En todas las guerras, siempre ha sido esencial comprender cómo piensa el enemigo. Así, por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial los ingleses, conociendo la mentalidad mágica de Hitler, contrataron al astrólogo Louis de Wohl para poder entender la lógica astrológica de muchas decisiones del Führer.
En la actual guerra en curso de la élite globalista contra la Humanidad, resulta imprescindible conocer la lógica interna de mentes globalistas como la de Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial. Para empezar, admitamos que se trata de gente muy preparada intelectualmente y con un gran nivel de sofisticación conceptual.
Ante todo, los globalistas tienen la mentalidad de un empresario. El mundo es para ellos como una gran compañía, y se consideran a sí mismos como los más capacitados para dirigirla. Su diagnóstico es que existe demasiado personal (demasiados seres humanos sobre el planeta), y que mucho de ese personal es básicamente improductivo e inservible (los famosos useless eaters, “comedores inútiles”). Desde los tiempos del Club de Roma, se sabe que las élites aspiran a la reducción demográfica. Es como cuando una empresa despide personal para ganar productividad y competitividad: se trata de una decisión puramente técnica. Los globalistas quieren reducir la población mundial, aunque divergen en los medios más adecuados para conseguirlo.
En cuanto a la democracia, les parece un procedimiento ineficiente y obsoleto para elegir a los gobernantes. Partidos políticos con programas diversos, presidentes que entran y que salen, ideologías contrarias, demagogia, oportunistas en busca del dinero público, decisiones necesarias que se aplazan o se evitan por motivos electoralistas, promoción de los más ineptos dentro del aparato del partido etc. etc. Todo esto les parece ridículo y deplorable. En un mundo tan interrelacionado como el actual, lo lógico para ellos es que exista una única dirección de los asuntos del mundo, un Gobierno Mundial de tecnócratas pata negra que decidan con criterios de eficiencia productiva. Por lo tanto, los Estados democráticos son un obstáculo a superar y tienen fecha de caducidad. Todo los que los debilite, o lo que agrave su situación de crisis, es una buena noticia para el globalismo. Así piensa, por ejemplo, George Soros, que utiliza su Open Society Foundation para ir haciendo contra los Estados-Nación occidentales una discreta y persistente labor de zapa.
Pero no se crean que el globalismo se mueve sólo en un plano de lógica táctica inmediata. También dispone de una visión filosófica de altos vuelos, incluso de una visión religiosa. Para ellos, ya ha finalizado el tiempo de la Humanidad tal como lo conocemos. La Humanidad ha dado de sí todo lo que podía dar. Ahora hay que pasar a una etapa nueva. Después de milenios de historia humana, en la hora actual procede pasar a la época del Transhumanismo. Del ser humano híbrido, fusionado con la máquina y liberado de los fallos e insuficiencias de la biología. El gran héroe de los globalistas es, por supuesto, Lucifer-Satán. El gran error de Dios al crear al hombre fue dotarlo de libertad, de libre albedrío. Lucifer-Satán, que cree poder mejorar la obra de Dios, piensa que es mejor un mundo de hombres esclavos. De hombres convertidos en piezas interconectadas de un gran Organismo Planetario, de una Bestia que hoy asumiría como cerebro a una Inteligencia Artificial. Los globalistas necesitan inyectarnos vacunas y ponernos microchips para dar los primeros pasos de la interconexión de nuestros cuerpos humanos con la red mundial de 5G.
Dejado al albur de una libertad sin rumbo, el mundo humano, la historia de la Humanidad, sólo es un ruido continuo de confusión y caos. Sin embargo, dirigido por la élite luciferina, una Humanidad convertida en un gran superorganismo planetario nos elevará -piensa el globalismo- a la condición del Superhombre, del hombre-ángel, híbrido entre lo humano y lo digital.
Será, sin duda, un parto doloroso. Muchos hombres insistirán en resistirse contra lo inevitable. Contra ellos no cabe piedad alguna: o estás conmigo o estás contra mí. Y todos los sacrificios merecerán la pena. Como dijo Lenin, “si para implantar el comunismo fuese necesario que muriesen cincuenta millones de personas, estaría justificado”. Las vidas de los humanos son bagatelas inútiles, absurdas pompas de egoísmo e ignorancia que no valen nada junto a la gloriosa idea de una nueva Humanidad tecno-angélica global, del ser humano convertido en su propio dios.
