Los manipuladores que ostentan el poder siempre se han aprovechado de las buenas intenciones de los ciudadanos y de sus miedos –al futuro, a los colapsos financieros, al terrorismo, a las pandemias, a la guerra, al cambio climático o incluso a los extraterrestres— para justificar proyectos económicos, políticos o militares, que nada tienen que ver con lo que pretenden vender en sus discursos floridos y sí con fines aviesos inconfesables contra la humanidad.

En nuestros días, el clima se ha convertido en un asunto transversal de adoctrinamiento; un tema prioritario con el que se manipula a los ciudadanos de manera cuasi patológica. Vender una mentira requiere esfuerzos desmedidos, y en eso están. Pero la obsesión por el cambio climático –y su culpabilidad a los humanos— no surgió de la noche a la mañana. No se hablaba de ello a las claras, pero se estaba realizando una labor de zapa en las cloacas de los estados. En las últimas décadas, todo lo referente al clima y al medio ambiente ha sido utilizado con fines políticos por los mandatarios de los países más hegemónicos del mundo: Richard Nixon, Henry Kissinger, Margaret Thatcher, Jacques Chirac, Barack Obama o Nicolas Sarkozy, de los cuales, en mayor o menor medida, han hecho seguidismo los distintos gobernantes del mundo. Sin embargo –nos referimos a los grandes—ninguno de ellos creyó nunca que la acción humana fuera la causa de la modificación del clima. Es decir, mintieron desde el principio.

De manera general –antes y ahora—, son los think tanks y gabinetes políticos los encargados de elaborar estrategias, con vistas a implementar medidas o ideas que les favorezcan; pero también suelen utilizar las iniciativas de los ciudadanos bienintencionados, que debidamente procesadas y aderezadas las vampirizan para sus propios fines. Suele ocurrir con las asociaciones de todo tipo, ONG y otros grupos creados para el bien, que acaban siendo comprados y prostituidos por los políticos de turno. Ocurre en cualquier ámbito de interés humano, y el clima no es una excepción. Veamos esquemáticamente  el inicio de esta estrategia  climática:

En 1969, un pacifista lanza la idea de instaurar el Día de la Tierra. La idea es muy bien recibida por el entonces presidente de la ONU, U-Thant, pero esto no alcanza ninguna relevancia política. Por aquellos días, los pacifistas estaban muy sensibilizados contra la guerra de Vietnam. Es entonces cuando un senador demócrata de Wisconsin decide aprovechar la idea con el fin de dar un giro a las protestas y focalizar el descontento de los opositores a la guerra, hacia la lucha por el clima. Con un bello discurso los exhorta a declarar la guerra por el medio ambiente. Es así como se establece que el 22 de abril, coincidiendo con el equinoccio de primavera, será el Día de la Tierra. En la primera convocatoria, millones de personas se manifestaron en diferentes ciudades pidiendo medidas para luchar contra el deterioro de Gaia. Los soldados seguían muriendo en Vietnam, pero el foco se había hábilmente desplazado hacia otro punto. Sin los manifestantes saberlo, habían sido utilizados para dar el giro de 180 grados que convenía al sistema. La ecología se adueñaba del lugar ocupado hasta entonces por el pacifismo y el tercermundismo.

Para la Casa Blanca fue un éxito inesperado y casi de regalo. La ecología pasó a ser una prioridad estadounidense; con ello se frenaba el sentimiento antibelicista y era el punto de partida de la estrategia de dominio de un futuro que comenzaba. La manipulación del clima estaba en marcha.   

Enseguida empezaron a aplicarse medidas y a imponer leyes sobre la calidad del aire y el agua, así como para la protección del patrimonio
natural y el desarrollo de parques y zonas verdes. El presidente Nixon crea entonces la Agencia Federal de Protección del Medio Ambiente. Las políticas del clima enseguida se exportaron y fueron puestas en marcha a través de diferentes Cumbres y tratados internacionales. Poco a poco se fue creando la paranoia dirigida que pesa sobre esta humanidad sufriente y manipulada, que trabaja, come y duerme, sin apenas enterarse de lo que ocurre a su alrededor, adoctrinada por la televisión, su santa y adorada maestra educadora. ¡Así nos va!

 

4 Comentarios

  1. Efectivamente, así nos va. Parece inevitable la sociedad distopica. Una sociedad dividida, en la que una mayoría transhumana transita zombi, y una minoría humana tenemos la alta responsabilidad de mantener la supervivencia de la especie. Espero que nuestro sacrificio sea recompensado en el tiempo.

  2. Gracias por el artículo, pero hay un pequeño detalle incorrecto: el 22 de Abril no coincide con el equinocio de primavera. La primavera comienza un mes antes.

  3. Las tres C, Calenton Hueval, Cryptos Centralizada, y Gamusino19, los tres piltares de la distopica Ag2030 cuyo PIN lo llevan desde Los Maridos de Leticia y Begoño, pasando por El Coletas hasta el ultimo mono de algun ministerio, dejando muy claro en que bando estan,

    Un fraude este del CO2, este gas es alimento de las plantas y estas a su vez imprescindibles para los animales, si cortas el CO2 malo, pero,,,es que los diseñadores de la AG2030 son muy muy malos, satanicos segun algunos, solo quieren que haya el mayor sufrimiento posible , humano, animal o vegetal pra que los Demonios y Arcontes que adoran sean felices y esten bien alimentados,

    En cuanto la GEOINGENIERIA, ya esta todo dicho, se esparcen toxicos, Al, Ba, Grafeno,,,, que destrozan las nubes y envenena todo lo que hay debajo, DESPOBLACION y SEQUIA son sus objetivos principales

  4. Hola,según hemos leído,todo esto es pura experimentación y proyectos de la CIA,que a veces carecen de sentido común pues están perjudicando al ser humano.

    Todo comenzó con los inventos de Nicola Tesla que inventó la tecnología haarp,luego se desarrolló en el famoso Instituo MIT del que saldría internet por ejemplo,o el actual CERN.

    Es el proyecto Manhattan de manipulación del clima,surgido en los años 50 del s.XX,que ha tenido un gran desarrollo hasta nuestros días.Construyeron el campo de antenas Haarp cerca del polo norte,hoy China dispone de varios cadi todos los países disponen de campos de antenas HAARP,y por eso nieva en el desierto de Gobi.

    Lo que ahora estamos viviendo es como la segunda parte del mismo proyecto pero multiplicado por un millón,tanto en número como en potencia de gigahercios,microondas,macroondas…y millones de antenas,así como la industria de las estelas químicas,en las que participan varias Naciones saben que los metales pesados con los que nos rocían de micronesimas de tamaño,no son aptos la salud del ser humano,para electrificar la atmósfera con la finalidad de controlar el clima,una locura…lo más malo es que estas radiaciones perjudican el ADN de las células de los organismos vivos.

    Los centros de grandes ciudades totalmente irradiadas con miles de antenas,están quedando vacias,la gente emigra o fallece,los datos y estadísticas lo demuestran.

    Como frenar esto?,es complicado junto a estos proyectos están los enormes presupuestos para DESINFORMAR a toda la población mundial,la gente no es consciente de estar sometida a experimentación,ilegal y muy peligrosa…se trata de detener a los responsables y estos tienen grandes medios económicos y tecnológicos y están unidos a las mejores universidades del mundo y a los mejores laboratorios del mundo.

Comments are closed.