Alberto Núñez Feijóo ya ha hecho la primera pifia como nuevo presidente del viejo Partido Popular. Inmediatamente después de ser elegido por una aplastante, y sospechosa, mayoría próxima a la unanimidad, similar a la del líder de cualquier país dictatorial, fue a saludar a los “barones autonómicos” presentes, con los que se fundió en un abrazo, con todos, menos con una, “la niña de los huevos de oro”, a la que ni se paró a saludar. Y eso que es la que tiene menos impuestos autonómicos propios (tres) y la que más aporta a la economía de la nación.
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¿Es así como piensa unir al maltrecho partido, a cuya situación de acoso y derribo de Pablo Casado ha contribuido de forma decisiva? ¿Qué le va a ofrecer a Pedro Sánchez, la alternancia en la sinecura como en tiempos de Cánovas y Sagasta, el Turnismo? ¿Va a proponer la derogación de alguna ley de las muchas que se han aprobado abriendo de nuevo el odio entre españoles?
Algo tendrá que decir sobre lo publicado en el Expediente Royuela acerca del dinero de origen desconocido regularizado fiscalmente por una serie de personajes por importes muy superiores al realizado por el rey emérito y del que no han publicado nada los grandes medios nacionales utilizando, entre otros, Caixa Galicia, Caixa Nova y Caixa Vigo, que forman parte de la actual ABANCA sobre el que estuvo haciendo ímprobos esfuerzos ante Mariano Rajoy para que se lo vendiera a su actual propietario, venezolano de nacimiento.
Y sobre las pensiones, callados como están todos los políticos hasta que dejen caer que “Bruselas nos dice …”, en vez de recortar el gasto expansivo en subvenciones a ociosos para convertirlos en votos cautivos; o ¿por qué creen que la ultraizquierda, los independentistas y los sindicatos se niegan a bajar los impuestos y quieren dar la nacionalidad española a todos los ilegales?
Porque Núñez Feijóo es listo, pillo y tiene el colmillo retorcido, y sabe que nunca llegará a la Moncloa por sí solo, y que, si VOX le da el “sorpaso” en las próximas generales, será Alberto el Breve para el resto de la historia política española.
España es algo más que Galicia, en dónde hasta hace poco los hombres estaban en el mar y las mujeres eran las pastoras, las vaqueras y el sostén en tierra de las familias, todo bajo el control del cacique del pueblo, hasta que Manuel Fraga se inventó lo de la barca de piedra que navegaba y el Camino de Santiago, y los jóvenes huyeron a las ciudades, volviendo únicamente en las romerías y fiestas patronales.
En el año 1970 la empresa en la que yo trabajaba absorbió una entidad financiera gallega de probada reputación y junto a no más de media docena en total, recorrí ciudades, comarcas, pueblos, villas, villorrios y parroquias de todo el territorio, por lo que viví en primera persona el caciquismo existente, que lo había en toda España, pero allí, más. Ha llovido mucho desde entonces, pero ya verán ustedes como el próximo líder popular tiene apellidos antiguos en la política del partido.
El Partido Popular, como actual líder opositor, tiene que concertar ciertas políticas globales con el Gobierno, empezando por los temas internacionales, pero ser eso, oposición, controlando la actuación del poder ejecutivo, velando por la pulcritud del poder legislativo y defendiendo a ultranza la independencia del poder judicial, proponiendo soluciones alternativas que satisfagan a aquellos votantes cuyo ideario no sea el social marxismo comunismo del gobierno actual. Cualquiera otra componenda será otra cosa, menos democracia.
Visto el acercamiento tan descarado a Sorchez, del elegido por los peperos para salvar la Patria, nada de lo que usted argumenta, tiene visos de cumplirse, porque ningún bombero le pisa la manguera a otro.
En cuanto al saludo de este elemento a Ayuso, ya vi el video ayer y el comentario era general, que no la saludó. Pero no fue así, pues al abrazar, creo que a Muñeco, a su vez y con la mano izquierda, asió la siniestra de Ayuso y se la besó. No fue efusivo como con los otros, pero ese beso pudo ser o de Judas o de rendirse a sus encantos.
Quizás Feijoo devuelva el dinero robado por los socialistas situado en las islas Vírgenes Británicas.
Quizás haya una guerra contra los ingleses para devolver el dinero español,quizás la esposa y la cuñada de Feijoo rememoren a,María de Pita…
Los ingleses, habiendo cercado la ciudad de La Coruña, abrieron una brecha en la muralla y comenzaron el asalto de la ciudad vieja. Durante el mismo, mataron a Gregorio de Rocamunde,[2] marido de María Pita; ella, llena de rabia, arrebata la lanza de la bandera inglesa y, con la misma, mata al alférez que dirigía el asalto. Era el hermano del almirante Francis Drake. Esto desmoralizó a la tropa inglesa, compuesta por doce mil efectivos y provocó su retirada. La tradición dice que este hecho se llevó a cabo al grito (en gallego) de “Quen teña honra, que me siga” (que en castellano significa: “quien tenga honor/honra que me siga”).
Una vez acabada la batalla, María Pita ayudó a recoger los cadáveres y a cuidar de los heridos. Junto con ella, otras mujeres de La Coruña ayudaron a defender la ciudad; está documentado el caso de Inés de Ben, que fue herida en la batalla.[3]