Quienes se han ido especializando en el control de la gente, entendiendo por gente el individuo promedio, hasta hacerse maestros en tan vil oficio, saben perfectamente, y de hecho lo integran prioritariamente en sus cálculos, que la masa tiene memoria de pez. Qué digo de pez. Creo que un botijo tiene más memoria que la masa. El margen de maniobra de cualquier aspirante a tirano dominador se hace inmenso, especialmente cuando compra a la voz que susurra a la masa (prensa y papanatas ‘influencers’ varios).
Cuando empezó el acto primero de la gran obra de teatro de la pandemia extraordinaria, genocida, incontrolable, desconocida para la ciencia (excepto para desarrollar un PCR en 24 horas y una vacuna en unos meses), producida por la “fuga accidental” de un patógeno volador y saltarín en el lejano oriente, esta escéptica escribió lo que pensaba en alguno de los huequecitos de la red. Que no se trataba de ninguna pandemia extraordinaria, que atufaba a nuevo intento de gripe A/ aviar / porcina /sarscov, y que muy probablemente se trataba de un experimento globalista, ensayo general de dicha corriente colonizadora para sondear el control de masas y la fortaleza interna y la respuesta de cada nación. Huelga decir que mis palabras sólo encontraron burlas e insultos de personas que probablemente ni habían oído pronunciar la palabra globalismo, salvo tal vez para identificarla con la idea utópica fraternal de mundialismo, ni obviamente recordaban los anteriores cocos de las “pandemias” que he mencionado. Pseudopandemias tan relativamente recientes que resulta imperdonable que hayan sido olvidadas por personas mayores de treinta y cinco o cuarenta años, quienes deberían haber sacado una lección de vida importante de aquellas torpes acometidas.
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Pero quiero ahora centrarme en las consecuencias “inevitables” y catastróficas de la guerra de Ucrania. Quiero recordar a todos los lectores las semanas de pánico de masas en lo relativo al aceite de girasol o la leche. ¿Se han olvidado ya de las estanterías vacías de aceite ante la campaña de terror de escasez lanzada por los medios mercenarios, o la de la leche? De la del papel higiénico de marzo de 2020 no voy a hablar porque esa merece explicaciones aparte. Desde hace meses las estanterías de los supermercados vuelven a lucir unas ufanas botellas de aceite de girasol que te sacan la lengua cuando pasas a su lado. Se suponía que la “guerra de Ucrania” (las comillas no se refieren a que no haya un escenario bélico, sino a que su nombre oficial es muy inexacto) acababa con el suministro de aceite de girasol por ser aquel país en teoría el principal productor o de los principales. Un razonamiento parecido se aplicó desde los medios criminales de manipulación para asustar con un inminente desabastecimiento de leche y productos lácteos, por efecto dominó del trigo y los combustibles. Durante esas dos o tres semanas –no duró más- de terrorismo girasolero lácteo pudimos ver al típico ejemplar de humano egoísta y acaparador llenando carros enteros de aceite de girasol, que puede que ni le guste y sea más de usar oliva. Experimentos. Experimentos y más experimentos. “Ellos” no sólo tienen un proyecto demoníaco para el planeta, el cual tienen la convicción absoluta de que les pertenece, sino que además se lo toman literalmente como un juego. Un juego de diversión.
Pero donde quiero llegar es al rigor matemático de los desabastecimientos. Si el aceite de girasol iba a escasear según los voceros del NOM, y el hecho es que no ha escaseado y ha vuelto tras la histeria acaparadora a las estanterías ¿por qué no sucede lo mismo con los combustibles? Sí, ya sé que no es comparable el girasol al gas ruso, pero el hecho es que han hecho ensayos de carestías sin que la masa exija rigor de datos y responsabilidad con el posicionamiento.
Es una pregunta retórica. Los famosos cortes de Putin, o quien sea (o lo que sea) ese esperpento inflamado que se hace pasar por él, no han sucedido aún de facto. Y sin embargo la masa sigue aceptando la realidad de que por culpa de Putin a ellos se les están exprimiendo las nóminas, prestaciones, pensiones o cualquiera que sea su ingreso para pagar esa presunta carestía.
Esas carestías llegarán, si nadie lo evita a tiempo. Los resortes ya han sido accionados y las cargas explosivas con temporizador colocadas. No tengo ninguna duda de ello. La “agenda de despoblación” (es decir, genocidio, asesinato de masas en el lenguaje realista y no en el embaucador del NOM y sus juglares) y sometimiento eterno de lo que quede, incluye necesariamente la pobreza extrema y la muerte por deshidratación, inanición, frío, calor y violencia tercermundista desatada. Esta semana en mi ciudad sesión triple de fumigación, diurna y nocturna. Mi registro meteorológico personal e intransferible de cinco décadas me habla de algunas lluvias refrescantes de septiembre que no van a permitir, mientras van con paso firme a volar por los aires nuestros embalses (muy lógico en estos tiempos de maldad y estupidez: viene “cambio climático y sequías extremas y me dedico a volar presas contrarreloj”). Pero de momento lo que vivimos es una cosa a medio camino entre el experimento y el disfrute sádico de “ellos”, que son como esos niños malvados que disfrutan torturando hormigueros, lagartijas y moscas poco a poco antes de proceder a su destrucción total.
