Las excavaciones arqueológicas en la calle de los Azogues de Santander, aprovechando unas  obras del Ayuntamiento, están sacando a la luz muchos datos sobre el pasado no tan lejano de  la gente de Santander. De la gente de todo el mundo, si tenemos en cuenta que nuestro ADN  circula libremente por todas partes y, en especial, por Europa y por toda América, siendo  Santander uno de los puertos más importantes del Atlántico de todos los tiempos. Y ahora  hemos podido comprobar que el pasado de la ciudad, como ciudad propiamente dicha, no está  todavía escrito. Pero la excavación dirigida por Lino Mantecón y Javier Marcos está  aportando datos inéditos sobre cómo se debía de verdad en la Edad Media y, en concreto, en  este abrigado puerto del norte de España.  

Las excavaciones en los alrededores de la Catedral de Santander  

Las excavaciones en los alrededores de la Catedral de Santander, una antigua abadía y  castillo medieval, están arrojando datos muy importantes sobre el medievo en esta ciudad  portuaria. Un yacimiento arqueológico que nos está dando pistas muy buenas sobre el modo  de vida de nuestros antepasados, alimenticios y su forma de vestido o sus creencias. 

Nuestro pasado a nivel genético y con reconstrucciones faciales por ordenador  

Se han realizado ya varios hallazgos importantes como una mariscada medieval, o el hallazgo  del cráneo de una joven santanderina de la Edad Media, están en curso de explicar mucho  mejor nuestra Historia. Incluso a nivel genético y con reconstrucciones faciales de los fallecidos  que alberga la necrópolis medieval. En especial, podemos celebrar que el cráneo de esta joven  santanderina se conservase también, ya que ha permitido reconstruir su cara por ordenador  con las más modernas técnicas del momento. 

 

El pasado de Santander está escondido bajo los cimientos de la ciudad, tantas veces  destruida por el fuego y modificada por su proximidad al mar, que ha hecho que enterremos  bajo las aceras las antiguas playas y hasta una ría entera que pasaba por el centro de la ciudad.  Con un curso que coincide con la principal avenida que recorre todo el centro por las calles  Calvo Sotelo o Paseo de Pereda, desembocando en lo que hoy es la plaza de Atarazanas, pero  que hace no tanto era realmente un puerto con atarazanas para todo tipo de barcos de pesca y  transporte.  

La caza medieval de la ballena en Santander  

La proximidad del mar influyó mucho en el modo de vida de la gente de Santander de siempre,  sobre todo en una época de subsistencia en la que la pesca era una de las fuentes principales  de alimento. La pesca y la caza de la ballena, a la peligrosa actividad a la que nuestros  antepasados se acostumbraron, pero sólo fueron los vascos: también los marinos medievales  de Santander, Castro Urdiales o Santoña (entre otras poblaciones) se dedicaron durante siglos  a perseguir a las ballenas y extraer de ellas tan valiosos botines. De hecho, es famosa la batalla campal que tuvo lugar entre la gente de Laredo y Santoña, por disputarse los restos de una  ballena que quedó varada en la playa.  

Por de pronto, los arqueólogos y otros especialistas están haciendo su trabajo de laboratorio  para conocer todos los datos que se pueden sacar de este trabajo de campo en el yacimiento.  

Estamos pendientes de identificar la especie concreta de ballena que estuvieron comiendo en  este yacimiento de la Edad Media de Santander, aunque es muy probable que se trate de la  ballena franca. Una especie que pasaba por aquí y que era más fácil de cazar por ser más lenta,  pero que vio su número mermar por esta caza intensiva, obligando a estos marinos medievales  a desplazarse cada vez más lejos en busca de presas.  

Le han puesto nombre a una joven santanderina de la Edad Media de quien no sabemos  casi nada  

Yllana es una de tantas personas como han aparecido en la necrópolis medieval de  Santander. En realidad, su nombre corresponde a una persona que con toda probabilidad no  es ella, pues se trata de una identidad prestada de los archivos del entorno de la necrópolis  medieval. Porque sabemos que una mujer llamada Yllana tuvo una casa pegada a la abadía que  luego fue la Catedral de Santander, por lo que el nombre dado al cráneo es inventado, pero a  la vez real.

