Me dice un buen amigo, perteneciente a la Junta de Gobierno de una ilustre, clásica y antigua hermandad de nazarenos de Sevilla, que al parecer el Consejo de Hermandades, este año, ha prohibido el concepto de aguador junto a los “pasos” de Sevilla, la clásica función de este hombre que va dando agua a los costaleros, durante la procesión de la Semana Santa.
[¿Te gustaría trabajar como modelo?]
He escrito en más de una ocasión y cansado ya de soportar a los detractores de la Semana Santa de Sevilla, por activa y por pasiva, que la Semana Santa es una fiesta del pueblo, es verdad que nace a partir de la Pasión de Jesucristo y del conocimiento de los evangelio, pero desde el pueblo, y para disfrute a su manera, cada uno, como mejor la entiende, del pueblo.
Sin ir más lejos, el concepto de “misterio” que hoy se representa en la Semana Santa -en esos pasos que portan varias imágenes pasionarias, de ahí el término de misterio, y no el de esos otros, que portan una sola figura; Un nazareno; Jesús con la cruz a cuesta, o el aún más clásico, un Cristo crucificado- surge desde el teatro del siglo XVI, en el que se representaban teatralmente motivos de la Pasión de Cristo. Luego vino el Concilio de Trento, la Inquisición y todas esas argucias, las que habitualmente utilizan los poderes, e instituciones públicas, para manipular al pueblo y darle una orientación y una versión, de lo más interesante para “ellos”.
El sevillano es un personaje muy singular con sus muchos vicios, pero como marca la pauta, dónde hay grandes vicios, también, hay grandes virtudes. Desde donde conocemos, la historia de Sevilla, siempre ha sido, una ciudad de grandísimos contrastes, en todos los aspectos, culturales, sociales, políticos e incluso arquitectónicamente; Ya en el siglo XV, aquí en Sevilla, se construyeron edificios que cinco siglos después, siguen siendo, la envidia de buena parte del mundo, pero también en esa misma fecha, habían las mayores calamidades, miserias, los mayores enjambres de chabolas y tenderetes y con sus chinches, y sus piojos.
Pues aquí estamos otra vez; Por un lado el Consejo de Hermandades y Cofradías, que por mucho que el rancio sevillano, le dé una autoridad y le dé un beneficio que los ciudadanos de a pie no les reconoce, al menos yo, pues por encima de todo, sus componentes, buscan lo que siempre ha buscado el señorito andaluz, en este caso, sevillano.
Este año y con la farsa del covid, quieren prohibir, al menos de la manera que siempre se ha hecho, la labor del “Aguaor”, ese señor que con un botijo o un cántaro de barro, no deja de refrescar, a los sufridos costaleros , en ese momento; más que bendita agua. El motivo; que el jarrillo de lata que va de boca en boca, pudiera contagiar el citado virus y entre los mencionados costaleros.
A los profanos, les diré que en un “paso-palio” de Sevilla, con unas medidas más o menos que se mueven entre los 2 metros y medio de ancho, por entre cuatro y cinco metros de largo, trabajan y al máximo de sus posibilidades y sin apenas ventilación, treinta hombres. Por mucha milonga quieran hacer creer con la protección de las mascarillas, le mezcla entre todos los que trabajan bajo las “trabajaderas” de sus flujos corporales de todo tipo, están más que garantizado.
Una vez más, los señoritos sevillanos, los de siempre, ahora dentro del Consejo de hermandad y cofradías, aunque en muchos casos, también al frente de las Juntas de Gobierno de muchas hermandades, y solo a la búsqueda de “favores” desde el poder. Como ya decía, mi admirado Chaves Nogales –lo digo por enésima vez- “los grandes enemigos de la Semana Santa, son el Cardenal y el Gobernador Civil”. En paralelo, leía recientemente en una novela de muy reciente publicación “Costalero de Sevilla” y refiriéndose a la Semana Santa “Ella sola florece cada primavera”, así será.
Y ya para terminar de rizar el rizo, un cura, uno de esos de hoy, se dedican a hacer política y en línea con el oficialismo, ya saben, lo de la agenda 2030, aquello de no tendrás nada y serás muy feliz, a la vez que se hace la vista gorda con lo que otras religiones, nos quieren imponer; pues el hombre y desde pulpito, con una homilía, entre comillas lo de homilía, en un pueblo de Valdepeñas, hablando peyorativamente de la Semana Santa de Sevilla. Como si los sevillanos hubiéramos ido a Valdepeñas a decirle a ese individuo, como tiene que hacer el verdadero apostolado y dejar de desviar la enseñanza de lo que nos dejo, Jesús de Nazaret.
A pesar de todo esta gente, a la búsqueda de favores desde el poder, la Semana Santa de Sevilla, no deja ni dejará de reinventarse “y cuando vuelva a florecer en la próxima primavera, lo hará más hermosa y más bella que en años anteriores” por esa razón y sin temor alguno, yo hoy aquí, me limito simplemente a expresar el modo de actuar de hoy, de estos “rancios sevillanos” casi diría, de lo más rancios.
Hermandades, cofradías y dirigentes católicos (obispados) son de lo más colaboracionistas con la estafa covid y el veneno de sus vacunas, pidiendo los pasaportes de Satanás y otros engaños covid.
Muchos católicos llevan la marca de satanás inoculada con sus vacunas y puede que no lo sepan.
https://www.europapress.es/andalucia/almeria-00350/noticia-agrupacion-cofradias-almeria-recomienda-pedir-pasaporte-covid-actualizado-cuadrillas-costaleros-20220120124042.html