Todos los que hemos vivido mucho y bien, deberíamos contar experiencias que desmoronen, irrefutablemente, a las chaladas femirrojas y sus aliadEs manginas. Yo he contado muchas anécdotas mías. Hoy voy a contar 2, a modo de soplamocos en el hocico de las chaladas femirrojas. Y os animo a hacer lo mismo para que, tal vez, la cordura de las relaciones humanas consentidas vuelva a su cauce.

1/ Brutal acoso sexual en la Sala Barnon.

En esa aciaga fecha era yo conserje nocturno de un enorme edificio de oficinas en Chamberí, y me escapaba del mismo para irme de copas por los locales más o menos cercanos. ¡Hasta acabé enrollado y con amistad con una mujer que resultó ser la madame de un piso de putas de lujo! Pero la conocí en un pub, no yéndome de putas, pero iba “a buscarla al trabajo”. 

En una de mis escapadas, me topé con esta elitista discoteca, a la cual yo jamás podría entrar, ni por mi nivel adquisitivo ni por mi aspecto trasnochado. Pero… entré varias veces. Mi truco era colosal para ello: permanecía apoyado en alguna de las limusinas de los clientes (sí, limusinas) y entablaba conversación con algún chófer, para que los gorilas de la puerta vieran que yo “era parte de la jarana”. Cuando veía movimiento de salida de clientes trasnochados como yo, yo empezaba a caminar hacia atrás, como si estuviera saliendo del local. Y lo que hacía era entrar sin que los gorilas se pisparan. 

Delirante, pero real como la muerte misma. Y entraba gratis al local.

En la barra me pedía un copón de birra de barril que, por supuesto, no pagaba. 

Iban muchos adinerados a esa sala, jurgolerdos incluídos, y tenían salas Vip y tal, pero yo siempre me quedé en la zona de la barra, con mis pintas de ¿bohemio? Y grabando con mi grabadora a modo de apuntes de escritor, y fumando. Las 2 veces que estuve, siempre sólo, me pasó lo mismo con las grupis. Eran busconas muy buenorras al acecho de los Dani Alves de la época. 

Yo, sin ser trucha ni impotente, no tenía interés alguno en estos pibones, pues sabía que sus cerebros los dejaban en casa y que cuando supieran que yo era un pintamonas paupérrimo, pasaría de mí. Pero me hacía gracia ver su acoso. Por defecto profesional al ser director audiovisual, tengo siempre una vista panorámica de los lugares donde estoy y me cosco de todo. En este caso, estas 3 zorritas con minifalda (antes las mujeres no solían usar pantalón) me observaban y decidían quien de ellas me entraría. Yo me divertía moviéndome por el local, para que ellas tuvieran que forzar “su encuentro casual conmigo”. Algo así como el juego del ratón y el gato, siendo yo el ratón. 

Pero estas grupis no tenían mucha imaginación. Y las 2 veces – diferentes mujeres – me entraron de la manera más estúpida: “¿Tienes fuego?” Y yo… viendo que las amigas de su grupo estaban fumando: “Claro, ya ves que estoy fumando, pero tus amigas también, ¿por qué no se lo has pedido a ellas?” Y eso las espantaba, de inmediato. Pero no dejaban de mirarme, rozarse conmigo y etc. de cosas maravillosas que las grupis hacen para ligarse al millonetis de turno, como creían que era yo. ¿Qué cojones hay de malo en el cortejo, sea como sea? ¡Qué vidas más tristes las de los manginas y las femirrojas!

2/ “Violé” a una chica en una de mis casas de alquiler de Córdoba capital, 2 veces seguidas, ya me vale…

Antes se follaba mucho y bien, por lo menos yo y muchos colegas míos. En este caso, tenía yo a un amigo invitado en mi casa, de las decenas y decenas que pasaron por ella  (el poeta comunista y pro-etarra Gonzalo Escarpa) el cual tenía a una amiga/amante cordobesa. Y quedamos con ella y una amiga de ella. Él se tiró a la suya y yo a la amiga. Pero… resulta que la amiga estaba casada, tenía novio o algo así… porque era reticente a retozar conmigo, pero se dejaba querer… situación muy rara, vaya, que derivó en que yo me fui a una cama de matrimonio y ella se metió conmigo, sólo ataviada con unas maravillosas braguitas multicolores semi transparentes que dejaban ver uno de los mejores culos que he tenido el gusto de tocar.  Por entonces yo tenía muchísimas amantes en Córdoba, por lo cual me daba más o menos igual follar con esta recién conocida o dormir tranquilamente. Pero nobleza obliga entregarse a una dama desnuda a tu lado. 

