Cinefagia y otras fagias
Videojuegos y el puto metaverso. La portentosa novela de Ernest Cline en la que se inspira la cinta, cinefagia en estado puro. Las referencias, un benemérito no parar durante los perfectos 140 minutos de ebrio, muy ebrio celuloide. El resplandor de Stanley Kubrick (con quien co-realizó la sublime Inteligencia Artificial), top. Juegos de Guerra. Algo pasa con Mary. Freddy Krueger, Duke Nuken, Jason Voorhees, El gigante de hierro (el E.T. noventero), Godzilla. Y qué decir del video juego Pole Position.
Y más guiños y homenajes y referencias (easter eggs), obvio. Compendio entrañablemente ochentero. Van Halem suena con Jump por las calles de Columbus (además Michael Jackson en Thriller, Prince en Purple Rain, los Duran Duran, la colosal Stayin’ Alive de Bee Gees/Fiebre del sábado noche y la tonada Unknown Pleasures de Joy Division). Minecraft es uno de los primeros planetas que se nos muestran dentro de la realidad virtual de OASIS. En la misma secuencia introductoria, Batman ayuda a unos escaladores a subir el Everest. En la solapa de la chaqueta de Halliday, su chapa con los colores del juguete electrónico Simon ( ¿ colores precursores de la Agenda 2030? ).
Space Invaders. Star Trek. Looney Tunes. Voltron. Matrix. El mítico DeLorean de la trilogía de Regreso al Futuro (derivando hacia Kitt, el coche fantástico). Akira. El Equipo A. Hello Kitty (zascandiles Keroppi, Hello Kitty y Badtz-Maru). Saga madmaxiana. Robocop. Lara Croft. Meteoro. Los caraduras. Parque Jurásico del propio Spielberg. Jack Slater III. El último gran héroe. GoldenEye. Todo en un día. King Kong. Thundercats. Los caballeros de la mesa cuadrada de los inigualables Monty Python. Thundercats. Bitelchús. Exosquad. Battlestar Galactica. 2001, Una odisea del espacio. Naves silenciosas. La mosca. El señor de las bestias. Madball. Terminator 2. Chucky. Halo, Deadshot, Catwoman, Batgirl y/o Spawn.
Y el Cíclope de Simbad y la princesa, Raiden y Sub-Zero de Mortal Kombat, Big Daddy de BioShock, las Tortugas Ninja, He-Man de Masters of the Universe. Star Wars, Swordfish II de Cowboy Bebop y Thunderfighter de Buck Rogers. Mass Efect. Y, por supuesto, la legendaria Dragones y Mazmorras. Street Fighter. Superman (impío Lex Luthor). Y, desde luego, las alucinantes aventuras de Bill y Ted y la sin par Cristal oscuro.
Recuerden que Parzival ( ains el Grial) arenga a los guerreros con la pose y el radiocassette de John Cusack en Un gran amor. Solo que, en vez de Peter Gabriel, suenan – puro delirio jocoserio – los Twisted Sisters con su asaz entrañable We’re Not Gonna Take It. Y la canción que suena al final de la película es la prodigiosa. You Make My Dreams, de Hall & Oats; es el tema que el autor de la novela, Ernest Cline y su esposa utilizaron en la boda…
Amor, amistad, vida real…
…Porque de eso, en definitiva, habla Ready Player One y, por ende, todo el cine de Spielberg. De amor y de vida real. “No me entusiasma la realidad, pero sigue siendo el único lugar donde obtener una comida decente”: Groucho Marx. O de la amistad: “Ningún hombre con amigos ha fracasado”: ¡Qué bello es vivir! Y de la eterna e incurable herida de la orfandad metafísica que nos aflige como humanos. Y de búsqueda de plurales griales.
Con su indeleble e inequívoca habilidad narrativa, este director genial (esta vez, epíteto sin abaratar) “juega” con lo que muestra y lo que encubre, para sugerirnos los diversos mundos maravillosos o terroríficos que se esconden detrás de la realidad cotidiana. Sólo los críos o los adultos que mantienen su mirada virginal y eternamente infantil pueden aprehenderlos y atravesar el umbral hacia Oz. Hacia su desenmascaramiento. O hacia Camelot…Y algunos, tan obvio, decidimos no crecer nunca…
….Gracias, amigo César (y como usted bien sabe, en mi caso, abisal, diríase hadal hiato entre arte y moral). Y Rafael, claro. Por todo. En fin.
Jejeeje, Don Luys, vaya preparando los pulgares… que en temas de cine tanto Don Rafael como yo vamos a tener que ajusticiarle como es debido. jejejeje. Todavía tenemos esperanzas de recuperarle “para la causa”…