Los iniciados del anticristo

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Llegados a este punto en el que los títeres de la Agenda 2030, bien seleccionados por el Foro de Davos, el CFR y otros organismos internacionales, que no son más que testaferros de la voluntad de los Rothschild y otras sagas bien satánicas, todos están cumpliendo su trabajo. Habiendo sido elegidos por su grado de psicopatía, narcisismo, estupidez y falta de escrúpulos, nuestros líderes en España están desarrollando cada uno de los 17 puntos del plan destructivo de la humanidad, empleando técnicas de manipulación de masas.

Mediante cortinas de humo, experimentos con cambios contextuales tan drásticos que casi obligan a los ciudadanos a bajar la cabeza y ser dóciles servidores de creencias demoniacas que solo sirven para destrozar a la sociedad, utilizan los más viles recursos, incluidos el escándalo, la venganza, el miedo, las amenazas, las multas, la falta de libertad apremiante, la catástrofe constante en el horizonte y el control institucional.

Los organismos del Estado están al servicio de sus amos, que no son ni Pedro Sánchez ni sus ministros. Estos están siendo manejados bajo la amenaza de una agenda en la que se obliga al gobierno a solicitar fondos para cumplir con la satánica Agenda 2030, empobreciendo el país porque el objetivo es hundirlo para crear el caos y, entonces, llamar a los salvadores o anticristos que nos sacarán del atolladero, del que ya vemos cada vez menos salidas.

Y es que todos nuestros ministros han sido elegidos a dedo, incluidos los de Podemos, un partido que representa la disidencia controlada del 15M, aquel bello movimiento en el que muchos confiaron de manera muy infantil, para después recibir los premios políticos de los Bilderberg y compañía para, con esos cuentos de justicia e igualdad, aplicar políticas crueles y dictatoriales tendentes a destrozar el tejido social. Aquí no se trata de defender los derechos LGTBI, los cuales interesan un comino; el fin es destrozar a la familia, la única institución que puede anular el rol arrollador e insufrible de los que desean que creamos mentiras para así matarnos más fácilmente, aunque sea a fuerza de multas de 150.000 euros, penas de cárcel por homofobia o transfobia, retirando la patria potestad a los padres y otras medidas que por su malicia no se les ocurrirían ni al mismo Stalin. ¡Y mirad que mató a millones de personas en sus 30 años de cruel dictadura comunista!

Lo mismo ocurre con el PSOE, un partido corrupto, con una historia sangrienta desde la segunda república y siempre fiel a los dogmas globalistas. Fue precisamente Felipe González el que aplicó a España los principios de la Unión Europea, cuyos fundamentos se hunden en el tiempo hasta Walter Hallstein, abogado ilustre y asesor del nazismo y primer presidente de la Comisión Europea, tema claramente desarrollado en uno de mis artículos. Por lo tanto, la hoja de ruta de la UE es la misma que la de la ONU, presidida por títeres pagados para desarrollar la agenda de quienes ostentan el control de los 196 bancos centrales del mundo, los Rothschild. No olvidemos que Felipe González nos metió en la OTAN de cabeza, destruyó el sector productivo español, todo ello dentro de los objetivos lógicos de los de siempre… Actualmente, con Pedro Sánchez, nada nuevo bajo el sol. Jamás olvidaré aquel día de octubre de 2011 cuando me invitaron a participar en un debate sobre el desempleo al que invitaron al portavoz de UPyD de la Comunidad de Madrid. Por el partido socialista fue Pedro Sánchez, alto y elegante, bastante creído por cierto, se sentó a cinco metros de mi presencia y todo engreído se limitó a intercambiar su discurso con la del PP, ocupando más del 50 por ciento del tiempo en presentar un ataque completamente vacío. Nunca pensé que un ser tan petulante y narcisista fuese el presidente del gobierno siete años después, habiéndole hecho un perfil psicológico tan desastroso. Lo cierto es que el satanismo requiere de idiotas para obedecer sus órdenes, de modo que ninguno de ellos se percata de que los están manipulando como títeres, del mismo modo que los que se creyeron el cuentazo de la pandemia pensaban que todas esas maravillosas medidas eran por su bien.

