Sobre nosotros, el pueblo español, aún pesan los eslóganes de una campaña de propaganda de guerra conocida como leyenda negra que aún hoy menoscaba nuestra moral y autoestima. También afecta negativamente a los hispanoamericanos. Conviene, pues, conocer su origen y desarrollo.
Las mentiras hispanófobas se originaron en Italia durante el siglo XVI. Algunos italianos, en vez de estar agradecidos por la defensa que el imperio español les proporcionaba frente a los turcos, se mostraron envidiosos (pues ellos habían tenido un imperio en la Antigüedad) y cuando los mercenarios germanos del emperador Carlos V saquearon Roma en 1527 nos echaron la culpa a los españoles.
Envidias aparte, los infundios y mentiras antiespañolas alcanzaron la categoría de propaganda de guerra en torno a 1530, cuando los príncipes alemanes que se habían pasado al protestantismo para quedarse con las tierras de la iglesia y convertirse en los papas de sus propias sectas utilizaron la imprenta de Gutenberg para diseminar libelos insultantes contra los españoles por ser los principales defensores del catolicismo.
Luego los holandeses protestantes y secesionistas hicieron lo mismo. Pero fue en Inglaterra, a partir del reinado protestante de Isabel I (1558), cuando esa propaganda de guerra fue estructurada en forma de campaña de marketing para ganar la batalla cultural, ya que no podían vencernos en el plano económico y militar.
Esa propaganda venía a decir que éramos la encarnación −en grado supino− de la maldad intrínseca del catolicismo, o sea, unos monstros que habíamos destruido las obras de arte de Roma y genocidado a los buenos indios para robarles el oro y violar a sus mujeres.
Los españoles de la época no comprendieron la importancia de combatir tales maledicencias y calumnias porque con saber que eran falsas les bastaba. ¡Sin duda desconocían que una mentira repetida mil veces termina siendo verdad (Goebbels)!
Las falsedades de esa campaña de propaganda tenían dos objetivos. Uno interno, el pueblo inglés, a quien debían convencer de que los españoles y el catolicismo eran la encarnación del anticristo, unos demonios no-humanos a los que se podía matar y piratear sin ningún remordimiento de conciencia. Eso también justificaba la matanza y la persecución que los reyes protestantes cometían contra los católicos ingleses.
A nivel externo el objetivo de ese marketing eran nuestros socios comerciales y, especialmente, los españoles de América (tanto indios como criollos) con la finalidad de que estos se rebelasen contra la península y terminaran aliándose con Inglaterra, ya que por aquel entonces Hispanoamérica eran la tierra más próspera del occidente cristiano y aún no se había colonizado ni Australia ni Asia ni África.
Los indios hispanos no hicieron ni caso de tal leyenda, pues acababan de verse liberados del canibalismo y de la cruel opresión de los incas y los aztecas y estaban encantados con el nuevo modelo político social que, a cambio de la carne humana, les había dado vacas, cerdos y corderos y la riqueza aparejada al comercio entre China, América y Europa. También les había traído hospitales y universidades a los que podían acceder sin ningún tipo de racismo, ya que la corona española promovía el mestizaje.
Quienes sí quisieron creer la falacia de esa leyenda fueron las familias criollas (blancas) que comerciaban ilícitamente con Inglaterra saltándose las leyes que sólo permitían el comercio externo con la península; proteccionismo que permitió desarrollar en la América española un próspero tejido protoindustrial (las mercancías provenientes de la península ibérica eran escasas y muy caras debido a la piratería y todo lo necesario debía fabricarse en América).
Estos contrabandistas, ubicados en las ciudades costeras y celosos de la riqueza de las ciudades del interior protoindustrial, fueron quienes encabezaron las guerras civiles (mal llamadas guerras de la independencia) y subyugaron a las nacientes repúblicas hispanoamericanas al poderío inglés, que fomentó la división mediante guerras intestinas.
