no haber decidido correctamente en su día y haber instalado una cámara de frío más profesional y personalizada con nosotros. Las vitrinas no bajaban de temperatura y estuvimos buscando las fugas posibles hasta que dimos con el problema del evaporador.

Tenemos que escuchar a los profesionales y no mirar tanto esas diferencias de cantidades que no son significativas

La doble moraleja que yo sacaría de esta historia es que tenemos que escuchar a los profesionales y no mirar tanto posibles diferencias de cantidades que al final no son tan significativas. Porque mil euros en un presupuesto de éstos pueden suponer nada comparados con las posibles pérdidas de energía por un mal aislamiento, por sobrecosto debido a piezas dañadas o de mala calidad o incluso por el resultado de lotes de mercancías perdidos.

Cada instalación es diferente y necesita una atención personalizada. Algunas instalaciones necesitan un evaporador con tratamiento, otras van con evaporador con tiro forzado y también las hay que piden de otros tipos. Por ejemplo, algunas carnicerías utilizan vaporizadores estáticos, que no requieren de ventiladores, ya que la carne se conserva con mucha humedad y poco viento. Pues de lo contrario se seca la carne. Es por ello que, según las recetas de los productos y el tipo de mercancía que es, se necesita una solución para conservar bien u otra.

Algunas veces, el cliente te da datos falsos para ahorrar en su instalación

Normalmente, el cliente sabe lo que se trae entre manos y confía en ti y te proporciona lo necesario para trabajar. Tanto por la aceptación del presupuesto que les pasamos como a la hora de darte la información precisa de sus necesidades de conservación. Pero también aquí ocurre que, por ahorrar en lo que no debemos, nos podemos encontrar en problemas gordos. Porque nos dicen datos incorrectos que afectan al diseño de sus cámaras, pero es que si les preguntamos es por algo. Es para poder personalizar mejor sus instalaciones y que les puedan funcionar, pero mira lo que nos pasó hace un tiempo cuando yo mismo hablaba con un cliente:

  • ¿Cuánto género vas a meter en la cámara?
  • Nada, poco. Voy a ocupar un cuarto o tercio de la cámara como mucho. Nada más.
  • OK. ¿Entra mucha gente con asiduidad en la cámara, para meter o sacar género o lo que sea?
  • No, tampoco. A lo mejor una vez al día para coger algo o hacer una descarga, pero no para nada más.
  • Otra cosa importante: ¿el producto que llega viene previamente congelado o es fresco y lo congeláis aquí?
  • Es todo producto congelado lo que nos viene.

Si tu cámara de frío no funciona puede ser porque no está preparada para el uso que haces de ella

En realidad, todo esto no era para nada exacto y la cámara no fue realizada según esas necesidades reales que nosotros, simples frigoristas, no conocemos de las tiendas o fábricas donde trabajamos. Y así es que al cabo del tiempo me llamaron:

  • Oye, amigo, que esto no funciona. ¿Puedes venir?
  • Sí, ahora vamos y miramos a ver qué pasa.

Vas para allá y te encuentras con que la cámara está a tope, a reventar, con estanterías y pasillos repletos de género por todas partes. Y los miembros del personal que están entrando y saliendo todo el tiempo. Docenas de entradas y salidas cada día que afectan a la temperatura interior y distorsionan el cálculo inicial que hicimos. Y, por si fuera poco, resulta que están congelando producto fresco y la instalación no ha sido pensada para eso, luego esto también afecta al resultado final de las prestaciones. Y no tienes más remedio que decírselo al cliente:

  • Este producto que tiene usted aquí no es congelado, sino que lo han elaborado aquí y luego lo han metido en la cámara, ¿no es cierto?
  • Sí, claro. ¿Dónde lo vamos a poner si no?
  • Claro, sí, pero si usted necesita congela producto fresco hace falta un comprensor cinco veces más potente. Y esta cámara no ha sido diseñada para ser llenada a tope. Por eso le pregunté estas cosas, ¿se acuerda? Pero no me digan que es culpa mía que la cámara no funcione si no me han dado datos correctos. Claro que no va a funcionar. Porque nosotros calculamos todo en función a los parámetros de uso que los clientes hacéis de la cámara.

Espero que estas experiencias sirvan a la gente que busca cámaras frigoríficas en Valencia y otros lugares

Todo esto son cosas que no suelen suceder, pues no es lógico querer ahorrar en todo a costa de decirnos mal los datos a los técnicos. Eso es como no decirle la verdad al médico: ¿cómo podemos trabajar así? Afortunadamente, sin embargo, los clientes normalmente entienden la importancia de aportar la información correcta y podemos hacer unas cámaras frigoríficas con un mantenimiento muy escaso y económico. Porque actuar de otra manera es ir en contra de nosotros mismos y al final no vamos a ahorrar. Y a los técnicos tampoco nos parece bien tener que volver a un sitio y pasar por la experiencia poco agradable de que el cliente tiene que gastarse más dinero, al final, y pasar por dificultades cuando hemos podido trabajar todos bien desde el principio. En fin, espero que estas experiencias puedan servir a la gente que esté buscando cámaras frigoríficas en Valencia o donde sea, ya que nosotros trabajamos por todas partes.

Así es. Hace poco me contabas tus aventuras, incluso, con la instalación de cámaras de frío en África. Una experiencia muy interesante, ya que estamos hablando de obras complicadas como una fábrica de pesado que hicisteis completa desde cero.

En ese caso, como te decía, el mayor desafío era la logística: contar con que no vas a poder encontrar muchos repuestos, piezas y hasta herramientas y cosas que aquí son demasiado comunes, pero a lo mejor estás en un país en el que la ferretería más próxima está a muchos kilómetros de distancia. Por lo tanto, tienes que planificarlo todo con esa previsión de que tal vez no encuentres allí muchos elementos necesarios para tu trabajo. Como parte positiva, por otro lado, la gente de África es muy servicial y está deseando ayudar y trabajar bien, lo que se agradece mucho, por más que falte bastante especialización en la formación del personal.

Una cámara de frío que hicisteis 24 horas en Suiza en 

En la otra cara de la moneda, una cámara de frío que hicisteis en Suiza la pudisteis acabar en 24 horas. Un tiempo récord para una instalación que no es nada fácil nunca.

Sí, nada es fácil, pero en este caso sí contábamos con la logística de un país más avanzado, si bien todo es más caro allí. Pero el cliente tenía prisa en tener su instalación completada y le demostramos que podía ser así, pues llevamos todo el material y a los técnicos que necesitábamos y todo estuvo listo en ese periodo récord.

Gracias, Albert, por compartir con nosotros estas experiencias tan útiles, sobre todo, para las personas que tengan entre manos la posible creación de estas instalaciones y su correcto mantenimiento.

Gracias a vosotros y a los lectores por el interés y hasta pronto.