Para no hacer muy largo este artículo, igual ocurre con el PP, con muchas prisas para experimentar la agenda satánica, incitando a que los ciudadanos se pongan la vacuna bivalente, más asesina y genocida que las anteriores. Está claro que reciben pingües beneficios por cada caso de covid y sujetos que se inoculan, siguiendo las órdenes de la Unión Europea y la OMS, que vendrían a ser lo mismo. Mencionar también que muchas comunidades autónomas donde gobiernan los populares se aplica la violencia machista, la ley trans, el adoctrinamiento en masturbación y cambio de sexo sin que erradiquen ninguna de estas normas que tanto gustan a los de Podemos y compañía, con una total falta de crítica. Finalmente, los partidos que se presentan son elegidos y escogidos para la corporación del reino de España, porque no es una nación de acuerdo con la International Exchange Commission. Si el lector lo busca en Google, se encontrará con una  desagradable sorpresa: todas estas compañías actúan como gestoras de un conjunto de empresas en la que nuestro país no es más que una más del montón. Es por ello que la política no sirve para defender los intereses de las personas de a pie y solo atienden a los que les dicen cuál es el próximo paso, mientras engañan a los ciudadanos siguiendo estrategias de manipulación de masas que ya tienen cientos de años. Está claro que para seguir la hoja de ruta hay que ser un tonto útil porque de tenerse dos dedos de frente nadie obedecería un plan tan siniestro.

Es por ello que estamos gobernados por grupos de delincuentes, como si fuesen sectas masónicas en las que, cuando se entra, se desconoce el propósito, hasta llegar al grado 33, como en el caso de Pedro Sánchez y sus socios confidentes, los cuales saben qué nos depara el futuro, lo cual, por supuestísimo, nunca lo van a contar. La raíz del plan es el satanismo, la adoración al mismo diablo y la implementación de una nueva religión donde impera la muerte, y el amor es imposible, al ser el enemigo a batir. No es extraño que las decisiones e imposiciones del gobierno solo sirvan para imponer la ideología del odio, de la separación entre los españoles en bandos absurdos, generar el caos, el sufrimiento, el hambre, la falta de libertad física, la esclavitud mental y la muerte de quienes sobramos para la Cuarta revolución industrial que Klaus Schwab describe como la panacea, al salvar a nuestro planeta, en una actitud de endiosamiento que es propia de ministros y muchos altos cargos de la política. ¿Casualidad? Para nada, las piezas encajan. Nos toman por estúpidos al contarnos que vivimos en el mejor de los mundos posibles y que alejarse de la “nueva tribu” nos dejaría  fuera de juego. Mejor salirnos incluso de las organizaciones internacionales y mandarlos por un tubo.

Es nuestra obligación por parte de quienes aún creemos en un mundo en el que es posible vivir con justicia, armonía, mutua empatía, colaboración, esfuerzo conjunto e igualdad entre nosotros, dentro del contexto de la aceptación de las diferencias –algo que no es posible en este mundo porque ello hundiría en la miseria las propuestas de nuestros execrables líderes—, reclamar más que nunca la validez y uso del derecho natural y separarnos para declararnos independientes de la salvajada, la crueldad, la mentira y el incalificable término con el que podríamos definir a tantos demonios de carne y hueso. Estamos gobernados por seres cuya vileza no reconoce límites y que son el mismo Satanás en los ministerios del ejecutivo.

Afortunadamente, se han visto obligados a quitarse las máscaras ante el hecho de que muchos los hemos descubierto. Solo nos falta salirnos de la corporación Reino de España y crear nuestro propio país, con unas reglas acordes con el respeto a la dignidad de los seres humanos. El mal no tiene cabida en la conciencia de quienes no desean la destrucción; el mal ha de ser destrozado para que la vida se abra camino, y eso depende de nosotros. Ellos, los satánicos, solo nos sirven a golpe de cada pensamiento inconsciente de miedo. Sus órdenes no nos representan.

Por lo tanto, no les demos nuestros votos en las próximas elecciones, el arma más perfecta del engaño siniestro urdido en los Protocolos de los sabios de Sión, en Ginebra en 1897.