Esos traidores, además, alimentaron la leyenda negra para justificar su poder espurio y el endeudamiento de sus repúblicas para con el banco de Inglaterra, el cual, a cambio de sus préstamos, les exigió abrir sus mercados a los productos del Reino Unido (libre comercio), lo que no tardó en destruir el tejido industrial de Hispanoamérica.
Actualmente las elites gobernantes de Hispanoamérica siguen alimentando las mentiras negro-legendarias para desviar la atención de la pobreza que generan en beneficio de las oligarquías anglosionistas, lo cual les viene muy bien a estas en otro sentido, pues la leyenda negra (junto con el nacionalismo de campanario, la Ilustración y la masonería) son claves para mantener fragmentada a Hispanoamérica.
¿Os imagináis el poder que habrían tenido a día de hoy las diferentes repúblicas hispanas si se hubiesen mantenido unidas como las 13 colonias que fundaron EEUU y, además, hubiesen implementado políticas para proteger su tejido industrial?
En España la leyenda antiespañola comenzó a calar con los Borbones (que envidiaban a los Austrias), se acentuó con el liberalismo del siglo XIX, aminoró con Franco y ahora, con el poder ocupado por los masones anglófilos del PP-PSOE y los republicanos antiespañoles de Podemos, es la versión hegemónica.
¿Consecuencias? Un auto-odio que nos está llevando a la extinción como pueblo (pues es uno de los factores que influyen en que apenas tengamos hijos) y a la disgregación estatal (Cataluña, Vascongadas…), lo cual beneficia a las oligarquías extranjeras, pues ya sabéis: divide y vencerás.
Conviene, pues, que tanto españoles como hispanoamericanos conozcamos la verdadera historia que se oculta bajo esa leyenda falaz, para lo cual es recomendable ver, oír y leer los trabajos de autores como Marcelo Gullo, Patricio Lons, María Elvira Roca Barea o Iván Vélez.
José Miguel Alvarado
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El sionismo anglosajón lleva más de 500 años intentando destruir a España y su legado, la Hispanidad. Pero, a pesar de ellos y de sus esbirros, aún seguimos vivos y seguimos la lucha.
Hispanos, Resistencia.
Así es. Este artículo no menciona a la verdadera Bicha
En definitiva, satanás y sus vástagos odian furiosamente a España más que a ninguna otra nación del mundo, porque España ha dado más soldados cristianos, mártires, santos, santas, doctores de la Iglesia, místicos y misioneros que nadie en su incomparablemente gloriosa historia. Porque nadie tiene la herencia impagable del patrimonio histórico católico que posee España, la envidia de toda la Cristiandad y que los enemigos de Dios se empeñan en demoler siglo tras siglo. Las proezas de España no tienen comparación en ninguna otra nación del mundo (y esto molesta mucho a los vástagos angloparlantes del demonio, que no hacen más que mentir mientras les dura el aliento). Ninguna otra nación ha sido mayor defensora de la Cristiandad que España y España es la nación que más ha amado y ama a Jesucristo, Dios y Hombre Verdadero y a su Santísima Madre y Madre nuestra, la Virgen María. Por ello, nos odia todo el que está contra Cristo: musulmanes, vencidos aquí con la Reconquista, no con las Cruzadas, en las que franceses, ingleses, alemanes e italianos fracasaron estrepitosamente perdiendo definitivamente Jerusalén para la Cristiandad. También venció España a la mayor amenaza musulmana sobre Europa, los turcos, tanto en Lepanto, como a las puertas de Viena, para bien de toda Europa. También odia el demonio especialmente a España, por haber depuesto Galba, al mando de legionarios españoles cristianos en su mayoría, al anticristo Nerón, el vasallo genocida luciferino asesino de San Pedro y San Pablo entre miles de cristianos, por haber sido la nación que más contribuyó a derrotar al anticristo Napoleón, desangrando su ejército con la úlcera española a trabucazo limpio (nada de nieve y hielo a la intemperie. Aquí estocadas y banderillas al más feroz vitorino), por ser la nación