mala faena

El gran maestro Cúchares, como todos los toreros, también tuvo malos días, malas tardes y malas faenas. Y así respondió Cúchares la vez que le preguntaron por una mala faena…

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«Censuraban en cierta ocasión a «Cúchares» varios amigos de su intimidad una mala faena, acusándole de no haber tratado de dominar al toro y de haber procurado quitárselo de encima cuanto antes.

¿No contaba con más recursos que ningún otro diestro para desengañar a los toros? ¿No era su habilidad superior a la de cualquier otro torero de su época? ¿No conocía todas las ventajas y tranquillos para burlar las aviesas intenciones de un astado?

Y el célebre espada les dijo:

— Con los bichos que buscan dar una desazón, enjamás se acuerda uno del arte para matarlos como es debido, y habéis de saber ustedes que para los toros que se juyen, desarman o se cuelan, no se ha jecho el alpiste».