No es huelga, es miseria. La huelga es un derecho que podría haberse ejercido hace años, pero los sindicalistas que debían convocarla, nunca vieron la hora. ¿Puede que la culpa sea de los Rolex, que atrasan?
Si los transportistas han parado ahora, no es por derecho sino por obligación. Han parado por el simple hecho de que no pueden mantener la marcha, han parado porque les sale más barato parar, porque trabajar causa más ruina que no hacerlo, porque tienen más gastos que ingresos. Eso, en los viejos tiempos, se llamaba “quebrar”.
Algunos me diréis -¡Qué malo eres!.. ¡Ya les has quitado todo el mérito a los pobres camioneros!- Pero no, lo tienen y lo reconozco, pues sé que hay otros muchos colectivos, trabajando a pérdida, que siguen “aguantando”.
Los ganaderos están matando ganado, los pescadores amarrando los barcos y los agricultores… Esto ya no va de desmantelar la siderurgia como en los ochenta sino de desmantelar el sector primario (Probablemente para malvenderlo a Gates, como han hecho en Estados Unidos). Un gobierno que favorece (o consiente) el desmantelamiento del sector primario, está favoreciendo (o consintiendo) una hambruna. Un gobierno que favorece a los “plataneros del volcán”, sabiendo que están, igual o peor, los que cultivan cualquier otra fruta, es un gobierno de imbéciles. ¿Por qué no favorecieron el consumo de naranjas en pandemia? ¿No era la vitamina C el mejor remedio para el resfriado?
La huelga es un derecho; y como tal, es opcional. Quién tiene “derecho de huelga”, es libre de hacerla o no, como quién tiene derecho a medicarse es libre de hacerlo o no, como quién tiene derecho a educarse. Un derecho no se puede confundir con una obligación. Eso solo lo haría un imbécil. Hoy, los transportistas están parados, por obligación, porque no ven otra opción pero otros colectivos siguen aguantando. No han llegado aún a ese punto. Ya llegarán: para eso están subiendo el precio de la energía, a pesar de que el petróleo sigue bajando (A menos demanda, más oferta, ya se sabe). Si nuestro flamante rey, y su flamante corte, favorecen esa Agenda Miserable, en la que han escrito que, dentro de ocho años, no tendremos nada, lo que están favoreciendo es la “miseria drogada” de los españoles pues ¿Cómo si no esperan mantenernos felices mientras nos asfixian? ¡Qué me lo expliquen! ¿Cuántos españoles están ya recurriendo a drogas (legales o ilegales), para soportar la ruina?
Hay quién siente la necesidad de cambiar cuando ve que el agua “le llega al cuello” mientras que otros optan por aguantan la respiración, aún teniendo la cabeza sumergida. Hoy, los trasportistas sienten la necesidad de cambiar, de dejar de aguantar. Si tú aún tienes opción, puedes comprenderlos o no, pues también puedes enfadarte con ellos, criminalizarlos, y responsabilizarlos de tu desabastecimiento. En tal caso, puede que esos miserables que favorecen (o consienten) la miseria, se aprovechen de los enfadados, y nos hagan pasar hambre a todos, para proponer luego, como solución, la sustitución de los conductores humanos por máquinas. Aún no lo han hecho, porque saben que la idea de compartir carretera con vehículos sin conductor no goza de mucha aceptación (Menos si los fabrican los chinos) pero confían en que el hambre nos hará cambiar de idea. Esos miserables creen que pueden eliminar incluso el derecho a dejar de trabajar cuando no compensa. ¡Quieren obligarnos a trabajar, aún sin beneficios, aún con perjuicios! ¿Hay alguna empresa que tenga una obligación similar? Y encima esperan que aplaudamos la llegada de sus camiones-robot, como antaño se aplaudía a los sitiadores, cuando entraban, en las ciudades sitiadas, repartiendo pan. No se dan cuenta de que, cada día, somos más sabios, y vamos comprendiendo todo, mucho mejor.
Yo llevo advirtiendo esto desde que Sánchez llegó a Moncloa, hasta que la gente no asuma que el objetivo de Sánchez siempre ha sido quebrar España no podrá comprender nada, ni el nombramiento de cargos, ni lo legislado, decretado o acordado en conchabanza.
Como ya he dicho en otros comentarios yo vendí todo lo patrimonio en octubre de 2018 teniendo el convencimiento que el objetivo del nuevo gobierno era quebrar la nación y saquear la poca o escasa riqueza que pudiera tener cualquier español de a pie o sobre ruedas.
El paso del tiempo y del gobierno ha demostrado que la decisión que tomé en aquel momento era la correcta. A día de hoy he más que duplicado mi capital sin hacer absolutamente nada, excepto confiar en la experiencia y la intuición.
