El grupo de estados contra la corrupción, del Consejo de Europa, del que España forma parte, conocido por el anagrama de GRECO, se creó precisamente para luchar contra esa lacra.
[¿Te gustaría trabajar como modelo?]
Pero claro, no sirve de nada formar parte del GRECO, cuándo la corrupción es sistemática y endémica en nuestra Patria, se roban los fondos públicos con el mayor descaro, con la anuencia de la fiscalía, y muchos jueces y magistrados, que prefieren mirar para otro lado, para no ver nada.
Y el hecho de tener –más bien padecer- una fiscal general con tres millones de euros en Panamá, de procedencia desconocida, tampoco ayuda mucho, la verdad.
El Greco realiza periódicamente sesiones plenarias, dónde evalúa a los estados miembros, y sus “progresos” en materia de corrupción.
Debo a la amabilidad de don Javier Marzal, la remisión de la última sesión de evaluación, celebrada en Estrasburgo, los días 20-22 de septiembre de 2012, dónde España suspende, o, si lo prefieren, no progresa adecuadamente, pues ha hecho caso omiso de las 19 recomendaciones que se hicieron al gobierno del PSOE y Hundidas Podemos.
En doce de esas medidas, no se ha hecho ni caso al GRECO, y en otras siete, se ha efectuado algún cambio, pero claramente insuficiente, más que nada para hacer ver que se hace algo…
Podríamos decir, sin temor a equivocarlos, que en España la corrupción progresa adecuadamente, y va camino de un sobresaliente, o, incluso, de matrícula de honor.
Dentro de poco, de seguir así las cosas, seremos el país más corrupto de la vieja y decadente Europa, y posiblemente uno de los más corruptos del mundo, en abierta lucha con las “democracias” bananeras de Venezuela, Cuba o Nicaragua, por ejemplo.
El informe ocupa un total de diecinueve folios, que estoy estudiando detenidamente, y cuando pase la Semana Santa, y si Dios quiere, iré analizando con una cierta meticulosidad y rigor.
Pero, en estos días de Semana Santa, creo que lo mejor que podemos hacer es ponernos en paz con Dios y con los hombres, y rezar por España, para que podamos librarnos de los que lo único que hacen es “trabajar” para hundir a España y a los españoles en la miseria, y robar todo lo que pueden…
Por supuesto, a ser posible de forma “legal”, que ya sabemos que el Derecho es dúctil, y soporta toda clase de abusos de derecho y fraudes de ley, sobre todo si quienes los hacen son los que ejercen el poder, interpretando la Constitución y las leyes cómo les da la gana.
¿Cómo va a perseguir la corrupción un gobierno corrupto…?
Sería la cuadratura del círculo, y en ese caso, deberían recibir el Premio Nobel a la Corrupción y el Cinismo.
Así de claro.
Europa tiene que liberar a los ciudadanos españoles de este gigantesco expolio de corrupción generalizada.
Michael…..
Europa la alimenta dando dinero y comprando deuda a esos mismos que sabe son corruptos. Europa misma es corrupta.
Solo hay una manera de estar al margen y no contribuir con la propia aniquilación. Ésta puede llegar de igual modo pues somos hojas movidas por el viento, pero por lo menos que nos llegue sin colaborar en ello. La única manera de morir de pie es saliéndose del sistema, siendo parias voluntarios, total lo somos igual. No hay paraguas dentro del sistema, tan solo es apariencia de protección, incluso yo diría que, a día de hoy, es más inseguro estar dentro que al margen.
Hay una tribu de rumanos campando en el parque que atravieso todos los días volviendo del trabajo. Empezaron saludándome y preguntándome cómo estaba. Empezó un joven que hablaba bastante bien diciéndome que se me veía cansada, no pude ignorarlo, ahí empezó todo. He hablado con ellos varias veces y hay algo que tengo claro: ni son peligrosos, ni son infelices. Viven a su rollo al margen de “la civilización”, a su manera aprovechando lo que nosotros desechamos. Ni están vacunados (son ilegales) ni quieren estarlo, y es más, me dijeron que en eso como en tantas otras cosas, no se fían de nada que venga de “la sociedad” que nunca los ha tenido en cuenta.