El caso es que la tía, cuando estábamos ya “entrando a matar” se echaba para atrás… pero no me dejaba recular. Era muy extraño. Tanto que le dije: “¡joder, aclárate! ¿quieres follar o no?, que parece que te estoy violando”. Y lo hicimos 2 veces, pero ella no se aclaró del todo. Así que de la tercera ya pasé (en esos tiempos mínimo eran 3 por noche, sino no me servían como amantes) y me puse a sobar, no su precioso cuerpo, sino a Morfeo. 

3/ ¡Ya sabes cómo me gusta, fóllame con violencia!

Esto me lo decía otra de mis amantes (pudo ser casi novia, porque era una excelente poeta y estaba muy buena y con un coco bien amueblado, y hasta le presenté a mi amigo Luis Eduardo Aute – DEP – y eso sólo lo hago con las personas que aprecio mucho), Leyla Ouf aquí podéis ver el vídeo poema que realicé, basado en un manuscrito suyo y que me permitió subsistir varios meses al darme 600 euros un notas al que le encantó el vídeo, en las proyecciones que yo hacía allí. 

Según mis colegas y mi amigo de Ciudad Real al que me traje como compañero de piso, cuando fornicaba con la poeta “nos dábamos palizas”. Imaginad que lo que ella quería era una penetración de un solo empujón y luego seguir a lo bruto. Somier roto, cabecero roto, cama desplazada muchos metros y etc. fueron las consecuencias. Y me pasó con otro par de amantes, en esa misma cama… qué cosas más buenas pasaban antes. Una de ellas era un ser angelical, pero republicana comunista (nadie es perfecto), María Magdalena, que me hacía romper las camas también y acabar en el suelo, tela… La pobre falleció de sopetón, cuando ya éramos sólo amigos porque ella me quería en exclusividad. Dios la tendrá muy bien tratada en su nueva Dimensión, porque era un ángel de mujer y ya nos volveremos a ver. 

Insisto y os animo a contar vuestras cuitas, a este respecto de la libertad sexual, la amistad sincera, la razón, la concordia y el entendimiento entre los 2 sexos que habitamos el Planeta: hombres y mujeres. Ya contaré alguna historia más de las 1.001 que tengo sólo a este respecto de la felicidad humana sobre la Tierra, ese lugar que podría ser maravilloso para los seres humanos, pero que está sojuzgado por los satánicos, los oligofrénicos y los psicópatas.  Vamos a darle la vuelta a la tortilla, pero ya mismo. Y que la vida vuelva a fluir en todo su esplendor.

 

2 Comentarios

  1. Don César, sepa usted que el siempre sabio y protector Youtube nos advierte bajo el vídeo que usted nos enlaza: “Vídeo con restricción de edad (basada en las Normas de la Comunidad)”. Y es que quién sabe qué clase de devastadores efectos podría tener ese vídeo sobre la desprotegida psique de les persones que aún no han alcanzado la edad prescrita. ¿Demasiado pensamiento abstracto? ¿Demasiadas figuras poéticas? ¿Demasiada poca diversidad, inclusividad y resiliencia en las imágenes? Quién sabe… Pero así son las Normas de la Comunidad, misteriosas e inapelables.

  2. ¿Esto que es un metoo inverso?
    Yo no hablo de mis experiencias sexuales no soy tan zorron como las que se inventan violaciones con todo tipo de datos escabrosos luego hablan de revictimizar. Si las cosas fueran como deben ser estos datos serían privados y bajo el más estricto secreto de sumario pero no nos encontramos con todo tipo de zorras sin el menor tapujo para contar o inventar sus correrias lo interesante es que cuando les preguntan que a que edad perdieron la virginidad la media es entre los 13 y 16 es decir que ya tarda el ministerio de desigualdad en investigar a cada Española de menos de 40 o 30 lo digo porque sino el delito ya habria prescrito por posibles violaciones al ser menor cuando perdieron la virginidad. ¿A que edad perdiste la virginidad Irene Montero, y con quien? cuentanos anda.

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