Resulta evidente que nos espera un otoño muy movido. Se está desarrollando una verdadera operación de guerra psicológica contra la humanidad. Hace unos meses lo confesaba un empleado de la CNN, en una distendida charla de café grabada con cámara oculta: “La narrativa del Covid ya está agotada. Hemos recibido órdenes de machacar ahora el tema del cambio climático”. Es lo que ha sucedido este verano. “Miles de muertos por el calor”. Mapas del tiempo con zonas en rojo, para alarmar a los espectadores. Oleadas de incendios, supuestamente causados por el “cambio climático” (en realidad, por unos bosques sin limpiar, llenos de yesca, y por la mano del hombre: véase el caso de Zamora). El mundo arde. Algo hay que hacer.

Por ejemplo, vaciar a propósito los embalses españoles en pleno verano (varios internautas lo han denunciado, con grabaciones in situ), para que bajen las reservas de agua. Por ejemplo, sembrar Holanda de chemtrails para que no llueva (el tema es cada vez más escandaloso). Por ejemplo, aprobar unas sanciones contra Rusia que vuelven contra Europa como un boomerang, produciendo intencionadamente una inflación galopante para empobrecer a la población. Los ministros de la UE avisan de que ”viene un invierno durísimo”; pero ocultan que son los propios gobiernos europeos quienes lo están provocando. Por ejemplo, dictando normas que, tanto en Estados Unidos como en Europa, van dirigidos contra la agricultura y la ganadería, contra el sector primario. Asfixiar a los que producen alimentos. Para que haya escasez. Para provocar el caos.

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Macron, ese siervo del globalismo de Davos, dice que “se ha acabado la era de la abundancia”. Ahora viene la de una pobreza inducida. Mientras tanto, los medios normalizan los infartos, miocarditis y muertes súbitas. El FBI de Biden intenta cargarse como sea a Trump. Fauci silba y medio recula. Que aprenda de nuestro Sánchez, que con una impresionante cara de cemento se ha atrevido a decir que “el confinamiento nunca existió”.

Ahora bien: parece que algo se mueve. En Italia, Giorgia Meloni es favorita para las elecciones. Texas prohíbe a Blackrock operar en su territorio. Ron de Santis, gobernador de Florida, rechaza públicamente los principios de Davos.  Cada vez más países se unen a los BRICS. Se anuncian manifestaciones masivas en Europa para septiembre. Los globalistas están nerviosos y pueden intentar una huida hacia delante. Estamos en medio de la batalla. Y no caigamos en la trampa del fatalismo y la indefensión aprendida. Esta batalla, y la guerra, se pueden ganar.

 

7 Comentarios

  1. El autor lo plancha. Sólo un matiz: no es que podamos ganar esta guerra, es que ya la hemos ganado. Y “ellos” lo saben. Pero nosotros también lo sabemos.
    Por eso harán esa “huida hacia delante” que dice el autor. No tienen alternativa. Como a nosotros, les va la vida en ello. Se han pasado tantos pueblos que no pueden esperar clemencia.
    Lamentablemente para “ellos”, en esta ocasión les ha tocado perder.
    Ya iba siendo hora.

  2. Totalmente de acuerdo con lo expuesto. La batalla se puede ganar y es más, se va a ganar. Por mi parte listo para ajusticiar a garrote vil a personajes malvados con cara de cemento, por supuesto con juicio sumarisimo de por medio, por delitos de genocidio, entre otros.

  3. Hay un viejo dicho que harian bien en recordar, que no es muy inteligente vender la piel del trigre antes de haberlo cazado. Asi que cuando veamos a estos asesinos colgando de una soga ya podremos vender la piel, pero de momento la unica piel que se esta vendiendo es la nuestra ¿sera porque ya estamos cazados? ¿O de verdad creen ustedes que los que vienen a sustituir a estos asesinos son menos asesinos que los anteriores? Se diferenciaran en el metodo, pero el objetivo en mente es invariablemente el mismo.

  4. El gobernador de Florida, una candidata italiana (a los candidatos, como a los obispos y a los melones, hay que catarlos) y una ley de Tejas es muy poquita cosa para echar las campanas al vuelo.

    Insisto en que el campo de batalla es la mente de los jóvenes y lo mejor que podríamos hacer es sacar a las criaturas de las garras de la “educación” pública y meterlas en la “enseñanza” privada.
    En la educación que mande el pedagogo si quiere, pero en la enseñanza -éso que había en época del General Bajito- mandaba el catedrático de instituto.

    Y había más libertad de cátedra que ahora.

    Que la administración convoque, si quiere, un examen a final de curso para certificar la aptitud del alumno para pasar al curso siguiente, pero que no manipulen sus mentes ni sus sentimientos.

    Las universidades laborales dependían del Ministerio de Trabajo, de ahí su éxito. Se descacharraron cuando pasaron a depender de Eucación y de las autonomías. Perdón, quise decir nazionalidades, y lo de la z no es un error tipográfico.

    Y es que decía la señá Esperanza (Aguirre), que de los muchos sitios administrativos en los que había estado, era en el Ministerio de Educación “donde había encontrado más cabrones por milímetro cuadrado” (sic).

    Oiga, y que usó esa unidad de medida.

    Según decía Bedmenov, revertir el proceso de desmoralización nos va a llevar 20 años como poco. El tiempo de una generación.

    Muy pronto me parece a mí para anunciar la luz al fondo del tunel.
    ___________________
    FREE ZOUHAM o abandonad toda esperanza.

  5. Véase uno por uno los países del BRICS y verán que son la “cara B” del globalismo. La élite maneja a todos. Y Trump…por sus echos los conoceréis.

  6. Giorgia Meloni, la candidata italiana, es una traidora vendida, como todos los partidos q están ahora. Hace parte de Aspen, y estas elecciones deseadas por los de arriba, son para legitimar esta dictadura para q puedan seguir con sus fechorías, encierros, bozales etc. (Hasta en la disidencia hay algunos partiduchos formados por ex 5 stelle que no son de fiar), Son elecciones TRAMPA, farsa. Espero q la gente entienda que no hay que ir a Votar, hay q deslegitimarlos, este sistema está podrido. Y aquí en este bello país q es España pasa lo mismo.

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