Christians lives matter

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Como español y católico, he sentido rabia y vergüenza, a consecuencia del asesinato del sacristán de la iglesia de La Palma, en Algeciras, a manos de un terrorista musulmán. Rabia porque no pude estar ahí para defenderle, aunque fuera con una piedra, vergüenza, por las reacciones de los políticos y de la Conferencia Episcopal Española.

Viendo las imágenes que la prensa ha presentado en sus periódicos digitales, nos damos cuenta del odio que el asesino islamista rezumaba hacia su víctima, mientras gritaba “Al·lahu-àkbar “ , es decir,  “Ala es Grande”.

El asesino, no estaba loco, sino que mataba a un cristiano, en nombre de su Dios, para ganar el Paraíso. El asesinato tenía por objeto, demostrar el  esfuerzo que un musulmán debe realizar para que la ley divina reine en la Tierra, y que en muchos casos implica la lucha violenta contra los no creyentes en el Islam. Cuando la yihad es comunitaria, incita a la guerra santa contra los no musulmanes. 

Lo sucedido en Algeciras, no es un caso aislado, sino un comportamiento recurrente de los islamistas que viven entre nosotros, alentado por los Imanes de las mezquitas salafistas, desde las páginas web fundamentalista radicadas en Ceuta y Tánger, que siguen abiertas, sin que las autoridades españolas o marroquíes, hagan nada por cerrarlas.

Recordemos que España, después de Francia, es la nación que más agresiva e insistentemente es mencionada por los líderes islamistas. Líderes musulmanes como  Setmarian (con pasaporte español), uno de los principales referentes ideológicos en la estrategia global de Al Qaeda, o el egipcio Ayman Al Zawahiri, el jefe de la organización desde la muerte de Osama ben Laden, muerto el 31 de julio de 2022 en Kabul., mencionaban a España, como lugar ideal donde desarrollar la Guerra Santa del Islam.

Setmarian, en varias ocasiones, ha llamado a «limpiar el Magreb musulmán de los hijos de España», en alusión implícita a las ciudades de Ceuta y Melilla. Según la policía, este individuo fue quién instaló una bomba en el restaurante barbacoa, El Descanso a las 22.30 del 12 de abril de 1985, primer acto terrorista de la yihad en la España post Franco.

Los expertos en terrorismo, con su experiencia, han venido demostrando que el terrorismo musulmán, no se atiene a los esquemas aplicables a otro tipo de terrorismos. Carece de mandos jerárquicos, los comandos pueden ser de un sólo individuo. Su modo de actuar, se rige por valores distintos a los occidentales. Carecen de estructuras para cometer el crimen y además es de carácter global. El asesino terrorista musulmán, puede ser incluso de tercera generación, criado en Occidente, pero con criterios mentales nacidos de otra civilización, incompatible con la cristiana occidental. Todo esto, lo hace menos controlable y difícil de combatir. 

El Insituto “Elcano” en su informe anual, dice que este tipo de terrorismo… “ se trata, en definitiva, de un terrorismo de compulsión medieval, anclado en el siglo VII, pero que utiliza la libertad y los derechos de los países democráticos a los que pretende combatir, así como las últimas tecnologías y, muy especialmente, las ventajas que depara Internet, para crecer y organizarse…”

Como hemos dicho, España es uno de los lugares del mundo,  donde el asesinato religioso va a cobrar más virulencia, a medida de que se dejen de controlar las actividades de los imanes en mezquitas “ilegales” y no se corte el flujo migratorio, sobre todo, de Argelia y Marruecos. El motivo no es otro, que el mandato del Corán en recuperar todo territorio que en el pasado perteneció al Islam. La Sura II, 187, dice literalmente: “Matadles donde quiera que los halléis y expulsadles de donde os hayan expulsado”.

La expulsión de España, del último rey musulmán, en el año 1492, nos encuadra dentro de este mandato coránico.

Pero el resto de los cristianos, no estamos a salvo de los ataques de los guerreros de Ala. Hagamos un pequeño recorrido, por los versículos del Corán que se encuentran en varias suras del Corán y que sirven de justificación para el terrorismo islámico:

Sura II, vers. 187: «Matadles doquiera los halléis y expulsadles de donde ellos os hayan expulsado. La tentación de la idolatría es peor que la carnicería en la guerra. No les libréis combate junto al oratorio sagrado a no se que ellos os ataquen. Si lo hacen matadlos. Tal es la recompensa de los infieles».

 Vers. 189: «Combatidles hasta tanto no tengan que temer la tentación, hasta que todo culto sea el del Dios Único». 

Sura IV, vers. 76: «Que los que sacrifican la vida aquí abajo por la vida futura combatan en la senda de Dios. Que sucumban o que sean vencedores les daremos una generosa recompensa». 

Sura V, vers. 56: «¡Oh creyentes! no toméis por amigos a los judíos y a los cristianos que son amigos unos de otros. El que los tome por amigos acabará por asemejárseles, y Dios no será la guía de los perversos».

 Sura VIII, vers. 17: «No sois vosotros los que matáis, sino Dios. Cuando lanzas un dardo no eres tu el que lo lanza, sino Dios, para exponer a los fieles a una hermosa prueba; pues Dios lo oye y sabe todo». 

