Para nuestra desgracia, la confianza que tenemos en una gran parte de esta sociedad que nos rodea va disminuyendo día a día. Y fíjense que, aún así, cada vez que tenemos algún acto en el que cambiamos impresiones con mucha gente, como sucedió, por ejemplo, en la manifestación del Expediente Royuela, nos encontramos con que cada vez hay más personas descontentas con lo que ven a su alrededor y que no se tragan ni una sola de las trolas que se nos intenta colar desde el oficialismo. Por el bien de todos, confiemos en que esta sea otra.

Y es que nos cuentan en InMundo, uno de los diarios más decepcionantes y vendidos de los últimos tiempos, que “El cambio climático es más grave que el covid para la mayoría de españoles”. Para hacer tal afirmación se basan en una “encuesta publicada por la Fundación BBVA con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente que refleja un notable aumento en el interés y la preocupación de la sociedad española por la salud de nuestro planeta”.

Y nos detallan que ese “interés” ha pasado del 44% en 2008, al 71%, que son los datos que reflejaría esa encuesta a la que hacíamos referencia anteriormente.

El asunto del cambio climático tiene muchas similitudes con el del coronavirus porque tanto uno como otro, no son más que una farsa ideada para acabar con nuestras libertades y derechos individuales. Además, tanto en un caso como en el otro se ha demostrado, con el paso del tiempo, que todo lo que se nos había dicho era mentira.

En ambos hay infinidad de pruebas que lo demuestran, pero que no son difundidas por los grandes medios de manipulación como, en este caso, InMundo. Que ahora nos vengan contando esto de la sociedad española, la verdad, no nos extraña demasiado e incluso podríamos llegar a creer que es cierto.

Hemos comprobado, sobre todo a lo largo de estos dos últimos años, que vivimos rodeados de individuos a los que les molesta pensar por sí mismos. Gente a la que se le tiene que dar todo mascado y que no tiene ningún tipo de criterio propio, excepto lo que se le diga por la tele y que no se toma la molestia de informarse, ni siquiera cuando se trata de proteger su salud o la de sus seres queridos. Lo vemos con el cambio climático, con el virus, con la vacuna y con cientos de cosas más que están sucediendo.

Parece que las farsas de la Agenda 2030 ya están cogiendo velocidad de crucero y se nos van a ir sumando con el paso de los meses. Toca armarse de paciencia infinita para ir desmontando uno a uno, pero qué le vamos a hacer, es lo que toca.

 

8 Comentarios

  1. En uno de esos días de calor de finales de mayo tomé un taxi, era uno de esos días que estaban fumigando el cielo con el mismo empeño que un niño colorea una cuartilla, “el mascarillo” que iba al volante aserto “con la.cordura del idiota” “el cambio climático ya está aquí, no es futuro, es presente”, y yo me callé, por prudencia, por no llamarle imbécil y me pregunte en silencio cómo habría llegado por sí mismo a tal convencimiento, quizás pensé escucha demasiado la radio en el taxi, no encontré otra explicación.

    Mientras tanto fumigaban el cielo sin que sepamos que sustancias nos están haciendo tragar, inhalar y tocar, yo observaba un manto blanco artificial que hacía las funciones de un gran plástico cubriendo el cielo (efecto invernadero) y percibí y percibo cada vez que fumigan una humedad superior a la normal, por lo que me.oarece que hablar de cambio climático mientras fumigan el cielo con intenciones desconocidas no tiene mucho sentido.
    A ver si eso de que decía el imbécil criminal de Bill Gates de rociar el cielo para bajar la temperatura tiene el efecto contrario y produce, cosa lógica, efecto invernadero los días de fumigación.

    Aquí no Vane un tinto más, el clima al.memos en mi ciudad no ha cambiado lo más mínimo desde que yo llegué al mundo, la temperatura, lluvias, nubes, se repiten alternativamente cada cierto número de años, en mi caso, mi pueblo, mi ciudad las temperaturas han bajado en verano, aunque yo lo achaco a un pequeño pantano que construyeron hace años, desde entonces hace menos calor, a mí me encanta el calor, me encanta envolverme con las altas temperaturas, espero con ansia cada verano que el termómetro pase de cuarenta grados para disfrutar, y no hay manera, a lo sumo dos o tres días, eso ni es verano ni es nada, una mierda de verano,

  2. No me extraña ya que yo lo sufro con mis hermanas que se lo creen como han creído y siguen creyendo que la mayor farsa mundial es verdad, a la gente la han idiotizado, adoctrinado y atontado, lo que no saben que todo está planeado para la reducción de la población, para el control total, identificación digital y crédito social por puntos, todos concentrados en ciudades inteligentes y alimentados con carne sintética e insectos mientras ellos comen jamón ibérico, cangrejo del mediterráneo, pato y bacalao de Noruega, pero para el ganado nos tienen preparado un menú de gusanos, que se los coman esos desgraciados.

  3. Yo no me creo nada que salga de esos criminales que son los gobiernos y esas instituciones internacionales integradas por criminales, la ONU, es una mierda cagada que de los derechos humanos no entiende nada, a ver si nos vamos enterando de una vez, la OMS es una organización criminal que promueve la muerte y la enfermedad,, la OTAN, fue creada por el nuevo orden mundial para crear guerras para robar las propiedades privadas de las zonas arrasadas por esos cabrones, la UNESCO es otra basura de las mismas élites usureras la Unión Europea es otra mierda del gobierno corporativo mundial creada con el fin de destruir Europa y sobre todo España a la que esos criminales le tienen muchas canas, estoy de los iluminati y de los masones hasta los cojones, yo no tengo miedo a esos hijos de perra pedófilos y maricones.