más pura y fiel al Señor en cuanto a fe, libre de la lepra protestante, ortodoxa, anglicana y de sectas innumerables a gusto del demonio y del pecador y repletas de embusteros buscadores de sí mismos, no de Dios. También nos odia el demonio porque España es la primera y única nación en derrotar al comunismo y la masonería en 1939, algo que no nos perdonarán jamás, ni el demonio ni sus vástagos de derechas (huidas entonces y hoy cobardes como ayer, además de renegadas de nuestro pasado) e izquierdas, de ahí que meta todos los complejos de la historia con sus fábulas negras y con sus mentiras sin pausa que solo los analfabetos o mercaderes degenerados sin solución creen o finjen creer. También nos odia satanás por haber descubierto, civilizado, evangelizado y humanizado América y Oceanía (cuya mayor isla recibe el nombre de la dinastía real española, los austrias), por haber dado nombre al océano más grande del planeta, que no se llama Peaceful. Por haber enriquecido esos continentes con agricultura, ganadería, pesca, industria, universidades, institutos, educación, enseñanza, astilleros, artesanía, construcción de catedrales, iglesias, palacios, calles, hospitales, orfanatos, monasterios, vías de comunicación, puentes, carreteras, puertos, fortalezas, por haber enseñado nuestro idioma y costumbres cristianas, por haber llevado allí la fe refrendada por la Santísima Virgen de Guadalupe,por haber dotado de libertad y propiedad a indios y mestizos y haber salvado innumerables vidas del exterminio idólatra pre colombino y almas de las llamas del infierno hasta principios del siglo XIX, cuando España abandonó por su debilidad aquella tierra y fue sustituida por la masonería anglofrancesa corrupta sin límite, el racismo descarnado, el exterminio de indios, la ruina generalizada, la des educación, la destrucción de las economías americanas, la idolatría, la descristianización, el narco terrorismo, el populismo estafador de masas, la ignorancia generalizada, la perdición… También nos odia el demonio por haber sido claves en la independencia de los USA, que fue posible gracias a la armada española y a españoles como Gálvez, por haber derrotado y humillado espantosamente a los ingleses durante siglos, especialmente los Bocanegra, Bazán, Blas de Lezo, etc. y por haber revitalizado e impulsado la economía europea y americana con los metales preciosos extraídos de tierras americanas, por traer y llevar cultivos que salvaron millones de almas de la inanición a ambos lados del océano Atlántico. También nos odia el demonio y sus vástagos por no haber matado europeos en las dos guerras mundiales, como si fuésemos Caín matando a su hermano Abel, sino procurando, con insuficientísimos medios, la paz en Europa en ambas. Y también nos odia por no aceptar de modo generalizado el ateísmo creciente y ser un reducto cristiano auténtico testarudo como siempre a la claudicación al demonio que ya se ha dado en todo país no hispanohablante.
Por tanto, ¿cómo no nos van a odiar el demonio y sus vástagos, incluso incitando al odio entre españoles desde hace un siglo especialmente en las regiones de Vascongadas y Cataluña, e infiltrando su contra evangelio marxista leninista ecologista feminista lgtbísta mercaderísta…?
Ah, se olvidaba. Y también nos odia porque el continente que más muerte de hambre produce, África, tiene por nación más rica, católica, civilizada y próspera. Bingo…. efectivamente, Guinea Ecuatorial, que fuera provincia española como cualquiera de las otras cincuenta. Por eso también nos odia satanás y no quiere que los españoles lo sepan y permanezcan en la oscuridad, la ignorancia y el complejo de ser españoles, un regalo añadido de Dios para los que más quiere.
FRANCO FRANCO FRANCO Total verdad y sin nada que añadir magnifica exposición que más de un degenerado analfabeto debería de leer y tener como el Padre nuestro, en la mesilla de noche, pero eso sería como pedir peras al olmo, lo dicho sublime. Saludos y Felices Fiestas