Sura IX, vers. 5: «Una vez expirados los meses sagrados matad a los idólatras dondequiera que los halléis, hacedles prisioneros, sitiadles y acechadles». 

Vers. 39: «Si no marcháis al combate, Dios os castigará con un castigo doloroso…» 

Sura XLVII, vers. 4: «Cuando encontréis infieles matadles hasta el punto de hacer con ellos una carnicería y estrechad fuertemente las trabas de los cautivos». 

Como vemos, el Islam no es una religión de paz, precisamente.

Ante esto y sabido el contenido del Corán por la Conferencia Episcopal Española, El secretario general de la misma, el obispo auxiliar de Toledo García Magán (profesor admirado por mi por su categoría intelectual) ha hecho las siguientes manifestaciones a la prensa : .”ha habido una motivación de odio a la fe», pero no por ello «podemos ni debemos demonizar a un colectivo o un grupo general». García Magán también ha destacado que ante este tipo de ataques «no podemos caer en provocaciones, ni echar leña al fuego de la demagogia, ni identificar el terrorismo con ninguna religión, ni ninguna fe». «Dejemos a las autoridades que hagan esa investigación», ha añadido.

Para mi es incomprensible, que la Conferencia Episcopal Española, haga estas manifestaciones. La propia España, ha nacido como nación de un conflicto religioso con el Islam. La existencia del Reino de España, es la consecuencia de haber vencido al Islam y haber recuperado las tierras de nuestros antepasados, perdidas en el año 711, después de la Batalla de Guadalete. En esos siete siglos de Reconquista, se fraguo el espíritu y la patria española y con ese ímpetu histórico, conquistamos América para la cristiandad. Las grandes batallas de la historia española, han sido en defensa de su independencia, en defensa de la Fe Católica y para derrotar al Islam que amenazaba nuestra civilización. España es cristiana desde el siglo I de nuestra era. Fue siete siglos cristiana, desde Roma hasta la monarquía visigoda y después, le costó otros siete siglos expulsar a los invasores musulmanes, de nuestra tierra cristiana. 

La Conferencia Episcopal no puede olvidar las enseñanzas del Papa Sabio, como ya dije en otro artículo anterior:

La demostración teológica de la irracionalidad del Islám, fue uno de los hitos del inicio del papado de Benedicto XVI, que quedo marcado por la visita que realizó a su Baviera natal, el 12 de septiembre 2006, y concretamente, por el discurso pronunciado en la Universidad de Ratisbona, de la que fue catedrático. Ese discurso y la altura intelectual del mismo, nublo cualquier crítica que pudieran hacerle los eruditos del buenismo y socavó los cimientos del Islam. Nuestro gran papa, condenó en ese discurso la irracionalidad de la difusión de la fe, mediante la violencia, es decir, destruyo uno de los fundamentos o “mandamientos” del Islam, que es la “yijad’ o guerra santa.

Este genial discurso, se basó en un diálogo entre el emperador bizantino Manuel II Paleólogo (1350-1425) y un persa, conversación que fue recogida en la obra publicada en los años 60 ‘Conversaciones con un musulmán, Séptimo coloquio‘, del teólogo alemán de origen libanés Theodore Khoury.

Voy a extractar alguno fragmentos del discurso que más controversia han despertado entre los teólogos musulmanes:

“  Muéstrame también lo que Mahoma ha traído de nuevo y encontraras solamente cosas malas e inhumanas, como su disposición a difundir por medio de la espada la fe que predicaba”

El emperador explica así minuciosamente las razones por las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es algo irracional. La violencia está en contraste con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma. ‘Dios no goza con la sangre; no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios. La fe es fruto del alma, no del cuerpo. Por lo tanto, quien quiere llevar a otra persona a la fe necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, y no recurrir a la violencia ni a las amenazas… Para convencer a un alma razonable no hay que recurrir a los músculos ni a instrumentos para golpear ni de ningún otro medio con el que se pueda amenazar a una persona de muerte…'”

(…)

“La afirmación decisiva en esta argumentación contra la conversión mediante la violencia es: no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios. El editor Theodore Khoury, comenta que para el emperador, como buen bizantino educado en la filosofía griega, esta afirmación es evidente. Para la doctrina musulmana, en cambio, Dios es absolutamente trascendente”

“Mi intención no es el reduccionismo o la crítica negativa, sino ampliar nuestro concepto de razón y su aplicación (…) Sólo lo lograremos si la razón y la fe avanzan juntas de un modo nuevo, si superamos la limitación impuesta por la razón misma a lo que es empíricamente verificable, y si una vez más generamos nuevos horizontes (…) Sólo así podemos lograr ese diálogo genuino de culturas y religiones que necesitamos con urgencia hoy. 

Todo se resume a que Ibn Hazm llega a decir que Dios no está vinculado ni siquiera a su propia palabra y que nada le obligaría a revelarnos la verdad. Si él quisiera, el hombre debería practicar incluso la idolatría. A esto contestó Benedicto XVI en el propio discurso “La convicción de que actuar contra la razón está en contradicción con la naturaleza de Dios ¿Es solamente un pensamiento griego o vale siempre y por si mismo? … En este punto se manifiesta la profunda consonancia entre los griego en su mejor sentido y lo que es fe en Dios según la Biblia”.