Yo también votaré a Macarena

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Muchas veces por llevar la contraria hacía otra persona, los españoles. somos los primeros de rechazar a la inversa las palabras, donde en este caso mi compañero de caligrafía estoy de acuerdo con él, en esta evaluación que le hace a la señora Olona, Como estamos próximos al día de las elecciones andaluzas y no por haberlas dicho antes, me veo con las manos limpias y aseadas para volver a repetir lo que en las últimas elecciones vi con mis propios ojos de apoderado lo que estaba observando en las últimas elecciones en un colegio del Polígono Guadalquivir una vez llegada la hora del cierre y su posterior recuento.

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Este aviso a navegantes, ya lo he dicho por activa y por pasiva, no se trata del partido que sea, sino de las personas que lo componen, como ha dicho mi compañero de caligrafía, de escritos en este digno periódico. Las personas hacen el partido y no el partido hace a las personas que, aunque hay casos que estas personas se aprovechan del partido y si este partido se calla y deja de lado a estos “trepas de sin servir” como dice Faustino, apaga y vámonos.

La energía y candidez que pone en su cara la Señora Macarena, señalando sin ser asesor de imagen, su valentía abierta y sin reservas de ninguna clase. Su andar majestuoso y sereno y si en este caso se le podrá valorar para su voto en estas elecciones andaluzas, mejor que mejor. Aquí no se trata de España, sino de estar dentro de ella. No se treta de partidos, sino de personas, en este caso de Macarena que, a su vez, harán todo cuanto se dice em su programa. sus pergaminos, cosa que hemos visto a través de los años de su existencia, sin haberles cogido en un renuncio. Sus programas lo demuestran desde que empezaron su recorrido por España.

Yo también votaré a Macarena y que conste que no tengo padrinos. Voto al barrio de la Macarena, por su atractivo y empatía con mis gustos. Con ese vecinal barrio lleno de hechizo en sus vecinos. Siempre he votado y he escrito sobre la Macarena y Esperanza a sus procesiones por esas calles llenas de fervor en la semana santa, cantando a la belleza de sus dos vírgenes. A Macaraena y a Espaeranza por venir. Yo también votaré a la señora Macarena, porque no tengo padrinos. Lo mismo que he loado sus vírgenes sevillanas, votaré a Macarena. A esta nueva emperatriz de la política, lo mismo que dije en muchas ocasiones de la Emperatriz de la Toga, cuando me he referido a Doña Mercedes Alaya. Dios premie a los buenos y castigue a los malos cuando empiecen a cantar los apoderados de turno. La valentía no está en señalar la verdad, sino estar convencido de ella. Y, como si fuese un inglés, pronunciaré estas palabras. Dios salve a la Reina.