La ONU, los organismos internacionales y el fascismo

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Haciendo un poco de historia introductoria, cuando finalizaron las guerras napoleónicas, durane del Congreso de Viena de 1815, financiado por la familia Rotshchild, de decidió el nuevo orden europeo, del que Moscú se salió, siendo castigado un siglo después con la primera guerra mundial, el asesinato premeditado de los Ramonov y la instauración del régimen comunista. Esta guerra, que acabó en 1918, fue oficialmente cerrada con el Tratado de Versalles, dirigido, oh sorpresa, por los mismos Rotshchild. El 10 de enero de 1920 se crea la Sociedad de Naciones, precursora de la ONU, el 24 de octubre de 1945. Mucha casualidad que ambas organizaciones se crearan con tanta premura tras dos contiendas mundiales y con las mismas narizotas husmeando que se olía para seguir sacando tajada a la situación, después de asesinar a millones de personas. No nos engañemos; la ONU es un organismo privado, financiado por las élites oscuras y satánicas y eso es lo que este artículo pretende demostrar gracias a un documento que ha llegado a mis manos.

La Comisión internacional de Juristas, compuesta por Meghnan Abraham, Richard Elliot, Mónica Arango Olaya, Fanny Gómez-Lugo, Catalina Botero, Luisa Cabal, Edwin Cameron, Silvia Cartwright, Marcus D. Dubber y otros más, elaboraron un documento titulado “Principios del  de marzo por los derechos humanos basados en la descripción de  conductas que afectan a   la conducta sexual, la reproducción, el uso de drogas, el sida

Este documento, dirigido a legisladores, autoridades con poderes legislativos delegados, jueces y magistrados, abogados y tribunales de justicia, se ampara en una serie de inocentes principios:  el de legalidad señala que nadie puede ser acusado por acción u omisión que constituya delito, el del daño alude a los derechos fundamentales y libertades de otras otros, intereses públicos, seguridad nacional, orden público, moral y salud pública; el principio de discriminación incluye como argumentos la edad, el sexo, los rasgos sexuales, el género, la orientación sexual, la identidad de género, la expresión de género, la expresión de género, raza, origen nacional, social o color de piel, nacionalidad, etnicidad, incapacidad, estado migratorio, propiedad, idioma, creencia, religión, opinión pública, dependencia a drogas, etc… Los temas que han de ser regulados de otro modo son: salud y derechos reproductivos y sexuales, el aborto, actividades sexuales consensuadas, homosexuales, extramaritales, de menores de ead, sida, uso de drogas y pobreza.

Haciendo un análisis preliminar de este documento, todo apunta a la creación de una sociedad completamente distópica y empobrecida con elevado nivel de desigualdad que la ley intentará compensar, no se sabe si con cinismo o crueldad. La natalidad queda prácticamente desprotegida en este párrafo: “Nadie puede ser acusado por desarrollar sus derechos sexuales. Nadie puede ser acusado de desarrollar acciones que se vayan en contra del propio embarazo por consumo de alcohol, drogas, contraer el sida o transmitirlo al feto, evitándose la coacción en tales personas”. Pero más preocupante es el siguiente: “Los padres, guardianes y cuidadores de otras personas, incluyendo a personas con discapacidad, asistencia para el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos no podrán ser enjuiciados salvo que empleen la coacción, la fuerza, el fraude (o engaño) o exista falta de libertad en las decisiones del niño”. El delito de homofobia y transfobia de los padres, en otras palabras…

Dedica también un apartado especial al consentimiento, al estilo de Irene Montero: “La conducta sexual consensuada, con independencia de la actividad sexual, el sexo, el género, la orientación sexual, la identidad de género, la expresión del mismo (…) no puede ser criminalizada. El sexo consensuado, tanto en las diferentes relaciones acordadas (…) entre trans, no binarios y otros géneros no serán objeto de denuncia”. ¿Qué se desprende de esta salvajada? La pederastia y poner el consentimiento por encima del daño provocado, especialmente en menores de edad, punto que viene después. En este sentido, “cualquier mínima edad prescrita de consentimiento para el sexo debe ser aplicado de manera no discriminatoria. La conducta sexual (…) ha de estar consensuada. En este contexto el énfasis ha de recaer en los derechos  y capacidad de personas menores de 18 años para tomar decisiones sobre compromisos en conductas sexuales consensuadas, dentro del contexto en el que aquéllas les afecta”.

Por supuesto que el aborto y la prostitución quedan como actos permitidos, que en ningún caso han de ser perseguidos. El asunto de la pobreza es muy llamativo al declarar como conductas no punibles el ejercicio de la economía sumergida (que no paga impuestos), el desarrollo  de la vida a través de la indigencia en la vía pública, el uso de cualesquiera forma de subsistencia, como puede ser ocupar una vivienda que es propiedad privada, tal como señala el reciente anteproyecto del derecho a la vivienda, aprobado por el Congreso de Diputados, con la colaboración de Podemos, Más país, ERC o EH Bildu, en la misma línea, ninguna casualidad. Con el fin de no discriminar a una persona por carecer de medios, el que disponga de ellos ha de compartirlos porque se trata de sujetos vulnerables. Una interpretación ampliada de este principio supone el fin de la propiedad privada y el uso  y abuso de la irresponsabilidad gracias a la igualdad de derechos y oportunidades, todo un absurdo teniendo en cuenta que el esfuerzo ya no existe y todo va a salir gratis. Una visión tan distópica como absurda de la realidad. Llevar al límite el principio de no discrimnación ut supra descrito, supone que cualquier persona que se sienta fuera de la sociedad y sus reglas podrá denunciar como miembro de grupo vulnerable, que el Estado habrá de proteger. El fin  de estas políticas no es crear una sociedad justa, sino un sistema en el que reine el caos y la desigualdad que llevará al conflicto entre los seres humanos, tal como se describiría en el pensamiento del masón o del satánico como forma de tener controlada a la sociedad, sin recursos para su evolución adecuada y de acuerdo con sus necesidad. En otras palabras, la esclavitud instaurada de manera oficial, bajo la imagen de unos legisladores angelicales que protegen a los más desgraciados y menos oportunidades tuvieron (sin tener en cuenta si hicieron algo para tener el premio).

Todos estos organismos asociados a la ONU tienen esta línea ideológica, que se observa claramente en este documento. Los gobiernos, y el español, como no podía ser de otro modo, sigue estos dictados al pie de la letra. Una organización mundial que desea instaurar una dictadura global, bajo el paradigma de intereses políticos e ideológicos que los ciudadanos habrán de obedecer sí o sí, porque la pobreza les hará dependen completamente del Estado como ente pseudo-religioso, bajo el mandato del satanismo, de las pandemias que están por venir (ya he escrito sobre las nuevas medidas de la OMS del año pasado) y la lenta instauración de legislaciones que son un copia y pega de lo que ordenan quienes desean esclavizar al mundo.

Hay que salirse de los organismos internacionales, la ONU, la OTAN, la UE, la Unicef y demás monstruosidades que nos han hecho creer que son salvadoras y protectoras de los derechos humanos, en un ejercicio de demagogia, coacción, mentira y crimen soterrado como nunca la humanidad ha vivido desde su existencia. Los seres humanos merecemos ser libres y auto organizarnos sin injerencias ideológicas no ya fascistoides, sino sacadas de la mente del mismo Satanás.