En este mundo todo parece tener un precio, normalmente el valor que se le otorga a algo, va en función de su escasez, originalidad o utilidad.

Si nos atenemos a dichos requisitos un “ser humano” no tiene ninguno de ellos, existen millones de repuestos para cada uno de nosotros, por tanto no valdríamos nada como individuos aislados.

El “ópalo” es básicamente silicio, este último es segundo elemento mas abundante en la corteza terrestre después del oxigeno, pero algunos tipos de ópalo, son capaces de reflejar distintas combinaciones de colores formando una autentica “obra de arte natural”, que incluso pueden alcanzar el valor de un diamante.

También existen personas capaces de crear obras de arte, cuyo valor se considera incalculable, a partir de materiales comunes y baratos. El otro día escuché que se estaba desarrollando una inteligencia artificial capaz de reproducir arte analizando patrones, pero, ¿podría una IA pintar como Goya, si no hubiera existido Goya antes?

Con la autentica ciencia (no la comercial que nos quieren vender ahora), pasa lo mismo, habitualmente los grandes inventos y descubrimientos, son fruto del pensamiento o ideas geniales de una única persona o “inventor”.

Por lo tanto, según esto, el valor de un ser humano no radica en lo que es, sino en lo que puede llegar a ser, y los pensamientos e ideas que puede llegar a albergar en su interior.

En ocasiones, la persona portadora de un “pensamiento genial”, ni siquiera es consciente de ello, y necesita que se produzca uno o varios acontecimientos relevantes para que dicha idea genial pueda aparecer, por tanto es imposible conocer a priori, quien es la persona concreta que puede tener un pensamiento o idea genial, capaz de cambiar el mundo.

Las elites del NOM, apuestan por un modelo de sociedad “tipo colmena”, donde ellos se convertirían en las “auto elegidas reinas de la colmena”, y nos quieren hacer creer que este modelo es mas eficiente y sostenible que el que teníamos antes, pero, ¿pensarían lo mismo si ellos fueran “las obreras”.

En una colmena, existen básicamente tres jerarquías: –“La reina”, única e imprescindible para la supervivencia de la colmena, –“Las obreras y soldados”, totalmente prescindibles y sustituibles, (sin ningún valor individualmente) y los machos o “zánganos”, sacrificados una vez cumplida su función reproductora.

En una sociedad colmena, tampoco tiene cabida “el pensamiento libre”, solo puede existir “un pensamiento único”, por lo tanto desaparecerían el “arte y la genialidad”, por eso tienen tanto interés en intentar reproducirlos a través de una IA.

A estas alturas lo tienen todo casi controlado, las actuales “ideologías” han sido manipuladas y utilizan la técnica del “susto o muerte” para convencernos de las suyas, primero fue la amenaza de un virus letal y ahora el de una guerra mundial.

Pero si que hay algo que puede cargarse sus “elaborados planes” y por eso invierten tantos esfuerzos en controlar los medios de comunicación e implementar “la censura”, esta única variable que aun no controlan, es el “pensamiento libre”.

Estoy convencido que al menos una persona en la época actual es portadora de un “pensamiento o idea genial”, capaz de correr como la pólvora y calar en la mente del mas borrego de los borregos, incluso es posible que dicha persona aun no sepa que es el “tutor” de “esa idea”.

Un pensamiento nuevo y genial proveniente de la “mente o alma” de una persona cualquiera, podría dar al traste con los planes de estas “elites codiciosas” y que así dejar a la humanidad pueda convertirse en el “valioso ópalo” que debería ser.

Y aunque yo no me considero el portador de dicha idea, estoy dispuesto a intentar buscarla, mientras me sigan dando la oportunidad.

 

5 Comentarios

  1. Brillante…

    Tienes razón, el quién individual da lo mismo, EGO, lo importante es el qué…

    Alma e Intelecto, esta combinación abrirá el Cofre y podremos descubrir qué hacíamos Aquí.

    Gracias por tu Honestidad, Capacidad y Entrega.

  2. Muy bueno, así es como funciona la cosa, y todo intento de crear categorías estancas y lobotomizar a la mayor parte de la gente acabará -está acabando- en desastre.

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