Con el asunto de las inoculaciones ha habido, desde el primer día, un oscurantismo absoluto. Nos hemos tenido que creer, quisiéramos o no, lo que se nos ha contado por parte de los gobiernos y las propias farmacéuticas y si pedíamos explicaciones, se nos tachaba de “negacionistas” y “antivacunas”.

El asunto ha llegado a un extremo tan escandaloso, que ni siquiera los gobiernos cumplían con las normas que ellos mismos consideraban obligatorias en las inoculaciones y que, además, han estado publicadas en las webs de los organismos oficiales desde el primer día: Consentimiento informado y prescripción médica.

Piensen en lo que han respondido siempre los médicos cuando se les ha pedido la prescripción de esa inoculación, que no era necesaria y que ellos no estaban obligados a hacerla. Y eso no es algo de poca importancia, eso es algo que, en principio, debería haber despertado las sospechas de todos. Mal empezábamos cuando sucedía lo que estaba sucediendo.

Pero ha habido muchas cosas más, el famoso transporte a -80º de temperatura, mientras después se inoculaba en cualquier sitio y se mantenían los viales a plena luz del sol. El ocultamiento de los efectos secundarios, las muertes que se produjeron en residencias de ancianos desde la primera dosis… Ahora las hepatitis en los niños, las “repentinitis” en deportistas, famosos, gente anónima… Aunque no lo quieran ver, están todos cayendo como moscas.

Y después hay algo más que parece haberse olvidado: el oscurantismo de los contratos entre gobiernos y farmacéuticas. Las exigencias de las empresas a los gobiernos y la ocultación total de esos contratos a todo el mundo. ¿Alguien sabe lo que han firmado los gobiernos con las farmacéuticas en nuestro nombre? ¿Alguien sabe lo que llevan los viales? Solamente sabemos lo que las farmacéuticas nos quieren contar, que no es todo, y lo que se ha estado investigando por parte de La Quinta Columna y algunos medios alternativos más. A partir de ahí, poco más o, simplemente, absolutamente nada más.

Mientras tanto, nos hemos encontrado con que la gente ha ido a pincharse alegremente como si lo supieran todo y confiando en las palabras de tipos como Pedro Sánchez o el criminal Albert Bourla. ¿Qué más saben esos que se han pinchado? Nada. A pesar de que después digan lo que sea como mera herramienta psicológica que les calme ante una irresponsabilidad demostrada.

Por eso conviene darse una vuelta, de vez en cuando, por el pasado. Y conviene, también, analizar lo que se ha dicho cuando comenzó todo esto. Y lo vamos a hacer, además, con un medio completamente oficialista y nada sospechoso de ser “negacionista” o “antivacunas”, el New York Times.

Este medio publicaba un artículo el 1 de febrero de 2021, es decir, cuando, prácticamente, estaban empezando los pinchazos que decía: “Los acuerdos secretos por las vacunas”. Y en ese artículo nos encontrábamos con un primer párrafo que decía lo siguiente: “Además de que a los fabricantes de los medicamentos se les garantiza que gran parte de los acuerdos no se divulgarán, los contratos multimillonarios les brindan cláusulas de protección de responsabilidad, la propiedad de las patentes y margen de maniobra en las fechas de entrega y los precios”.

Y lean con atención esto:

“Cuando los miembros del Parlamento Europeo se reunieron este mes para leer el primer contrato públicamente disponible para la compra de vacunas contra la COVID-19, notaron que faltaba algo. De hecho, faltaban muchas cosas.

¿El precio por dosis? Censurado. ¿El calendario de entrega? Censurado. ¿La cantidad de dinero pagado por adelantado? Censurada.

Y ese contrato, entre la empresa farmacéutica alemana CureVac y la Unión Europea, es considerado como uno de los más transparentes del mundo”.

¿Se dan cuenta de que nunca ha habido disimulo? ¿Se dan cuenta de que siempre nos han dicho todo a la cara y, a pesar de ello, en países, como España, se ha inoculado casi el 90% de la población e incluso los niños?

Y esto, la falta de disimulo, forma parte de la propia estrategia de esta farsa. Nunca nadie que se haya inoculado podrá decir que no sabía nada, que no se le había avisado de nada, que fue engañada, que acudió sin estar informada, nunca… Siempre han publicado abiertamente todo. Siempre han reconocido sus intenciones y siempre, ellos mismos, han revelado sus propias irregularidades.

