No soy socialista, pues nunca he creído en la igualdad de resultados, pero sí social, pues creo en la igualdad de oportunidades.

Y estoy estupefacto, ante la conversión del antiguo PSOE en el partido sanchista, donde Pedro Sánchez hace y deshace a su antojo, convencido de que el partido es suyo, y puede hacer lo que le dé la gana…

Van directos al desastre, el próximo  23 de julio, si Satán no lo remedia, pero parece que a él  le da exactamente igual.

No ha debido leer a don Eugenio D´Ors, cuando decía que “los experimentos, con gaseosa”.

Miles y miles de cuadros se verán abocados al paro el 24 de julio, pero por lo visto no les preocupa, ya que nadie le planta cara, ni dice nada, salvo en voz baja, o algún jubilado, como Alfonso Guerra, que ya no tiene nada que ganar o perder, y que, además, mientras estaba en activo, nunca tuvo el valor de votar en contra de lo que ordenaba el partido: expropiación de Rumasa, que fue el comienzo de la desaparición del estado de derecho, estatuto separatista de Cataluña, etc.

Hoy, mientras desayunaba, leo en la prensa de papel que “la partida” de Pedro Sánchez le ha dado una patada en la entrepierna al PSOE aragonés, imponiendo candidatos a su gusto: la presuntamente corrupta Sumelzo, y algunos otros. La sombra de Forestalia y de los “negocios” familiares de la familia Sumelzo, es alargada… ¿Financiación del partido sanchista, o, simplemente, íntima amistad personal?

Pues si en algo se ha caracterizado Sánchez es en su costumbre de hacer de la prevaricación su forma “normal” de actuar: cómo eres amigo mío, te hago director general, e incluso ministro, si hace falta, etc.

Ha colocado en los primeros puestos para el Congreso a la práctica totalidad de sus ministros, secretarios de estado, directores generales más afines, asesores y hasta algún mamporrero, dejando, de paso, en el paro, a los candidatos autonómicos y provinciales, que llevan cinco años dando la cara, trabajando por el partido, e intentando explicar al  electorado su inexplicable “gestión”.

Como ya he dicho al principio, no simpatizo con el PSOE, por lo que no me preocupo por su incierto resultado electoral el 23 de julio, pero parece obvio que Sánchez les lleva al matadero…, y le da igual.

¿Con qué interés van a seguir trabajando por el partido, en la dura campaña electoral que se avecina, cuando ven que están siendo totalmente ninguneado por su secretario general, pero que actúa como si el partido fuera de su propiedad…?

En fin, señores, disfruten  de lo votado, y que les aproveche.

 

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Ramiro GRAU MORANCHO es Graduado Social (Premio Extraordinario), Licenciado en Ciencias del Trabajo y Abogado. Profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, Derecho Penal y Administrativo, en varias Universidades, Públicas y Privadas. Ha publicado treinta libros sobre temas jurídicos y sociales, y miles de artículos en prensa, diarios jurídicos y revistas especializadas. Tiene un blog, titulado Navegando Contracorriente, y sus libros se venden en www.graueditores.com Es Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España.

4 Comentarios

  1. Si se cree el más guapo de la sauna gay de las saunas gays de su suegro -prostibulos encubiertos-, y le gusta que le adulen, y le digan que es el más guapo (y él se lo cree), ¿de qué se queja…?
    Ha recibido lo que se merece: el desprecio de los españoles de bien, honrados y cabales.

  2. Sánchez se ha rodeado de pelotas y aduladores…, y ahora ve, con sorpresa, que la realidad no es como se la han pintado…
    ¡Pues que se joda!
    No me da ninguna pena.

  3. Sanchez no podría haber hecho nada sin el gremio de la toga y el sanitario.
    No es Sanchez es el Estado.
    Los funcionarios del Estado.

  4. Sánchez es un cabrón, pero un cabrón muy listo, y al colocar a su equipo en las listas electorales, se asegura su “fidelidad” perruna, a partir del 24 de julio, pues los perros nunca muerden la mano que les da de comer.
    Así de claro.
    Además, “socializa” el fracaso, pues dirá que la culpa no es sóslo suya, sino de todos…

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