La noticia de estos días en cuanto a lo laboral, es que Gerardo Cuervas, Lorenzo Amor y Antonio Garamendi, presidentes respectivamente de CEPYME, ATA y CEOE -Tres señores que tienen como función prioritaria, garantizar la “paz social “denominada de esa manera, pero que realmente esa paz, consiste en dar estabilidad al estatus de la clase política española, mientras hacen creer a sus representados que realmente están bien defendidos. Nada más lejos de la realidad, firman todo lo que le ponen por delante gobierno y sindicatos, a cambio sus organizaciones empresariales las que dirigen, reciben millonaria subvenciones de las cuales ellos por ser presidente, reciben unos sueldos multimillonarios- andan una vez más enredando a la vez que distrayendo, con la subida o no, de las cotizaciones sociales -antes de seguir deben de saber que las cotizaciones a la Seguridad Social en España, porcentualmente son de las más altas de Europa- en este caso la de los autónomos.
[160 empleos para trabajadores agrícolas y jardineros en Bélgica]
Pero no es lo peor que sean de las más altas, el problema es que las contraprestaciones son de las más bajas. Todo el que se haya preocupado de hacer números o de informarse, sabe que por la cuarta parte de lo que pagamos en Seguridad Social, una empresa privada nos daría incluso más contraprestaciones. La mayor parte de lo que hoy se paga en España en concepto de seguros sociales, es un impuesto encubierto sobre el trabajo y que aumenta notablemente la recaudación de la administración pública, esquilmando y desmotivando, a los que verdaderamente, crean riqueza.
Los Autónomos, y sobre todo, los que tienen trabajadores, ya deberían de saber que la única finalidad de las organizaciones empresariales en España o de las patronales, llámenla como quieran, es la de encubrir las tropelías que gobiernos y sindicatos hacen contra ellos, contra los verdaderos creadores de riqueza, los únicos que arriesgan su capital y los únicos que verdaderamente, buscan innovar para adelantarse al mercado. Los dirigentes de esas organizaciones viven como dioses y sus empresas en caso que la tuvieran, los menos, la mayoría ni siquiera, gozan siempre del mejor favor y las mejores subvenciones desde la propia Administración Pública.
Todas estas organizaciones empresariales y patronales están muy bien subvencionada, es más, diría que escandalosamente bien subvencionadas. Pero en general los que las dirigen, solo buscan favores personales, reconocimiento social y por supuesto los grandes sueldos al dirigirlas, a cambio de traicionar a los empresarios -a quien dicen defender- y asegurarle la “paz social” a los políticos.
Sería del todo absurdo, que los verdaderos empresarios, los que dedican su tiempo a sus empresas, esperen que los defiendan, es del todo inútil. La función de esos dirigentes, es precisamente la contrario, ponérselo mas difícil, crearles más dificultades. Si los verdaderos empresarios, quieren una organización, institución, patronal que lo represente de verdad, deben empezar, por exigir en los propios estatutos de la misma, que no permitan el ingreso de subvenciones de ningún tipo, aún menos del que dicta las leyes y las normas. No hace falta que yo le recuerde aquel refrán “no se debe morder la mano del que te da de comer” hoy más vigente que nunca.
Ni las instituciones, organizaciones y patronales representan a quienes debieran, ni los sindicatos hacen lo propio con los trabajadores, entonces ¿a que se está jugando, cuando ambos debieran ser lo pilares del desarrollo, economía y bienestar del país? Pues está claro, hundirnos en el amplio sentido de la palabra.
Una tras otra, todos esos sectores que tanto debieran influir para el bien común, van dejando un reguero de inmundicia humana sin darse cuenta que les están utilizando y que por un plato de lentejas, desoyen los verdaderos problemas que nos acucian, pensando puerilmente, que cuanto más obedezcan, mejor estatus van a conservar. Los “listos” útiles, van a durar dos telediarios, como el resto de sectores destacados de la monstruosa Administración, médicos, letrados, fuerzas del orden, etc. y por supuesto los cientos de miles de políticos que nos ahogan.
No se si la avaricia, el ego o lo que sea, no les deja ver que el papel que han adoptado ahora, es el principio también de su fin. Cuándo todo funcione con IA y esté monitorizado, todos ellos sobrarán y no estamos tan lejos de que la ficción se haga realidad al paso que, por desgracia, vamos.
Cuantas más organismos, subvenciones y palabrería brotan en una sociedad, más se diluye lo humano, lo lógico, lo ético y lo real.
Mi sensación es de llevar la mayor parte de la vida viviendo en un carrusel de palabras huecas y manipuladoras, extorsión perpetua y centrifugado extractivo de la única riqueza real: ideas constructivas + materias primas + trabajo. Lo mismo me dan políticos, que funcionarios, que empresarios que obreros sindicalistas ideologizados. Bla, bla, bla, chup, chup, chup.