Nos llega una anécdota que queremos compartir con todos nuestros lectores y amigos. Resulta que Salvador Sánchez Frascuelo se anunció en la plaza de toros de Tolosa un 25 de junio de 1866 como único espada.
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Cuando el torero de Churriana toreaba de muleta al quinto toro se escuchó un grito en la plaza. ¿Y a qué se debía ese grito? Resulta que el astado que esperaba para salir en sexto lugar había derribado a cornadas la puerta del chiquero, presentándose en el redondel.
Esta situación provocó un gran espanto. Frascuelo, ante la situación dejó al toro que estaba lidiando y salió en busca del nuevo enemigo, al que llamó desde lejos con la muleta, citándolo y esperándolo. Al llegar el toro a su jurisdicción Frascuelo le dió una estocada en el costillar, que hizo rodar al toro a sus pies.
Una vez muerto este “invitado”, volvió el maestro a por el quinto toro, con el que acabó la lidia y despachó de una estocada superior.
La ovación que recibió Frascuelo fue indescriptible. El público saltó a la plaza llevando a hombros al matador hasta la fonda en la que se hospedaba Salvador Sánchez.
En aquellos años había más gente que amaba la fiesta nacional.