Nunca segundas partes fueron buenas

SÍGUENOS EN TELEGRAM

Sin querer me he visto escribiendo este borroneado escrito después de haber caído en mis manos, cuando le daba a la tecla de mi ordenador o computadora – ahora se le llama, máquina electrónica digital programable -. La ciencia lo mismo que va en acrecentándose y mejorando sus cualidades, cambian de dogmatismos con nombres como si se tratara de la noche a la mañana.

Lo leído me ha dejado un poco sumiso en saber y no saber lo que estaba leyendo, es más, me he resistido a escribir sobre ello, ya que soy un hombre fiel a un concepto definitivo, en una palabra, por mucho que el mundo cambie y estemos metidos en este remolino huracanado que nos atrae la vida, con sus vericuetos y desniveles que nos pudiéramos tropezar, algunos veces errados por uno mismo, en esta vida tenemos que tener valores y autoestima como primeros ordenamiento  para llevar una vida en pareja. 

Con la infidelidad-adulterio- nos asustamos de lo lindo, ya que, en la mayoría de las personas en nuestra mente se asocia a infidelidad sexual. Pues bien, no es así, ya que esta definición la dice muy clara el psicólogo catalán Antoni Boliches que dice:“la tecnología y los cambios sociales han vuelto más compleja la realidad de la pareja, debemos hablar en algunos casos de “infidelidad cibernética” y en otros de “enamoramiento alternativo”. Dicho enamoramiento podría ser “incluso más pernicioso que una infidelidad sexual”, puesto que la persona que, por respeto a su pareja, se priva de mantener relaciones con el objeto de su deseo, convierte automáticamente ese deseo en idealización y esa frustración en aversión hacia su cónyuge”

Nunca segundas partes fueron buenas, este dicho queda anticuado, posiblemente hay personas que difieran de este adagio, bien es verdad   como se puede ver, hay un estudio que revela que las personas casadas que son infieles no se arrepienten del engaño. “Esto lo dice un informe de la Universidad Johns Hopkins muestra que “las calificaciones de satisfacción, sexual y emocional, con las aventuras fueron altas” a todo esto me refiero lo que debe sentir un hombre o una mujer cuando se conoce en la puesta de escena de los cuernos, ¿Cuál de los dos, me pregunto, tiene la culpa de este hecho?  Uno de los principales motivos que impulsa al hombre a cometer una infidelidad es el deseo sexual, lo mismo que a las hembras, es decir, el atractivo hacía la otra persona. Esto significa que en muchos casos no existe una gran inversión emocional, se trata simplemente de una aventura que no rebasa el plano físico. Los encuestados, generalmente hombres y de mediana edad, informaron altos niveles de amor por sus parejas, pero bajos niveles de satisfacción sexual.

Estoy seguro que, muchas veces hemos oído frases sobre el adulterio o poner   los cuernos a muchas personas, inclusive se puede ver en las películas estas expresiones: mi matrimonio era un fracaso, vida mía me encontraba muy solo, quería experimentar cosas nuevas, la relación estaba muerta, o la frase socorrida, de mucho amor y poco sexo y un sin fin de frases que pudiéramos   señalar.

Bien es verdad, los que tenemos infinidad de amigos, nos enteramos que, hay matrimonios que el adulterio dentro del matrimonio se auto inculpan unos a otros, diciendo que, no encuentran satisfactorias las relaciones sexuales, esto les hacen creer que el engaño no perjudicó sus matrimonios. Bien es verdad que esto más o menos se dijo en un informe de la universidad Johns Hopkins diciendo que,  las personas que son infieles dentro del matrimonio pueden cargar con una gran culpa moral y que puedan arrepentirse, sin embargo, las personas casadas que tienen aventuras las encuentran muy satisfactorias, expresan poco remordimiento y creen que el engaño no perjudicó sus matrimonios, por lo demás saludables, según revela un nuevo informe sobre la psicología de la infidelidad realizado por la Universidad Johns Hopkins. 

Hay que partir, al menos yo lo cero así que, no siempre los grados sexuales, si se pudieran cotejar por categorías, son distintos, al menos de las mismas maneras, en este caso de los ingleses, en nuestra España hay en esto mucha más, creo yo, diferencia, el clima y las costumbres de salir de noche nos diferencian de los demás países, por ello, aquí estas explicaciones no valen; nuestros hábitos y prácticas sexuales don diferentes, esto no quiere decir que, estemos más anticuados, es nuestra moral  y la naturaleza hispana la que no hace ser más rígidos, más duros en “aceptar” las promiscuidades, tanto de unos y de las otras.         

Aquí viene ahora la madre del cordero, que existió antes, al huevo o la gallina. Aquí tenemos dos palabros que he enunciado antes, Valores y autoestima son dos axiomas que siempre debe tener el ser humano, incluso para su grandeza y para su propio egoísmo. Hay que creer que, el amor es realmente un hábito que se va conformando y accediendo en la parte sexual, esto es verdad y no hay nada ni nadie que cambie, estos dos conceptos se unen y se recompensan por si solos. En esto hay muchas calificaciones y cálculos de unos y de otros. Sin embargo, hay una frase del Quijote que se pronuncia en estos términos: “La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño ya es demasiado tarde”. O lo que es lo mismo, gracias a Dios que no se enteran, ¿que pasaría, dormir con este ensueño?  Yo le añadiría que, cada cual arrime la ascua a su sardina. ¿Me entienden verdad? Pues eso.