Así que el futuro ya está escrito: una élite que ocupará la cúspide de la pirámide y que llevará una vida de poder, placer y libertad absolutos, desligada de todas las cortapisas morales y elevados al plano de los cuasi-dioses; luego, una humanidad servil y controlada, meras piezas sin autonomía alguna del tecno-organismo global, y tal vez una masa proletaria inservible, limitada al nivel de la pura subsistencia y totalmente dependiente del tecno-Estado planetario. Y ello sólo en el caso de que, por razones de oportunidad, se decida que, al menos de momento, esa masa sobreviva.
He aquí, muy resumida, la mentalidad del globalismo, a la que urge oponer una visión alternativa para nuestro futuro. Los globalistas “tienen un plan”, lo sabemos todos, que a nivel público se expresa en la Agenda 2030. Los antiglobalistas también debemos presentar el nuestro, y debe ser a la vez más ingenuo y más astuto que el suyo.
Al final, triunfa quien es capaz de aplicar una lógica más profunda. Y no hay lógica más profunda que la de la voluntad de Dios.
Para mí es todo mucho más sencillo. Esa gente lleva tantas generaciones mandando sin obstáculos en la sombra y reproduciéndose de forma endogámica (con la degradación genética que ello conlleva) que se sienten los dueños literales del mundo con todo lo que contiene, y consideran a los humanos una plaga molesta a exterminar. Otro rasgo de su personalidad es la psicopatía más extrema. Y otro el sadismo.
Y ni siquiera creo que posean una inteligencia superior, simplemente emplean toda la que tienen en hacer el mal y en aprovecharse de todo cuanto surja, se invente o se descubra para utilizarlo en su beneficio,y por eso logran gran rendimiento.
Tienen derecho de pernada sobre la ciencia y la tecnología simplemente a golpe de ese dinero (ficticio) que amasaron cuando le cogieron el tranquillo a la dinámica de los países e impusieron sus sistemas financieros, y también porque inventaron la manera de integrar las universidades en el sistema que ellos controlan, que los convierte en los primeros en enterarse de cualquier hallazgo útil y ponen a su servicio a las personas que destacan (o las eliminan, si no se someten).
Viven vidas de ultra mega extra tope lujo por encima de la ley, sin fronteras, sin límites, y aprovechándose de unos países que funcionan por inercia y por supuesto por su fuerza de trabajo real. Podrían seguir viviendo en esas condiciones eternamente pero ahora ya sólo les excita la idea de ser Dios, o mejor dicho el demonio.
Opino que esto es todo cuanto hace falta para entender la existencia de esas COSAS, el funcionamiento de sus mentes podridas y malignas, e incluso anticipar sus movimientos y sus regates.
+1
Son unos tarados pedofilos y profundamente enfermos capaces de un único sentimiento: un odio extremo hacia todo lo que es bueno y bello.
Tu opinión y la del autor del texto se complementan; la tuya tb es muy buena, como siempre, pero en esta ocasión me quedo con su final… por mirar hacia adelante:
” Los antiglobalistas también debemos presentar el nuestro, y debe ser a la vez más ingenuo y más astuto que el suyo.
Al final, triunfa quien es capaz de aplicar una lógica más profunda. Y no hay lógica más profunda que la de la voluntad de Dios.”
Los dos habéis escrito juntas ciertas letras… D, i, o, s… quizá, la Única Verdad que tiene todo esto que está sucediendo Hoy.
Sí, yo también creo que ese final es lo más importante.
Y cuando decía que es más sencillo me refería a recalcar que sólo hay que pensar en las más destacadas miserias humanas de los peores ejemplares y entender que esas estirpes las reúnen todas, frente a ninguna virtud, pues carecen totalmente de emociones. Por supuesto el artículo lo clava.
Es un Placer leerte; todo Positividad, profundidad en tu análisis… una perspectiva que sólo se consigue desde una posición elevada. Enhorabuena.
Te animo a seguir Compartiendo reflexiones…
Gracias por tu Talento y tu Pureza.
De lo más preclaro y acertado de lo que he visto sobre el tema. No lo veremos en ningún ejemplar de la prensa “seria”. Como dicen por ahí:
“Máxima difusión”
Muy buen artículo y también los comentarios. Sólo añadir que el bien es un contrapeso universal al mal, así que no decaigamos y mantengamos la esperanza dentro de la lucha. El momento del bien está cerca y lo vamos a ver y a protagonizar.
¡¡¡Bravo!!!