 

Se la eligió para reconstruir su rostro porque su dentadura estaba perfecta, cosa extraña por  tratarse de un cadáver de más de mil años.  

Una “pija” santanderina medieval de hace mil años  

Esta mujer vivió entre la época del Cid y las Navas de Tolosa, pero no sabemos mucho más. Su  más que probable pertenencia al estamento más alto de la sociedad Santander en su época  parece demostrada por su aparición en un cementerio para ricos, gente más pudiente podía  hacerse un hueco cerca del altar de la abadía y estar más cerca de Dios en el camino hacia la  eternidad.  

Por lo tanto, es probable que esta chica no tuviera que trabajar tanto con las manos o cargar  pesados cestos de pescado o marisco sobre su cabeza, como han hecho nuestras antepasadas  hasta hace bien poco en el puerto. Sin embargo, todo son misterios en torno a esta mujer y la  gente con la que le tocó vivir, gracias a estos arqueólogos y sus colaboradores podemos echar  una mirada más directa a un pasado apasionante que está bajo nuestros pies. 

Los restos romanos aparecen revueltos con los medievales, ya que se han realizado sucesivas  reformas y se excavó el terreno para hacer, por ejemplo, la necrópolis medieval, con lo que se  han mezclado elementos de construcción de épocas distintas.  

La abadía fortificada de Santander, en el islote de Somorrostro  

Esta mujer fue enterrada y acaso vivió también en la zona más segura de todo el puerto y la  ciudad, pues los gruesos muros del castillo y monasterio de entonces aportaban esa confianza  a los vecinos más privilegiados. Un aspecto de castillo que no ha abandonado a la actual  Catedral de Santander, que es todavía considerada como una fortaleza, a la que más tarde se  añadiría el edificio de lo que hoy es el vacío Banco de España: el Castillo de San Felipe de  Santander, que vigilaba más de cerca aún la entrada de embarcaciones en el puerto de la  ciudad. Un puerto que ha sido atacado por mar, como ocurrió cuando se vivió un desembarco  terrible de piratas hérulos a principios de la Edad Media. Y una ciudad que también vivió  episodios bélicos de guerra civil entre distintos grupos armados, dirigidos por nobles, por lo  que Yllana se sentiría más segura si podía acceder rápidamente a la Abadía y refugiarse allí de  cualquier enfrentamiento violento.  

Poema a la mujer santanderina de José Martí 

Y termino este pequeño artículo con un homenaje humilde a la mujer de Santander de toda la  vida, que tanto llamó la atención del poeta y revolucionario cubano José Martí:  

De Santander son las bandadas de mujeres trabajadoras que, con el agua a la rodilla, cargan o  descargan de los buques haces de bacalao que manejan diestramente.  

Las hermosas aguadoras, que, sin más sostén que su linda cabeza, mantienen en alto el grueso  cántaro, caminito de la fuente.  

La Alameda melancólica, cuyos árboles pujantes se alzan y juntan con majestuosa bóveda, cual  si con ellos hubiese querido hacer naturaleza excelso templo.  

Y el bullicioso Sardinero, lindo pueblo de baños, con sus alegres damas veraniegas, que parecen  sueños o magas marinas, vestidas no de trajes ligeros, sino de las espumas de la mar.

 

2 Comentarios

  1. Al menos no han dicho que fue una roja fusilada por el franquismo algo es algo…

    Este cráneo ha tenido mejor suerte que los de las fosas de Sevilla cuyo alcalde socialista,ha separado en dos grupos los restos de los nacionales asesinados por los rojos los han hecho desaparecer,ves…es SU democracia particular.

    Pues felicitamos a este equipo de arqueólogos y a ver con qué más nos sorprenden…otro yacimiento interesante ha sido en el sur unos restos tartesicos.

    En cambio en Valencia el soe ha tapado con cemento el yacimiento arqueológico de los fundadores de la ciudad romana de Valentia…que estaba frente a la Catderal,quizás por qué no eran catalanes.

    Y que será lo próximo?,clonar estos restos?.

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