simbología

Dicen que “más vale una imagen que mil palabras” y que cierto es ¿verdad? Recuerdo a los guardias civiles en la posición de defensa conocida como la tortuga romana, protegiéndose de la lluvia de piedras en las principales avenidas de Barcelona y también el bolso de Soraya colocado en el escaño de Mariano Rajoy, y me persiguen las imágenes del entorno de ETA celebrando sus “ongi etorri” cada vez que sueltan por la puerta de atrás a un etarra y vemos atónitos como se reintegran en su organización una vez sido liberados sin cumplir íntegramente sus condenas.

[¿Te gustaría trabajar como modelo?]

Me escuecen las fotos de portadas de los sindicatos de clases con sus flamantes banderas defendiendo su privilegiada posición de mantenidos, y me sorprenden las imágenes de las mujeres enfermas de odio hacia el hombre por serlo fuera de sí, reivindicando asuntos que están legislados en la Constitución y el Código Penal, y alucino con los carteles pagados por los ayuntamientos y las CCAA donde se hace hincapié en que los Reyes Magos de Oriente sean mujeres, o la propaganda financiada con dinero público para realizar teatros donde se enseña a quien vaya a pintarse el “toto”, recibir “chochocharlas”, masturbarse en público o construir maquetas de vaginas o vulvas para después pasearlas por las calles a modo de paso de Semana Santa.

Me sorprendo al ver a ciertas ministras cubiertas con mascarillas donde reivindican igualdad cuando viven en casas de 400 mts. Y también las que ordenan a sus escoltas que se sienten en su asiento del coche oficial por las mañanas para que esté caliente cuando la Señora ministra acceda al vehículo. No termino de creerme que un cocinero de postín escenifique un feto en uno de sus platos en “Madrid Fusión” y lo destaquen como cocina moderna o que se gaste dinero en publicitar que rezar delante de una clínica abortiva desde esta semana, es delito.

Entiendo perfectamente porqué cientos de “don nadies” que se dedican a la cultura insultan por sistema a quienes con sus impuestos financian sus mierdas que no ve ni su propia gente, y a los medios que por el mismo motivo los dan pábulo ya que al final, el objeto del producto que presentan no es el trabajo realizado en sí mismo al que denominan “obra transgresora”, sino escandalizar con ello a cambio de saber que cubrirá gastos y repartirán beneficios porque los recursos necesarios para sacar sin esfuerzo la bazofia es con dinero público.

Recuerdo con dolor la escenificación que se llevó a cabo desde la Generalidad de Cataluña cuando el presidente de mi país cedió al chantaje secesionista y se presentó en Barcelona para pactar los indultos a los golpistas, siendo recibido por un señor que al final fue inhabilitado para su cargo por corrupto y que sigue cobrando del estado de por vida y con honores. Y me viene a la memoria el cabezazo ante la bandera de Cataluña del Jefe del Ejecutivo rindiendo el Estado de cara a la opinión pública enmascarando el acto denigrante como un ejemplar ejercicio de dialogo político.

Y tengo presente todos y cada uno de los discursos del Rey Felipe VI aunque hoy solo destacaré los de Navidad en los que aparece ante los españoles sin ofrecer un solo gesto de la pertinente simbología cristiana, dando paso y resaltando obviamente el carácter laico del estado español marcado en la CE, cuando el país es culturalmente católico. Y echo de menos gestos que ensalcen la Historia de España y el papel de la Monarquía parlamentaria aunque sea discutible su legado, y me da pena cuando vemos que lleva en la solapa el pin de la agenda 2030 impulsado desde la ONU, plegando el Estado del que es Rey a los intereses espurios de una organización corrupta como la mejor muestra de la sumisión que padecemos ante organismos supranacionales despóticos, como estamos viendo estos sangrientos días.

Bueno pues como reza el título de la famosa economista María Blanco; “Votasteis gestos, tenéis gestos”. Y esta semana nos hemos tenido que comer con patatas la foto de Mohamed VI (Rey de Marruecos), saltándose su ramadán (lo cual nos es indiferente), fotografiándose con nuestro Sánchez.  Detrás del “felón”: la bandera de España al revés como símbolo de rendición y en el centro de ambos (sobre una repisa), la estatua del supuesto conquistador de la península ibérica en el año 711, Tariq Ibn Ziyad.

En fin queridos lectores; seguramente podrán aportar muchísimos más ejemplos de la felonía que sufrimos como sistema político instaurado en España, al menos desde hace tres años; y todos, estoy seguro que serán fiel reflejo de la idiocracia que padecemos y de la cual somos todos participes. Como suelen decir algunos moñas por las redes sociales: los leo…