El asesinato de una pobre niña de seis años, Olivia, a manos de su ¿madre?, nos ha puesto los pelos de punta a quienes tenemos el privilegio de ser padres.

Y, creo que a todo el mundo.

¿Cómo se puede ser tan hija de Satanás…?

Pero, lo que más me ha sorprendido es el mutis de “la pasionaria” Irene Montero, la ministra del sexo, siempre dada a llorar a lágrima pública, por las mujeres asesinadas por sus parejas.

Toda violencia es condenable, venga de un hombre…, o de una mujer.

No hay asesinatos de primera, y de segunda.

Desde la infausta ley de violencia de género, de 2004 (una gran cagada de Zapatero, el presidente bipolar), reformada y ampliada en varias ocasiones, se ha puesto la lupa sobre el hombre, como si los hombres fuéramos malos por naturaleza, y las mujeres, todas, unos seres de luz, angelicales, que irradian santidad y belleza…

Pero, a estas alturas de la vida, puedo y debo decir que he conocido a muchísimas hijas del Demonio, cuya máxima aspiración es hundir en la miseria a su ex pareja, que las dejó porque eran inaguantables, o porque se entendía mejor con otra, o con otro, que de todo hay.

Pero claro, sucesos como el que comentamos, cuestionan el discurso oficial de las femihistéricas, y por ahí no pueden pasar.

No quieren que la realidad demuestre la endeblez de sus “argumentos”, más bien deposiciones, ideológicas.

Y si defienden el aborto y la eutanasia, ¿cómo no van a intentar justificar el asesinato de los hijos…?

Lo más indignante es que acudan a explicaciones “justificativas” del asesinato: la “pobre” madre no estaba bien de la azotea, etc. (Pero ella no se mató, pero a su hija, sí).

Como decía mi santo padre, que en el Cielo esté, “me creeré que una persona está loco cuando se suba al campanario y se tire de cabeza. Pero decir que una persona está loca para hacer el mal, es una excusa de los abogados y los psiquiatras, pero nada más”.

Estoy totalmente de acuerdo con mi padre, que era una persona de pueblo, con pocos estudios, pero con mucho sentido común.

¿Imaginan ustedes el Calvario judicial de ese pobre padre, luchando durante cinco años en los juzgados y tribunales, para poder conseguir la guarda y custodia de su hija?

Mi más sentido pésame para él, al igual que el de todos los lectores bien nacidos.

Descanse en paz ese Ángel de Dios. 

Estoy seguro de que ya estará en el Cielo, disfrutando de la compañía de otros niños asesinados, y jugando con ellos.

Rezaré por ella, y por su padre, abuelos, etc., para que el  Señor les dé fuerzas para soportar esta tremenda injusticia, que marcará sus vidas hasta su muerte natural.

 

5 Comentarios

  1. Como comenta Paulo Ross “Zapatero nunca la cagó” la ley que se declaró constitucional nos muestra hasta que punto estaba corrompido el Tribunal Constitucional y las razones por las que España ha sido el banco de pruebas de una agenda globalista que no da puntada sin hilo en su afán de destruir las sociedades o cualquier estructura que las fortalezca.

    Decía Ortega y Gasset que la familia es el lugar donde se aprende a defenderse de la sociedad, yo creo lo mismo, y por eso no me cuesta ningún esfuerzo comprender el objetivo de estas leyes que fueron el pistoletazo de salida necesario para llegar hasta el escenario actual con las distintas ramificaciones que van desde asesinar la expectiva del ser hasta “eutanasiar” al abuelo por compasión pero no al gato.

    Tampoco estoy de acuerdo con el autor, cualquier malvado está loco, ahí tenemos el ejemplo de Bill Gates, Sánchez o cualquier otro o del mismo Zapatero, siempre es una locura elegir el mal en lugar del bien aunque ni tan siquiera seamos conscientes de lo que hemos elegido.

    Para mi el sexo siempre ha sido espiritual y creo que los que diseñan todas estas leyes saben que tengo razón porque piensan lo mismo, y es por eso que pretenden anular la expectativa de crecimiento que produce el sexo opuesto.
    El amor no es ni bueno ni malo, es fuerza vital y expectativa de crecimiento y perfección, cuando el amor se desarrolla por el camino del mal también puede resolver el conflicto de cada cual, pero de no resolverse acaba mal y alguna veces, las menos, cuando los frenos morales y sociales que las leyes pretenden eliminar no funcionan suele terminar en tragedia sin distinción de sexo, es por eso que desde la implantación de las leyes tanto los asesinatos como los conflictos graves entre parejas han aumentado, aunque la verdadera tragedia es la debilitación de la estructura familiar donde el niño aprende a defenderse de la sociedad.

    • Así es.
      Y no se dice públicamente, supongo que para no ofender, y por ser “políticamente correctos”, pero a las asesinas, hay que llamarlas asesinas, por mor de la verdad.
      Solo de la verdad sale la luz…

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