Aún hay gente errante y ajena a este catafalco monumental, que lleva en su ADN los genes de la supervivencia intactos, pletóricos y a pleno rendimiento. Hablan conmigo y no recelan de mí, algo habrán notado o percibido, pues para el resto son invisibles y además encantados de serlo. Mira cómo será la cosa, que cuando llueve en lugar de colocar su mísero campamento al raso, se meten en un pasaje cubierto entre 2 fincas que da acceso al parque por la otra calle y justo están a escasos 2mts de un restaurante pijo. En la terraza de éste – tan solo separados por unas vayas de una conocida cerveza – se sientan a cenar ignorándoles los del “primer mundo” grafenados probablemente la mayoría, en una especie de trance (como vengo repitiendo hace días), que les permite estar allí deleitándose con sus delicatessen, insensibles a la miseria contigua. Esa situación que veo todos los días (menos los lunes que cierra por descanso y así les permite estar más anchos), es la imagen viva de la decadencia e hipocresía que devora la cultura occidental.
Como digo ellos viven así porque quieren, pero a ojos del acomodado, social, normativo y reglado individuo occidental, asistir impasible a la escena, es más, formar parte de ella, debería ser inaceptable, pero no, lo vive con naturalidad y normalidad mientras se llena la panza por placer. Esa “naturalidad” es vomitiva a ojos de quien contempla la escena desde fuera y con toma de conciencia (yo), aún a sabiendas que a la tribu no le duele, pero los otros personajes de la escena no lo saben. O eres “civilizado” o no lo eres, o una cosa o la otra, ambas juntas es corrupción moral.
En esa corrupción vive “el hombre de bien” actual, rasgásdose las vestiduras por el ucraniano, cuando tiene al vecino de aquél justo en el jardín (literal) de su casa “migrado” y come en sus narices por placer sin ver en ello nada malo.
La hipocresía devenida de la desconexión mental producida por eso que llaman “la zona de confort”, nos ha sumido en la decadencia más absoluta de la “superioridad moral” que lo resiste todo. Tenemos principios sí, pero no vemos la necesidad de estar a la altura de ellos. Es más, ni siquiera – una inmensa mayoría – es consciente de la contradicción misma que supone asegurar tenerlos y no ejercerlos al pie – del espíritu – de la letra.
En fin. “Es la decadencia estúpido!” (No lo digo por ti).
El imperio romano ultima su caída en estos días. Es la descomposición final. Sin filosofía y cultura cristianas occidente deja de ser.
Te lo dice una no-creyente (al pie de la letra – muerta – milagrera y demás parafernalia manipuladora del poder “de Dios” en la tierra, vía Papas corruptos; sí en las enseñanzas puras de Cristo).
Saludos.
Gracias, amigo.
Tiene usted mucha razón en todo lo que dice, y su comentario, un verdadero artículo, me ha ayudado a abrir los ojos un poco más…
Gracias, muchas gracias.
Por cierto que no entro en la polémica revisionista del Cristo histórico-Cristo religioso, ni en la de la existencia o inexistencia del crucificado de carne y hueso. Paso de que me despisten con nimiedades. Si no fue real y no es más que un símbolo para mí es irrelevante, lo que cuenta es un compendio de valores eternos que me guían, tan actuales
como imprescindibles hoy igual que ayer.
Tampoco Elena Francis era real, es más, no era una mujer sino un hombre, pero lo importante es el fondo: ayudaba a mucha gente a despejar su mente atribulada. Eso es lo que cuenta: la esencia. Justo todo lo que se ha perdido en la banalidad del mal en la que nadamos como pez en el agua.
Simbólicamente es aterrador el cambio de era si lo ves desde mis ojos. Cambiamos de la era del pez a la del acuario vacío de peces?.
En fin, no me hagas mucho caso Miguel (hasta la gente lleva nombres que ni sabe lo que hay detrás de ellos. Es más, ni considera que haga falta saberlo. Hasta prefieren inventarse enrevesados y difíciles – incómodos incluso – de dicción, con tal de “diferenciarse” y destacar, a la vez que se estabulan y confunden en la masa aborregada voluntariamente. Contradicción en estado puro. Se inventan a ellos mismos sin tradición, esencia, pasado ni enseñanza en su mismo nombre, para ser ya del todo, la nada más absoluta), pienso raro y por ello incomodo bastante, ignorame, sigue a lo tuyo.