  4. Pues yo prefiero el calor de principios del pasado siglo… “que el fuego es vida”

    El cantar de la chicharra.

    “Que se queman los lugares,
    los azules olivares,
    los dormidos encinares
    y las viñas, y las mieses, y los huertos,
    bajo el hálito encendido
    que desciende desprendido
    como plomo derretido
    de este sol abrasador de los desiertos.
    Se han dormido las riberas,
    y las gentes de las eras,
    y las moscas volanderas,
    y los flacos aguiluchos cazadores;
    se han dormido en la hondonada
    la pacífica yeguada,
    la doméstica boyada,
    los mastines, el rebaño y los pastores.
    En los rígidos pimpollos
    de alcornoques y trepollos
    se recogen con sus pollos
    angustiados pajaruchos montesinos,
    y en los céspedes dormitan,
    y jadean y palpitan,
    se sotierran y crepitan
    anillados gusarapos mortecinos.
    Fuego radian los jarales,
    y los grises pizarrales,
    y los blancos pedernales,
    y los líquenes de oro de los canchos;
    se platean los rastrojos,
    se requeman los matojos,
    se retuercen los abrojos,
    y se azulan los aceros de sus ganchos.
    ¡Todo ha muerto en la comarca!
    Hierve el agua de la charca
    que el ijar del tono enarca
    y acentúa de la alondra las congojas;
    vibra el aire en la colina,
    zumba el tábano en la encina
    e hipnotizan la retina
    las metálicas quietudes de sus hojas.
    Yo los párpados entorno
    bajo el peso del bochorno
    viendo a medias en el horno
    de la tierra la agonía del paisaje,
    y me sueño con las frondas,
    con los ríos de aguas hondas,
    con las márgenes redondas
    de los lagos circuidos de follaje…
    La extensión indefinida
    de la tierra empedernida
    pierde el tono de la vida
    que en el seno solo vive de la idea…
    Es el sueño de un despierto,
    es la calma del desierto,
    es un vivo mundo muerto…
    ¡Es la ardiente Extremadura que sestea!…
    Y la aduermen esta nota
    monorrítmica que brota
    de mi pobre lira rota,
    que la reza bajo el palio de la parra,
    y el unísono rasgueo,
    y el isócrono goteo,
    el perenne martilleo
    del monótono cantar de la chicharra.

    II

    Vete lejos, linda Andrea,
    que el bochorno me marea,
    me emborracha, me caldea,
    me pervierte los sentidos perezosos…
    Vete lejos, criatura,
    ue en tus labios hay frescura
    y en mi sangre calentura,
    y en mi mente sueños árabes borrosos…
    Muchachuela: no son esos,
    no son risas, no son besos,
    son más graves embelesos
    los que encantan mis ardientes melodías…,
    sonsonetes de chicharra,
    sombra fresca de la parra,
    agua fría de la jarra,
    dulce holganza y uniformes canturías…
    Hondamente enervadoras,
    blandamente abrumadoras
    las quietudes de estas horas
    se recuestan en el lecho de mi mente,
    y el espíritu abatido
    que las vive adormecido
    va rumiando su sentido
    gravemente, suavemente, lentamente…
    ¡Qué flojera, qué flojera!
    ¡Qué pesada soñarrera!
    ¡Qué enervante borrachera
    de pereza los sentidos narcotiza!
    ¡Qué modorra, qué modorra!…
    ¡Qué penumbra de mazmorra…
    los contornos casi borra
    del premioso pensamiento que agoniza!…
    ¡Vete y vuelve, muchachuela,
    que me dejas una estela
    de frescura que consuela
    cuando pasas, cuando pasas a mi lado!
    ¡Trae la jarra, trae la jarra!
    ¡Qué se calle la chicharra!
    ¡Qué las hojas de la parra
    mueva el hálito del céfiro encalmado!
    ¡Pero no, que el fuego es vida;
    y bajo esta derretida
    lumbre roja desprendida
    de ese sol abrasador de los desiertos,
    vida incuban los lugares,
    sus azules olivares,
    sus dormidos encinares,
    y sus viñas y sus mieses y sus huertos!
    Y entre tanto, lira mía,
    tú con bárbara armonía
    de chicharra, dile al día
    los contrastes que me brinda la fortuna;
    de mañana, brisa y parra;
    en la siesta, la chicharra,
    y a la noche, la guitarra,
    las muchachas, los ensueños y la luna…”

    José María Gabriel y Galán.

  5. Bueno. Nada nuevo bajo el sol. Las manipulaciones de masas se producen desde siempre. En qué creen ustedes que consisten las religiones institucionalizadas o las doctrinas politicas?

  6. Es cierto que hay “cambio climático”, se llama “geoingenería”, pero no os preocupáis, son aquellos que reclaman el poder absoluto a costa de nuestra libertad y nuestra prosperidad aquellos que pueden controlar a su caprichosa voluntad con su tecnología ultrasecreta que haya una era glacial o un nuevo año de sequia.

  7. Los más prestigiosos científicos no tienen miedo alguno a este cambio climático. No lo dan importancia. Ni achacan al hombre influencia alguna en él. Ni en su origen ni en su posible desaparición. Como ha sucedido siempre, vamos.
    Los borregos siempre obedeciendo a quien quiere engañarlos, la falta de formación e información es lo que tiene.

  8. Igual no deberíamos sorprendernos tanto.
    No creo que a la sociedad, en general, la hayan idiotizado con esas dos acciones, simplemente ya lo eran, pero con ésto , les han dado un motivo para demostrarlo.

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