Somos gran mayoría las personas que lo único que queremos es vivir mirando hacia adelante, progresando o con estabilidad (la palabra progreso ha sido pervertida y desnaturalizada como pocas, pero me refiero a la idea pura). Sin embargo quienes velan por el despertar de las masas deben obligatoriamente imitar las técnicas de los “progres”, los globalistas y cualquier otro totalitario colonizador –que ahora dice Erdogan que Grecia era turca, del mismo modo que los islamistas rebobinan hasta Al Ándalus, pero sólo hasta ahí- de volver periódicamente a rescatar anécdotas y cocos selectos del pasado (que si Franco, que si “los recortes de Rajoy”, que si 1714…) para combatir este trágico hándicap de la memoria de botijo de la masa. Es agotador, pero las guerras son agotadoras, es lo que hay.
Buena Reflexión…
Todos los frentes de esta guerra en un sólo artículo.
Pena que no sea de lectura obligatoria en las escuelas.
Más aún, muchos directores la prohibirían directamente, prueba de su veracidad.
Pero eso también es prueba de que “Ellos” están desesperados.
La victoria es nuestra.
!Mucho ánimo!
Cada día estoy mas convencido que hemos sido muchísimos mas de los que dicen los que dimos cuenta del engaño mucho antes de la.primer.imgen de Wuhan. Eso si, no busques a ni guno de ellos en un periódico, radio o televisión y menos aún entre los no censurados, silenciados o difamados.
Yo me he puesto de lejía hasta las trancas, he bebido tanta que antes era negro y ahora soy albino, y con la guerra me ha pasado lo mismo, he construido barricadas en el.pasillo de casa y hemos hecho dos bandos, yo me dedico al estraperlo y proveo de lejía y pipas de girasol a los dos bandos, aunque para utilizar la prensa firmamos un armisticio cada vez que freímos las patatas.
Quería decir no silenciados o no difamados.
El aceite de girasol no es exclusivo de Ucrania, España es un gran productor también, sólo hay que pasarse por la zona comprendida entre los Palacios hasta Lebrija, Burgos, Caceres para entender que también somos una potencia en producción, lo que pasa que durante años los comerciantes han recurrido al Ucraniano porque era más barato, entiéndase por la mano de obra, de ahí a que España no vaya a tener aceite de girasol va un verdadero abismo. Hay mucho listo que se ha aprovechado que ante el desconocimiento de la gente han subido los precios, haciéndoles entender que la culpa era de Putin y siguiéndole el royo a los degenerados del NOM. En el año 2022 España produjo 507.000 Tm de aceite de girasol, algo así como 507.000.000 de botellas de 1litro, si lo dividen entre 18.7 Millones de hogares españoles eso equivaldría sólo nuestro producto a 27, 82 litros para cada hogar sin ampliar la producción y una cosa es cierta en España se usa mucho aceite de oliva porque somos el primer productor mundial y triplicamos a Italia que esta en segundo puesto. Las importaciones que se han hecho este año son de 664.000 Tm. traídas de Ucrania, pero también de Marruecos, Argentina y hasta la propia Rusia. Estos datos son de la Federación Europea de aceites y oleaginosas, por cierto España produjo 878.000 Tm. de semillas, por lo cual en cualquier momento podriamos producir por encima de los 1.500.000 Tm. lo que pasa que al productor no le interesa debido al precio de la competencia de estos paises, en el que todo vale, pero eso esta muy lejos de que haya escasez, lo que hay es muy poca vergüenza y mucho desaprensivo dispuesto a forrarse, a costa de la ignorancia del pueblo . Saludos
Tal y como expresé al inicio de la guerra, que tengo que reconocer pensaba no se produciría, exceso de buena fe y no de ignorancia geopolítica, cada vez estoy mas convencido que la guerra está acordada, y la de Taiwán también, en realidad todo ha sucedido como dije en mis comentarios antes de la guerra y al inicio de la misma. El mundo se ha dividido en tres sectores que trabajan en conjunto pero dominan a las masas con su propia idiosincrasia, la globalización que pretenden es mucho mas facil implantarla a través de totalitarismos diferenciados aunque el propósito de los tres sectores sea el mismo,
Putin hace con los suyos lo mismo que la UE con los europeos, aprovecha la guerra para joder a la población.
Ya nadie se acuerda de como nada mas llegar Biden a la Casa Blanca enviaron a Cerdito Borrell a meter las pezuñas en Rusia para caldear el ambiente, o como retiraron las tropas de Afganistán por ser mas rentable la guerra de Ucrania, y de ahí hasta aquí con los árabes e indios haciendo de intermediarios del gas ruso.
Al final a todos los implicados le va mejor, pero los ardorosos guerreros europeos que apoyaron la escoria Zelenski cada día son mas pobres.
Ese era el objetivo, por lo tanto la guerra es todo un éxito, cuanto mas pobres sean los europeos mejor ira la guerra.
Cautivos, empobrecidos y sometidos los europeos las tropas de la OTAN han alcanzado todos objetivos marcados, la guerra ha terminado, europeo, grita orgulloso “ya soy esclavo”.
Una de las consecuencia s más sorprendentes, para mí, de la peste esta del virus es que yo, que he sido de extrema izquierda toda la jodía vida, ahora leo la prensa de derechas porque es la que dice lo que yo quiero oír.
No sólo la española sino también la italiana y la americana. De catalana no he encontrado, lamentablement.