No piensen que todo esto se hace al tuntún. No piensen que a un medio como este se le ha “despistado” este artículo y los que firman el mismo son dos valientes periodistas que lo querían contar todo, no. Esta es la estrategia, contar todo lo malo por un lado y por el otro incentivar a todo el mundo hacia la inoculación.

Y cuando alguien se queje. Cuando los tribunales se pongan a investigar todas las denuncias. Cuando las compañías de seguros tengan reclamaciones, siempre podrán tener argumentos para tumbarlas y culpar a la propia víctima de haber cometido la irresponsabilidad de informarse.

Les podrán decir: ¿Tiene el consentimiento informado? ¿Se la recetó el médico? Y cuando se le responda que no, lo tendrán fácil porque todo, absolutamente todo, está publicado. Busquen y encontrarán. Pero para buscar y encontrar, hay que tener interés y no ser un simple objeto sospechoso que hace todo lo que le dice la tele. Ser vago es malo siempre, pero ser vago incluso cuando está en juego la propia vida, es de ser idiotas.

 

5 Comentarios

  1. A mí se me han muerto unos cuantos conocidos de diversos cánceres. Cánceres galopantes que en dos o tres meses se les han llevado al otro barrio, cuando antes se encontraban perfectamente. La mayoría, entre 40 y 75 años.

  2. …Bueno, pues no es por meter miedo… Pero en la cumbre del COVID que tendrá lugar en este próximo mes de Mayo en EE.UU. van a decidir hacer la “Inoculación”
    ¡¡¡ OBLIGATORIA !!!
    ¡¡¡ en todo el planeta y para todos los Ciudadanos !!!
    (“100% de “Inmunizados” contra el sentido común y contra la vida…… )

    Se supone que van a elaborar un “censo” con: “personas vakunadas- personas no vakunadas”.

    Primero abrirán un plazo para “voluntarios”/”obedientes” o “forzados” con violencia…(Como hicieron en Austria…) y después, a los que se resistan (“disidentes”, “negacionistas”, “antivakunas”, etc…) serán calificados como “peligrosos” y llevados a “campos de concentración” como los que montaron en Córdoba y Valencia, etc… ( ¿ Recordáis cómo lo hicieron en Australia ? …).

    En esa “Kumbre” se va a decidir el futuro de “La Granja Humana”, con muchas más penalidades ( Que no sólo para “Inokulaciones” viven las “ovejas”… O quizás sí ??? ) que comenzarán a aparecer a partir de Mayo para mantener entretenido al “Rebaño Borreguil” .

    No es broma. Investigad.

  3. Parece ser que las élites quieren acabar con el género humano a través de pinchazos envenenados,y también contaminar la atmósfera y hacer el mundo inhabitable.Tal vez por qué quieren irse a vivir a las ciudades subterráneas que han estando construyendo con fondos negros,a través de DARPA,allí tienen de todo,y están interconectados a través de túneles con trenes de alta velocidad.
    Gran parte de los afectados en guerras,son raptados para trabajar como esclavos en estos túneles otros son enviados a las bases de la luna o de Marte,también para trabajar como esclavos,en la extracción de metales raros y construyendo ciudades.
    Nosotros ya no tenemos ningún control sobre estos asuntos,donde se gestionan burradas de millones para construir el CERN y ahora el DAYSI,o para fabricar armas nucleares misiles y los que le da la gana,por que realmente nadie dirige todo esto,simplemente se dedican a robar fondos públicos y gastarlos en proyectos vanos y carísimos,en juguetes caros,mientras que las personas les importamos un bledo…incluso disfrutan en secreto martirizandonos.

  4. Han usado burdas estrategias para encelar a la gente con la inoculación. Primero fue el arresto domiciliario y los cánticos mediáticos a la solución final ; cuando la gente pudo salir de sus casas hubo colas, como era previsible, para ser pinchados. A eso le añadieron un poco de incentivo morboso sobre las discusiones sobre quién debía inyectarse antes, y la consiguiente indignación de la gente al saber que ciertos personajes se colaban. Siempre, además con el reclamo piadoso de inocular primero a los más necesitados (del matarile), para que el resto fuese haciendo boca. Esas trampas, junto con las otras medidas coercitivas y limitativas, consiguieron que la mayoría del personal se sintiera feliz el día en que por fin era inyectado.
    Que la gente sea un poco necia no quita para que se denuncie que el gobierno les ha engañado. Es como con los timos, la víctima merece ser reprendido, pero el timador es un delincuente. Básicamente, la gente se ha dejado pinchar porque lo decían Sánchez y la tele ; ahora deberían exigirles responsabilidades a ellos por la operación de inducción al envenenamiento.

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