sexo

Bien es verdad que, la razón a veces se limita según sea el conformismo de la persona para someter conceptos o formar juicios de valor que, aunque tengan sentido para establecer razones personales pueden dejar en el tintero perdidas de la verdad si no se atina por derecho este conocimiento. Por ello hay razones descafeinadas, ¿Cuál es la provincia española en la que se hace más sexo? -leído en la prensa- no estoy de acuerdo sobre este argumento donde se habla con mucha libertad.

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Bien es verdad que, siempre que se escucha, se habla o se lee algo sobre la práctica del sexo hay un abismo de contradicciones entre los entrevistados que, a esto me voy a inclinar sobre esta manida palabra de ¿Qué es sexo?

Nos sé si será realidad, enredo o medias verdades lo que he leído hace unos días: ¿cuál es la provincia española en la que se práctica más sexo? Sobre lo leído, me atrevo en decir que se en tiende por sexo. El sexo en sí, no es la penetración ni la eyaculación y que se entiende por tener sexo, o como se hace y como se manipula, mejor dicho, la palabra tabú, como siempre se ha escuchado sobre esta necesidad del cuerpo que experimenta el ser humano y puede haber contradicciones en las generaciones existentes. “Hay estudios en investigaciones biomédicas, la educación sexual de la población y la práctica clínica… Investigadores, padres, médicos y educadores sexuales deberían ser cautelosos y no asumir que su propio concepto es el mismo que poseen sus hijos, sus pacientes o sus alumnos cuando se les pregunta sobre este tema”, comentan los autores, dirigidos por Brandon Hill, de la Universidad de Indiana (EEUU).

Tengo delante de mí este trabajo hecho en España, donde se dice, o mejor dicho se especula cual es la provincia o territorio donde se práctica más este sexo que, como yo le digo, descafeinado.  Como no quiero herir susceptibilidades ni crear malicia alguna, no todo cuanto se dice es verdad o media mentiras, todo está, como se han hecho las preguntas para verlo con más sentido de la razón y saber las diferencias de catalogar los criterios de estos estudios hechos en España.

Aquí te pillo y aquí te mato ha pasado a la historia. No me refiero al tiempo pasado, sino ¿que entendemos por tener sexo? De hecho, ¿se considera que el sexo oral lo es? No para un 30% de los participantes de la nueva investigación. En ella, 204 hombres y 282 mujeres, de 18 a 96 años, han respondido a distintos cuestionarios sobre comportamientos sexuales. Los datos, publicados en la revista ‘Sexual Health’, revelan la falta de consenso en su definición. Ya ven que, cada maestrillo tiene su librillo.

Hoy día el sexo está muy descafeinado. No basta el aquí te pillo y aquí te mato. El sexo es otra cosa, no es la penetración, ni tener la lívido a tope. Cierto día hablando en consulta con un sexólogo amigo mío, me decía abriendo un libro y leyendo que:  “Como apunta la 4º edición de The complete Idiot’s Guide to Amazing Sex (La guía completa del idiota para un sexo increíble), que define el quickie como un “breve encuentro sexual acompañado de espontaneidad y un cierto grado de riesgo…Demasiados pueden causar problemas sexuales porque requieren que el hombre eyacule rápido y pueden hacer que la mujer no llegue al orgasmo,( suele pasar muy frecuentemente) Por lo tanto, hay que espaciar esta técnica y hacerla corta, dulce y ocasional”.

Este encuentro de pareja en su finito debe ser al unísono, a la vez, en el mismo periodo de tiempo. El aquí te pillo y aquí te mato, es un sexo descafeinado, El sexo es más que la propia relación íntima. Los besos, las caricias dilatadas en el tiempo, los mimos y palabras suaves y acariciantes en la complacencia e incluso la ternura, hacen el complemento para una buena y agradable manifestación sexual de la pareja. Donde no hay nada de todo esto el sexo no ha sido completo. ¿Que sería la vida, sin un sexo orientado a esa felicidad que nos proporciona la vida misma? Pues eso, no sería vida.

1 Comentario

  1. Descubrir el sexo en el siglo XXI era la única tarea pendiente que tenía el hombre transhumano para alcanzar la perfección, que evolución, que sagacidad, que inteligencia.

    Y yo que pensaba que lo sabía todo, que lo mismo era el mejor amante del mundo que el gilipollas que le tocó en suerte el día del polvo precipitado.

    A mí esto que de que los transhumanista se quieran inventar el sexo perfecto me recuerda a los gusanos que algunos pretenden ponernos de dieta a cambio del chuletón, el jamón ibérico o las gambas de Huelva.

    Yo es que tengo un problema, si no estoy enamorado no se me pone, de la misma manera que si no tengo hambre no me entra la comida. A ver cómo lo arreglo un día de éstos, no sé si irme de cervezas para abrir el apetito y comer unas tapas o pedirle consejo a mi perro que en cuanto huele un chocho al punto se pone como loco y hasta se escapa de casa.

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