Por favor la monarquía agitada, no revuelta

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Están en las izquierdas que se suben por las paredes. A los muchos quebraderos de cabeza inventados en sus lindas cabecitas provocados según ellos por los poderes facticos de la derecha y la ultraderecha a los mandos de las FFCCSE, los medios de comunicación, los jueces y el patriarcado, ahora se les subleva la vieja monarquía.

[Aprobadas Medidas laborales y de protección para zonas afectadas por emergencias]

Tras un arduo trabajo de cotilleo por las redes sociales bajo seudónimo –por supuesto–,  puedo asegurar que el grado de escozor provocado por el regreso del emérito con la excusa de marcarse una regata es supino. Analizando las cuentas de los principales periodistas y políticos del falso movimiento obrero, todos llegan a la misma conclusión.

La desfachatez del sujeto en cuestión y el vasallaje demostrado por el pueblo ignorante, los líderes mediáticos del régimen franquista y los actuales partidos monárquicos herederos del mismo, aseguro que son los principales argumentos que esgrimen para tratar de acrecentar en la opinión pública el odio intrínseco que sienten hacia todo aquello que de forma y en cierto modo descontrolada en esta ocasión, ha escapado a su control, aunque lo cierto es que parece que les está saliendo el tiro por la culata, otra vez.

Mucho se ha hablado de las condiciones que el Rey Juan Carlos I y su heredero han tenido que aceptar –bajo chantaje y supervisión de La Moncloa– , para que al final se interrumpa el largo exilio autoimpuesto por su Majestad para proteger la institución y el devenir de su familia, aunque lo cierto es que para la izquierda radical, nada sea bastante al considerar que en este caso, el monarca no tiene derecho a la presunción de inocencia y menos aún a disfrutar lo que le quede de vida como y donde le plazca, teniendo en cuenta que ha salido airoso de todos los delitos que se le imputaron.

Para la izquierda tampoco es de Ley que no haya sido investigado por supuestos delitos contra la Hacienda Pública por el sencillo hecho de que en el caso de haberse producido, estos ya hubieran prescrito. Sin duda la hipocresía marca su comportamiento burdo y soez pues quien de ellos en las mismas condiciones no se hubiera aprovechado de la prescripción de los supuestos delitos.

Es obvio que la izquierda española es de todo menos moderna teniendo en cuenta las cuestiones éticas que defienden en este asunto a diferencia de las manifestadas en otras materias, especialmente las de carácter afectivo, familiar, sexual, educativo, etc. Sin embargo en la cuestión de la actual monarquía y la forma de sistema político que representa, se ofuscan en trasladar a la población la idea de que la institución en si misma representa única y exclusivamente la corrupción del sistema democrático español heredero del franquismo.

Incluso es curioso porque entre ellos mismo se acusan y los más extremistas (podemos y sus confluencias), echan en cara a los socialistas que sean republicanos durante las campañas electorales, y participes y fieles defensores de la monarquía parlamentaria el resto del tiempo que duran las legislaturas.

Lo cierto es que pese a todo el esfuerzo que los medios están tratando de llevar a cabo para minimizar la visita del emérito, al pueblo en general le interesa, bien sea por convicciones o porque le gusta las cuestiones referidas a la prensa rosa que arrastra la familia real sencillamente para ver si por curiosidad se produce el esperado encuentro entre ambos reyes y también por supuesto entre Don Juan Carlos y Doña Sofía.

Fíjense que no estoy entrando en la utilidad o no de la Jefatura del Estado, ni de la figura del rey de España pues eso implicaría meternos en un berenjenal infame que hoy por hoy no tiene cabida en la actual y sobreactuada situación política española. Las condiciones para preguntar a los españoles por la continuidad del actual sistema político español no se dan y gracias y por desgracia a la pluralidad que provoca la actual Ley electoral de momento es imposible.

Aun así la izquierda trata de desestabilizar a la opinión pública y a los partidos defensores de la monarquía parlamentaria sabedores de que en la mayoría de las ocasiones entran al trapo y se ven inmersos en absurdos debates, los cuales y teniendo en cuenta el sesgo con el que se cuentan las noticias terminan dando una imagen arcaica y retrograda cuando eso mismo, lo carca, es la principal característica de la izquierda.

Por eso defiendo que es mejor lo que tenemos que cualquier otro invento pues conociendo el percal terminaríamos con algún socialista de Jefe de Estado de esos que al PP le parecen moderados como pasa con el actual defensor del pueblo. Seguramente y pese a todo lo indigno que parezca, la Casa Real tendrá siempre un coste inferior, más aun con el actual y transparente panoli.