De “gilipolleses” y de desconocimiento del sentido del ridículo

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No me gusta perder el tiempo, aún menos, dar popularidad a la gente incapaz e inútil y de otros muchos calificativos en ese mismo sentido que se dan de forma abundante entre nuestra clase política,  pero lo de este señor, ralla no lo absurdo, sería necesario, otro calificativo -que a día de hoy, no lo ha registrado la academia de la lengua-  para definir  un nivel de estupidez en grado insuperable.

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Lo del señor Garzón con las dietas que le quiere imponer a los demás, en cuanto a la alimentación, no tiene nombre. Mientras  presume de los viajes que se pega y de los increíbles hoteles de lujo en los que pernocta, del jamoncito de la Feria de Sevilla y  de lo bien que cocina los alimentos en su casa;  les quiere imponer a sus súbditos, una dieta que hoy los cerdos la desecharían.

Si tuviéramos que hacer un concurso de quién dice las gilipolleces más grandes dentro del Gobierno de España, lo tendríamos muy complicado, pero sin lugar a duda, Irene Montero, Yolanda Díaz y el ministro de consumo, señor Garzón,  estarían entre los más aventajados. De todas maneras, dejaremos el concurso para otro día,  me voy a referir a la última propuesta, mejor dicho, ocurrencia de este individuo que no deja de sorprender, casi mas por la situación que tiene dentro del gobierno -que para nada se justifica en base al número de voto que saca con su partido, da la sensación de que es una imposición de ese señor  que se reúne regularmente con nuestro presidente, casi en secreto y que, de lo que hablan, nunca trasciende a la prensa. No hace falta que les diga de quién se trata-  que por las gilipolleses que se le ocurren y que a su vez, demuestra carecer, del más mínimo sentido del ridículo, al hacerlas públicas.

La última ocurrencia del Sr. Ministro Garzón, es que los vecinos compartan los electrodomésticos -Mientras escribo esto, me llega que ha aprobado cuatro tipos de insectos más en su lista de comestibles para los demas-  según cuentan con la intención de reducir la contaminación que produce el consumo eléctrico. De igual manera, es el mismo que colgó una foto cocinando en su propia casa en su magnífica cocina, haciendo un arroz, en una  vitro-cerámica de lo más moderno, acompañado de una cervecita y disfrutando de su “soledad”.

Por último hemos visto al señor  Garzón ministro de consumo, haciendo campaña pre-electoral en Andalucía, por supuesto pagada  con los impuesto de todos, recordándonos la existencia  de  la norma qué hace posible que la electricidad no se le corte, a la gente en situación de vulnerabilidad. Claro que lo que este no dice, es que esa situación de vulnerabilidad entre otras cosas, viene provocada por el extraordinario y carísimo precio de las energías que los políticos, hacen posible en España. De igual manera, aprovecha ese viaje, para recordarnos las estrictas normas que se van a tomar para el etiquetado del aceite de oliva, “ya saben lo preocupados que estamos los consumidores, pero que muy preocupados, con el etiquetado de ese producto“.

Como verán la estrategia de siempre de nuestros políticos en general, es poner la cámara en sitios muy alejados de los problemas que realmente le interesa al pueblo. Es por la única razón que al margen de todo esto y sin que este señor se haya dejado notar, nos enteramos de que ha prosperado una denuncia contra Iberdrola,  por inflar ilegalmente la factura de la luz, y obteniendo con ello un  beneficio adicional de veintiún millones de euros.

El hecho de que esta denuncia haya prosperado y que además haya  salido a la luz pública, nos hace ver algo de luz al final del túnel y sobre el abuso que la “clase política” y como ariete de los grandes poderes, los Malos-malísimos,  está cometiendo contra el pueblo, pero también nos hace ver más claramente, como el Ministro de Consumo, el señor Garzón, el de todo lo anteriormente  mencionado, el mismo que quiere ponernos a todos a comer gusanos, el mismo que quiere hacernos convivir en forma de comuna, no se ha hecho el mas mínimo  eco de la misma y que tanto afecta a los consumidores y por supuesto, a su ministerio.

Para nada se ha dejado notar, no creo que tenga yo que decirles, qué es por aquello de las  “puertas giratorias” -aquello que en su momento denunció el tristemente y escandalosamente y falsamente celebre Pablo Iglesias-  hoy mas engrasadas que nunca,  y que  Iberdrola -como todas las multinacionales del IBEX-35-  seguro que tiene unos cuantos sillones muy bien pagados,  pendientes de ser ocupados, por políticos “caídos en desgracia” ante los ojos de la ciudadanía que no de sus compañeros.