Desde que los medios de masas pusieron de moda (por primera vez) el terrorismo yijadista (con el que sustituyeron el terrorismo etarra) nos vienen “advirtiendo” del peligro que tienen las leyes y costumbres islámicas. Bajo la influencia de tales medios, bien podemos llegar a creer que, el hecho de que se apliquen en un país X, indica lo “malo” que es ese país (aunque no sepamos en qué consisten tales leyes y costumbres). Para un “occidental moderno”, regirse por la “sharía” es propio de gente retrasada, de bestias (Bestias porque cortan manos, nada comparable a los civilizados estadounidenses, que cortan vidas). De ahí al hecho de considerar el Islam como “cuna del terrorismo” y a todos los musulmanes como terroristas en potencia, no hay mucho trecho. Y si a alguno de ellos se le ocurre gritar “Al·lahu-àkbar” en mitad de una trifulca, no hacen falta más pruebas para condenarlo, a pesar de que sea la frase más común entre musulmanes y de que acostumbran a repetirla siempre que se ven en peligro de muerte, con la única intención de tener a Dios como último pensamiento de sus vidas.

¿No son esos mismos medios los que nos “informaron” de que uno de los mayores logros occidentales (si no el mayor) fue la separación entre religión y estado? “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César” significa, según ellos que, mezclar lo divino y lo humano es una salvajada. Un estado moderno es un estado laico. Es un estado en el que la justicia de Dios se ha sustituido por la justicia de los hombres (y las mujeres). Un estado en el que todo derecho natural se ha perdido porque el derecho natural no es más que el vínculo entre las leyes humanas y la ley divina (Tema aparte es lo pervertida que pueda estar la ley divina, en cada país, sea moro o cristiano).

“Sharía” significa, etimológicamente, “camino de paz”. Es pues un término nada sospechoso de incitar a la violencia Para los musulmanes tiene el mismo valor que tiene, para nosotros, la expresión “derecho natural”. Aplicar la sharía o el derecho natural no es, en principio, más que anclar las leyes humanas a la ley divina. Romper el ancla es ponerse a navegar, a la deriva, en un infinito mar de relativismo. ¿Qué es bueno y qué es malo en una sociedad laico-moderna? Lo que la sociedad decide, en cada momento. ¿Y qué es lo que decide esa sociedad? Lo que los medios de masas ponen de moda. ¿Qué ponen de moda los medios? Lo que el político de turno quiere que pongan.

A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César pero ¿Qué es del César? ¿Qué no es de Dios? Seguro que, poco antes de morir, el césar comprendió que suyo, en realidad, no era nada (Cuando quiso y no pudo llevarse nada). Puede que viviera toda su vida pensando que los bárbaros eran bárbaros porque cortaban manos ¡Él que los mataba! Pero seguro comprendió también, “in extremis” que, tanto los que cortan manos como los que ahorcan, como los que electrocutan, como los que administran inyecciones letales, pervierten la única ley divina, que es “Ama a tu prójimo, no lo dañes”. La cuestión es ¿Podemos comprenderlo nosotros sin esperar tanto?

7 Comentarios

  1. Mr. Valls la palabra resurrección aparece 144 veces en El Nuevo Pacto, en el Corán ninguna.

    Los Teólogos Ateos (Si, Si los hay) cuando hablan de la fiabilidad histórica del Corán con respecto a Yeshúa (Jesús) es igual a cero.

    Si quiere estar entre los sabios puede lograrlo entre los que escribieron El Caso del Jesús Verdadero en PDF y gratis. Ya sabe gente que tiene dos o tres Doctorados y hablan alguno de ellos 8 idiomas y el que más 22 idiomas, vamos lo normal.

    rock and Rock (Si, rock and Rock) a los Resistentes.

  2. Tienes razón, Nos separan y manipulan poniendo etiquetas a la Divinidad…

    Es una Prueba que debemos superar a todos los niveles… individual, colectivo y Especie, pero sólo lo hacemos a nivel individual.

  3. Significa “camino de paz” pero se refiere a una hipotética paz (=”misión cumplida”) que llegaría una vez fuesen el sistema universal. Los imanes menos hipócritas lo explican así mismo, directamente.

    • Obviamente, la paz en el mundo no puede considerarse una misión cumplida pero somos muchos los empeñados en cumplirla. Un abrazo!

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