Periodo de prueba. Seis meses para técnicos titulados. Dos meses para el resto de trabajadores (o tres meses si la empresa tiene menos de 25 empleados).  El periodo de prueba, patética excusa para el despido libre, libérrimo pues, “resucitando” el contrato temporal-suspiro bajo el disfraz/añagaza de contrato indefinido (y algún lerdo lo confunde con fijo: juas). 

Sin más

Hay categorías (titulados técnicos y otros, arriba citada), con sus respectivos hiatos temporales que, por supuesto, ni se cumplen ni tienen intención de hacerse cumplir. El Barbas Kitchen/La “mariana” Báñez dieron barra libre (más) a la patronal y Sanchinflas/Yoli , hace un año, vuelta de tuerca a los nulos derechos laborales, en imparable caída libre durante las últimos cuatro decenios.

Si uno fuera empresario, sin ser particular impío, lo tiene razonablemente sencillo para hacer un contrato temporal de, pongamos, dos meses: pongo un “periodo de prueba” de 2 meses y… a la puta calle. “Contrato  indefinido” para engañar al Estado, al SEPE y a todos…

Pues eso: siempre al servicio, gobierne quien gobierne (Cum Fraude o Fe-ijóo- Puta o Fachascal), del Gran Capital y del Gran Leviatán. En fin.

 

6 Comentarios

  1. España necesita empleo, no más y más derechos laborales. Hay ciertos derechos laborales irrenunciables como son los relativos a la higiene y seguridad en el trabajo o los derivados de principios de derecho contractual general pero dar más y más derechos laborales variopintos genera desempleo, que es lo que España no necesita. Ya nos gustaría estar como en EE.UU., con derechos laborales exiguos y altísimas tasas de ocupación. La tragedia de España es el proteccionismo franquista de las magistraturas de trabajo y las leyes de Girón de Velasco. Es. una tragedia porque nadie quiere estar atado por ley a un sujeto al que se contrató en su día y, con el tiempo, resulta ser un vago o un sinvergüenza. Para las empresas pequeñas, es un crimen que un propietario -que es básicamente un trabajador él mismo- tenga que soportar desmanes de un tipejo que ha sido traído a este mundo con una mano delante y otra detrás y quiera ahora que papá Estado y mamá empresa le solucionen la vida. Tendrían que recoger testimonios de muchos abusos terroríficos de pequeños empleadores en España.

    En definitiva, hay leyes que perjudican a sus supuestos beneficiarios sin que éstos lo sepan o quieran saber. Si me ponen muy difícil emplear, por muy ufano que esté el trabajador con toda su batería de derechos y vote en consecuencia, no voy a emplear y el que necesita empleo lo acaba pagando caro o emigrando. Si ponen difícil desahuciar a un inquilino moroso, ningún propietario va a querer alquilar; con lo que el ufano no propietario no va a tener casa pero sí muchos derechos potenciales.

  2. Hay trabajadores honestos y deshonestos, como en todos los ámbitos. Pero si le cae, por desgracia, a un pequeño emprendedor un sinvergüenza, que se prepare. Tenemos casos, no pocos , en los que el trabajador busca un despido improcedente, reconocido por el empresario, o declarado en los juzgados de lo social, a base de hacer lo que quiere: disminuir el rendimiento, poner mala cara con los clientes, no mirar por la maquinaria de la empresa, etc, etc. A esto sumar la inestimable ayuda de los sindicatos, más canallas que los supuestos trabajadores. Además de la ayuda complementaria de los jueces de lo social. Y como guinda al pastel las bajas y confirmaciones de baja de la patulea médica. Acabar con el pequeño y mediano empresario, es el objetivo.

  3. La Yoli y el Antonio, que no han dado un palo al agua en su vida, ni al paso que van lo darán, no pueden estar al frente de una población en la que la pequeña y mediana empresa es el eje sustentador del Estado, representa más del 86% de masa obrera de este pais. El problema radica en la educación del trabajador y en la incompetencia del Gobierno de turno, no en nada más. Un trabajador nada más escucha la palabra fijo, se relaja y automáticamente se pone en contra del empresario, (no todos, pero si una gran mayoría). He visto en carnes de familiares y las mías propias, que el Gobierno impone además de impuestos un numero de trabajadores fijos sin contar para nada la situación en la que se encuentre la empresa y muchísimo menos la capacidad del empleador para asumir unos costes que lo asfixian económicamente. Hoy ser pequeño empresario en España es una autentica quimera además de un suicidio, basta que tengas 3 o 4 empleados y tu mismo cinco que trabajas más que ellos y uno de ellos normalmente los fijos se te den de baja como le ha ocurrido a los familiares y a mi personalmente y adiós muy buenas a la cuenta de resultados, en su lugar tienes que meter a otro que lo pagas tu, además de S.S. 43% del sueldo más IRPF y mandangas impositivas y encima la S.S. te empezara a pagar el 75% del empleado a partir de los seis meses como mínimo, ya que en trabajadores con larga enfermedad la ruina es descomunal, hasta que los acepten las Mutuas, un verdadero disparate degenerado en contra del pequeño empresario que quieren barrer de la faz de España. Hablar de los sindicatos de pancistas para que, ya sabemos que los comegambas y mangantes se ponen a las ordenes de las grandes corporaciones, puro comunismo del foro de Davos, sus ordenes no son explotar al trabajador sino que el pequeño empresario caiga sin remedio. Y así nos vemos. Feliz domingo

  4. EXAKATAMENTE: la proletarización progresiva de la clase media para beneficio de oligarquías mafiosas financieras o políticas. En el fondo, sólo hay dos modelos de sociedad. Una donde ésta está compuesta de hombres libres, dignos, críticos, con recursos propios y otra donde una masa embrutecida y empobrecida obedece ciegamente los dictados y la coacción irracional de una minoría exigua enquistada en la política y en los bancos. Por eso todo el “antifascismo”, en el fondo, está al servicio del gran capital, que es ya indistinguible del mangoneo de recursos públicos.

    El feaminismo y el ataque a la familia es, principalmente, un ataque a la clase media porque la familia constituye el locus de formación y transmisión de capitales emergentes. Quieren gente débil y sola, además de pobre, que dependan del crédito y de la subvención; es decir, de los bancos y de los políticos. El ideal social sería el que propone Confucio como una economía compuesta de empresas familiares. El antideal social es de las pérfidas oligarquías satánicas de la chusmocracia.

  5. Yo propondría una solución de compromiso pero socialmente justa: una legislación laboral que defienda los derechos e intereses legítimos de los trabajadores sea cual sea la empresa que los emplea y una legislación laboral específica para las sociedades mercantiles que sea más garantista y otorque más derechos. No es justo que una gran corporación pueda asumir el costo de uno o dos garbanzos negros mientras que su competidor más chico no pueda. El pequeño empresario es un trabajador también y, a menudo, más trabajador que sus empleados.

Comments are closed.