Doy por descontado que ya sólo con el título, la lista de mis enemigos se ha multiplicado exponencialmente, pues nada hay más políticamente incorrecto que describir la simple y llana realidad.
Sin embargo, Idiota no es un insulto, ni siquiera un calificativo sino un sustantivo que nombraba, en la antigua Grecia, a los ciudadanos que solo se interesaban por sus asuntos personales (idio significa propio, como en idiosincrasia o en idioma) y no se comprometían con la res publica, los que “pasaban” de implicarse en la gestión y el gobierno de lo colectivo. Los idiotas eran vistos como egoístas e irresponsables, de ahí su connotación negativa. En cierto modo, Diógenes era un idiota.
Después de sufrir la multitudinaria ceremonia madridista que literalmente paralizó la capital de España durante más de cinco horas y provocó ENORMES molestias a cientos de miles, tal vez millones de personas,y todo eso porque 11 millonarios habían logrado meter cuatro veces un balón en un rectángulo de 7 metros de largo, no me puedo resistir a explicar lo que es en realidad el fútbol, además de una fábrica de ganar dinero a espuertas.
De la plaza de España a la Puerta de Alcalá, de la Estación de Atocha al Santiago Bernabeu, todo el tráfico estaba cortado. Ni coches, ni autobuses, ni taxis podían circular por los ejes principales norte/sur y este/oeste de la capital española. Semejante apoyo institucional a una afición adictiva y alelante es vergonzoso.
Señora Alcaldesa de Madrid, Señores futbolistas y aficionados, no, Uds. no tienen derecho a paralizar la capital de España porque un equipo haya ganado un campeonato.
No había que poner belenes porque no todo el mundo es católico. Pues sepan que no todo el mundo es madridista, y tampoco somos todos aficionados al jueguito este de las narices.
Lo primero, no debemos olvidar que, como reza el Kit básico para no morir idiota, cualquier aparato, evento, noticia, propuesta, fenómeno social, libro, arte, moda… que se difunde urbi et orbi en los medios de comunicación oficiales es porque, o es parte, o sirve a la agenda del poder. Por si todavía no se había Ud. dado cuenta: el fútbol está apoyado, financiado y promocionado porque es UTILÍSIMO al poder corrupto que nos somete.
Once millonarios
(11-S,11-M…)
que visten uniforme
enarbolan su bandera
cantan su himno
se entrenan en un campo
para enfrentarse a sus enemigos
y vencerles,
sólo tiene una explicación:
el fútbol es una guerra.
Una guerra simbólica en la que los fanatizados hinchas,
-tifosi en italiano, una palabra que suena entre tiñoso y tifoso, es decir, enfermos-
lloran, ríen, gritan, se pelean y hasta son capaces de matar, porque unos millonarios analfabetos, horteras de bolera, cubiertos de tatuajes y perforados de piercings, intentan arrebatarse un balón para meterlo en un rectángulo de 7 metros de largo. Unos jugadores/objeto de compra-venta que hoy están en el Real Madrid y mañana jugando en el equipo enemigo.
“Chapeau”, bien clarito para pocos entendedores.
Titulo perfecto, nada que añadir sobre esta religion
Pues yo no me siento ofendido y disfruté viendo el partido. No me siento ofendido porque pienso lo mismo que la autora.
Hace unos días pasaba por delante de un colegio y observe a unos niños que en el tiempo de recreo competían por diversión dando volteretas, me quedé observándoles un instante y puedo asegurar que
el breve tiempo que estuve observando sus habilidades disfruté más que viendo el partido.
Tras el partido comencé a oír un tremendo ruido en la calle de mi ciudad, era chicos jóvenes que celebraban con euforia una victoria a los que coreaban las bocinas de los coches, y sentí pena, sentí desazón al comprobar la ficticia alegría de la nada que se convertirá en frustración cuando la realidad que pende de un hilo sobre sus cabeza les aplaste
“Panem et circenses”. Recuerdo perfectamete que “in illo tempore”, se decía que el fútbol, opio del pueblo, estaba auspiciado y promocionado por Francisco Franco para distraer y desviar las preocupaciones de los españoles. Una larga cambiada, vamos. En la actualidad, este deporte-fábrica de dinero, está potenciado al máximo para cumplir su verdadero objetivo que es, ni más ni menos, el que tenía más de medio siglo atrás, pero a lo bestia. Es sintomático, triste y descorazonador, ver a una muchedumbre de medio millón de individuos celebrar en la calle la victoria de su equipo y sin embargo, estar tan calladitos en sus casas, sin protestar públicamente ante tanto atropello de nuestros derechos e injusticias para todos los gustos. Una gran victoria para todos estos politimafiosos satánicos que padecemos en el poder, que no gobierno. Pero que tengan en cuenta que las leyes del Universo son inmutables y “Lo que siembres, recogerás”.
CHAPEAU. Tenemos lo que merecemos
En madrid hay mucho tonto, yo creo que junto a cataluña., es donde más tontos hay. Se les puede ver, sobre todo, en cualquier costa mediterránea española con sus camisetas del r. madrid, muy orgullosos ellos. Yo cuando me cruzo con ellos pienso, míralos, que pintas de paletos…
Otra demostración más de la manipulación a la que está sometida una sociedad que valora más lo que hagan sus “ídolos de barro”, que el futuro que les espera. ¿Es útil esta necesidad de seguir a un equipo para su goce y desahogo?. Pues parece que para ellos, si.
Todo aquello que personalmente son incapaces de hacer, envueltos en una masa humana, desata sus instintos más básicos y se sienten arropados los unos con los otros.
Quizás exista un gran fallo a nivel social, político, económico, sanitario y de principios morales y éticos que, inconscientemente, les hacen centrar sus represiones en algo tan básico como el fútbol. Si ha sido tan fácil convencer a una buena parte de la población de que su salvación, solidaridad y responsabilidad consistía en hacer uso de un experimento, disfrazado de vacuna , sin más interrogantes, ¿Quién se va a plantear que, la manipulación clara de su psiquis , pasa por ser un forofo de un equipo de futbol para amansar a las fieras?.
El futbol es lo que mas me gusta de la vida, pero no desde un punto de vista fanatico de barra de bar, porque yo observo a todos los equipos y jugadores que puedo y su historia, ser aficionado al futbol no es malo si no te metes en peleas y no es incompatible con otras cosas de la vida
Que sí, Pilar, que el fútbol es lo peor de lo peor para la salud mental. Fíjese si es malo, que, a usted, con solo escribirlo le ha trastrabillado su cerebro hasta el punto de atribuir al Sr. Almeida, el rimbombante título de “Señora alcaldesa de Madrid”.
Justo ahí, deje de leer su ofensivo artículo, pues a mí, me gusta el fútbol y no me considero abducido por ese opio que dice destila y mucho menos con el resultado fatídico de ser un irredento idiota.
Mas bien, su visión, normalmente me traslada a esos días de lluvia con su preticoroso olor a tierra mojada. Supongo que será por la visión del césped.