La prostitución entre el beneficio social y la degeneración del hombre

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Llevamos desde el último tramo del régimen post-zapatero,  escuchando como en general los partidos de corte progresista, unos más que otros, defienden de vez en cuando la eliminación de la prostitución. En ningún caso, hacen diferencia entre  la prostitución que se ejerce únicamente, por beneficios económicos y la que se ejerce en beneficio de muy variados tipos de compensaciones, además de la económica.

Voy a limitarme a reflexionar, solo sobre la primera,  la que sólo se da a cambio de una transacción puramente económica, en general en efectivo –los últimos escándalos, han propiciado la no utilización de tarjetas de crédito- en la que una vez terminado el acto sexual, se finiquita cualquier tipo de relación o compromiso y que además, esta exenta de cualquier posible indemnización, por cualquier perjuicio posterior y por no existir contrato de ningún tipo.

También, antes de proseguir, dejaré muy claro que la necesidades sexuales, son un instinto básico, primitivo del ser humano, al igual que le sucede a todo tipo de animales en general  -y que al parecer, el Creador lo hizo con la intención de que no se extinguiera, en este caso,  la especie humana-  solo la “racionalidad y el progreso” del ser humano hace que el ejercer el acto sexual se haya delimitado, reconducido en muchos aspectos.

Sorprende que se vea mal la prostitución, incluso cuando las trabajadoras que la ejercen lo hagan de forma voluntaria, mientras que  se admite y se ve como razonable, que las personas en general,  a cambio de, en muchos casos, un mínimo salario, destrocen su cuerpo, desatiendan a sus familias, o entreguen la mayor parte de su tiempo en beneficio de terceros. 

Existen hombres que no es que carezcan de atractivo para las mujeres, en algunos casos, incluso generan rechazo.  Existen otros, carentes de las mas mínima capacidad para establecer relaciones con el sexo opuesto. Otros muchos, por carecer de una situación económica muy paupérrima, tampoco son atractivos para tener una relación de pareja con una mujer. Es verdad que también hay hombres inmersos en la lujuria,  auténticos depravados sociales, que en muchos casos, abusan de esas mujeres, e incluso presumen de personas honorables a los ojos de la sociedad. Pero, no olvidemos, que al final quienes deciden son ellas.

Sorprendentemente, son las mujeres que se dedican a esta actividad, un colectivo bastante numeroso, las que más oposición expresa ante la intención de algunos políticos y sobre todo políticas –Estas que manifiestan lo de “mi cuerpo es mío, yo decido” pero al parecer, solo cuando se trata de matar la vida que llevan dentro- de eliminar esta actividad. Ellas, las prostitutas,  no se oponen a tener un control fiscal y por supuesto, a estar dadas de alta en la Seguridad Social, de la misma manera que se preocupan de tener certificado y garantizado su situación sanitaria. Por el contrario, no deja de sorprender, la escasa eficacia de nuestras autoridades, la casi total impunidad, -al menos por lo que se refleja en la prensa-  con la que cuentan las mafias que trafican con mujeres que ejercen de esclavas sexuales y que llegan engañadas desde sus países de origen.

Una vez más, tengo que recordar que España, en teoría, funciona con un régimen democrático, de Monarquía Parlamentaria. Pero una vez más tengo que hacer constar que la definición del régimen que tenemos en lo teórico, nada tiene que ver con el régimen que en la práctica soportamos. Una vez más un partido o algunos partidos que presumen de demócratas, intentan coartar la libertad para trabajar libremente, en este caso a las mujeres y curiosamente, desde algún partido, de los que más servicio requiere de este colectivo.