Durante la pandemia, las casas de apuestas han visto un aumento considerable de usuarios. En este aspecto, son muchas las personas las que buscaron una forma de apostar y jugar en línea a juegos de azar durante el confinamiento.
Sin embargo, aunque buena parte la gente puede jugar y apostar de forma recreativa y por diversión, existen personas donde se da un impacto negativo, convirtiendo el juego en una adicción.
Por ejemplo, en países como Reino Unido se ha observado un aumento de usuarios con adicción a partir de la pandemia. Ahora van en busca de ayuda, ya que la adicción puede derivar en problemas de salud mental y conducir a la delincuencia o a la quiebra.
Las tasas más altas de problemas de adicción al juego, según uno de los estudios más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se dan en Asía, Australia y América del Norte, mientras que las más bajas se dan en Europa.
Por este motivo, vemos importante dedicar un artículo a hablar sobre la adicción al juego. Te comentamos en qué consiste y cómo funciona el cerebro del jugador con adicción.
Adicción al juego: cómo funciona el cerebro
A diferencia de la adicción al alcohol y a las drogas, cuyos síntomas son físicamente perceptibles, la adicción al juego genera una serie de signos menos evidentes. Pero, ¿existe alguna forma de detectarlo?
La verdad es que sí. De hecho, existen estudios que anticipan si un jugador es propenso a desarrollar cualquier tipo de trastorno o adicción y el riesgo que tiene su inmersión en las apuestas. Para ello, existen un signo fundamental: la impulsividad.
Las personas más impulsivas y menos racionales deben tener cuidado en el mundo de los juegos de azar y las apuestas. Su riesgo a caer en adicciones si incremental notablemente.
Ahora bien, ¿cómo funciona el cerebro de un jugador adicto? ¡Te lo mostramos!
De los diversos estudios de neuroimagen se observa que hay varias regiones del cerebro asociadas al juego. Tanto así que los estudios han demostrado que, entre las regiones importantes asociadas a la toma de decisiones arriesgadas, se encuentran tres de ellas:
- El córtex prefrontal ventromedial, que participa en la toma de decisiones, la memoria y la regulación de las emociones.
- El córtex frontal orbital, que ayuda al cuerpo a responder a las emociones.
- La ínsula (que regula el sistema nervioso autónomo).
Los jugadores con adicción van a tener una mayor actividad en estas áreas del cerebro. Además, hay que tener en cuenta que, cuando los jugadores observan los resultados de su apuesta, también muestran una mayor activación cerebral en el sistema de recompensa del cerebro, incluido el núcleo caudado. En las personas adictas al juego, esta activación será mucho más intensa.
¡En el cerebro de un jugador también entra en juego la dopamina! ¿Sabes qué es la dopamina? Se trata de un neurotransmisor que ayuda a las células nerviosas a comunicarse y, también, de una sustancia química importante en el sistema de recompensa del cerebro.
En este aspecto, un estudio también reveló que los jugadores problemáticos mostraban niveles significativamente más altos de dopamina en su cerebro que las personas sanas durante una apuesta en el juego. De hecho, se concluyó que la liberación de dopamina parece reforzar la ludopatía, ya que, no sólo se produce un aumento de los niveles de excitación, sino que también se da una reducción de la inhibición de las decisiones arriesgadas.
Además, se ha demostrado que el núcleo accumbens, que desempeña un papel en el procesamiento de la recompensa, está implicado en los comportamientos de riesgo en adolescentes y adultos.
¿Cómo se puede luchar contra la adicción al juego?
En la actualidad, el trastorno del juego se diagnostica mediante el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría.
Por eso, para terminar este artículo, vamos a hablar sobre qué opciones de tratamientos existen para superar la adicción al juego.
Entre las opciones actuales, debemos destacar:
- Las terapias cognitivo-conductuales, que pueden ayudar a las personas a cambiar sus patrones de pensamiento.
- Los grupos de autoayuda.
- Los medicamentos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Estos pueden ser eficaces para reducir aspectos de los síntomas del trastorno del juego, como la depresión.
También, gracias a los estudios, sabemos que los receptores opioides del cerebro ayudan a procesar las recompensas y se sospecha desde hace tiempo que son los impulsores de la adicción. En este aspecto, muchos tratamientos buscan erradicar la adicción partiendo de este punto.
Así, en ocasiones, se realiza un tratamiento con naltrexona, un fármaco que bloquea los receptores opioides. ¡Esto puede ayudar a algunas personas con trastorno de juego y adicción! Sin embargo, hay que seguir investigando antes de que se convierta en un tratamiento estándar para los pacientes.