Hola borregolandia. Hola compañeros y camaradas de tercera clase. Nuevamente se nos vuelve a demostrar y se nos quiere hacer saber que aún hay clases. Clases superiores y clases inferiores, muy inferiores. Y esa clase inferior, la de los parias, es a la que pertenecemos todos nosotros, los sufridos ciudadanos que encima les pagamos las juergas a los de arriba.

Y como nos lo quieren dejar claro. Como quieren que lo tengamos siempre presente, no se cortan un pelo. Primero nos dijeron sandeces como que los platós de televisión eran muy grandes para justificar que los televisivos no llevaran mascarillas y nosotros nos las tuviéramos que poner por las calles.

A partir de ese momento, todo fueron contradicciones y tomaduras de pelo de esos a los que les da igual todo, están por encima del bien y del mal y se ríen de ti. A pesar de eso, todavía hay gente que no se entera y que seguro que volvería a salir a aplaudir a las ocho de la tarde, mientras los que mandan se descojonan de ellos.

Ahora se nos dice, para rizar el rizo, que son obligatorias las mascarillas en el transporte público. Pero para nosotros, muertos de hambre, para otros no. Y encima te lo pasan por el hocico demostrando lo poco que les importa que lo veamos. Total, habrá incluso algún memo que lo vea con normalidad…

4 Comentarios

  1. Los esclavos son los que tienen que llevar el bozal, el fútbol profesional también forma parte del circo para enfrentarnos y dividirnos como la política, ya da asco esta sociedad que permite y acata todo lo que le mandan un puñado de sinvergüenzas que se dedican a la política para enriquecerse y les importa un pepino la salud de su vecino. No no somos todos iguales, a unos os aúpan y a otros nos tratan como animales.

  2. Ahora ya no son los CDC ni las multinacionales las que dirigen el negocio multimillonario de la Falsemia,ahora son los mismos Gobiernos y sus múltiples funcionarios los que lo dirigen,pues todos se han enriquecido en una espiral de lujuria por el poder.

    En el panorama general y representado en un sentido filosófico, la humanidad parece haber perdido su capacidad de aprender de sus propios errores. Dicho en términos más crudos, demasiadas personas entre los intereses de la clase dominante ganaron financieramente y en términos de la lujuria por el poder durante la pandemia para provocar un replanteamiento y una reforma serios.

    En cualquier caso, ese replanteamiento y reforma ahora se pospone para otro día. Cualquier persona seriamente preocupada por el futuro de la humanidad y las civilizaciones que construyó debe lanzarse a la batalla a largo plazo por la verdad y la razón. Eso requerirá que usemos cada pedacito de lo que queda de la libertad de expresión y lo que queda del anhelo de integridad y responsabilidad en la vida pública. El grupo que hemos llegado a llamar “estos” quiere una población desmoralizada y una plaza pública silenciosa.

    No podemos permitir que eso suceda.

  3. Pues ya sabes, contra el vicio de pedir, la virtud de no dar. Insumisión contra la tiranía. Más hechos y menos quejas.

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