Desentrañar la manera de pensar de este gobierno o el que pueda venir tras la caída de éste es complejo, y aunque se ha escrito mucho de los planes futuros que nos tienen preparados el hombre no cambia ni evoluciona por lo que yo recomiendo fijarse en las cosas más elementales e inmutables para hacerse una composición de lugar y tiempo.
Yo cuando vi a “el Mierda” por primera vez me imaginé a mi mismo adentrándome en un bar de una
ciudad desconocida por primera vez y encontrarme a “el Mierda” apoyado en la barra, si ese hubiera sido el caso, no habría dudado en buscar otro establecimiento ante el convencimiento que me había metido en un lupanar regentado por mafiosos y criminales, pues con la misma resolución y convencimiento vendí todo mi patrimonio en octubre de 2018. No necesite hacer más análisis, de la misma manera que no necesito ningún análisis para saber qué Feijoó será la continuidad de “el Mierda” tras ver su gestión y leyes de la Plandemia.
Ahora, el que vote al PP que luego no se queje, porque solo se le podrá llama imbécil.
Sánchez no solamente quiere arruinar a España sino que quiere hacerla desaparecer como se la conoce, y el que vote al PP le pasará lo mismo que a Nadal, notará que no puede respirar a la vez que le dolerá el pecho… pero ya no habrá vuelta atrás.
Por cierto, el Ayatola Feijóo reclama al ejército para la huelga de transportes…
Los dos están pagados por los mismos ‘amos del mundo’. Esto ya hace tiempo que ha dejado de ser una cuestión de izquierdas y derechas, han comprado a los dos bandos. Si alguien se siente cómodo con la visión de dos bandos, que lo se fije en los objetivos de globalistas y patriotas, seguramente lo entenderá mejor.
Votar a cualquiera de los dos es votar lo mismo, es votar globalismo, vacunas, agenda 2030, calentología, ideología de género, adoctrinamiento en las escuelas, propaganda mediática masiva, etc… es votar ‘no tendrás nada y serás feliz’. Es votar más de lo mismo que ahora tenemos.
Realmente, aunque trato de respetar con todas mis fuerzas el voto de cada persona, de verdad que no puedo entender que alguien vote su ruina anunciada… no lo entiendo.
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Nota.-
“Patriotismo es cuando el amor por tu propio pueblo es lo primero; nacionalismo, cuando el odio por los demás pueblos es lo primero.” Charles de Gaulle.
Cuando digo que votar a cualquiera de los dos es votar lo mismo, me refiero a que votar psoe o pp es votar lo mismo. No me estaba refiriendo a que sea lo mismo votar globalistas que patriotas.
Quebrar una nación es la forma más rápida de hacer a su población dependiente de una ‘renta básica’ supeditada a los puntos de un ‘pasaporte social’ donde está reflejado el nivel de obediencia… si no te pinchas, o dejas de pincharte, te quintan puntos; si discrepas de la ideología de género, te quitan puntos; si discrepas de la calentología, te quitan puntos; y así, miguita a miguita, cogidos de la nariz, hasta el ‘no tendrás nada y serás feliz’.
¿Cuento chino?. Pues eso, quien no lo crea, -o simplemente vea paranóicos histéricos- que se informe de cómo lo están haciendo en China; que se informe de lo anunciado en el foro de Davos por un tal Schwab, otro de los jerifaltes del nuevo orden mundial.
El mes que el Banco Central Europeo no le compre deuda a España, ese mes España no tiene caja para pagar pensiones, paro y empleados públicos. Y a España ya no le compra deuda ni el tonto del silbato de Torrente (los chinos, a lo peor, sí).
El Banco Central Europeo ya ha anunciado (luego será verdad o no) que a partir de junio ya no nos compra más deuda, porque los ‘frugales’ del norte de Europa dicen que se han cansado de ser los pagafantas del sur de Europa. Se acabó, han puesto pie en pared y han dicho que están hartos de faroles bolivarianos y demás ‘políticas sociales’ progresistas -y estos frugales del norte, históricamente, cuentan muy bien los cuartos y no suelen salir perdiendo-.
¡Claro que esto no es una huelga!. A mi entender, es el principio de las revueltas sociales que anuncian la quiebra generalizada de empresas como fichas de dominó para dejarnos, si se lo permitimos, a merced de quien nos siga comprando la deuda con la que pagar la ‘renta básica’… ¿serán los chinos, cuando nadie más quiera prestarnos dinero?. Pero, cuidadín, con deber dinero a alguien con cara de estreñido.
Sí, por ahí lo he leído en algún comentario, y estoy de acuerdo; este mundo se viene perfilando a tres bandas: los AUKUS, Rusia con los países árabes y China con sus satélites comprados (probablemente nos compren baratito)… para que luego digan que esto no se parece al lo descrito por Goerge Orwell en su novela 1984.
Si es así, Dios nos coja confesados.
Sinceramente, espero y pido a Dios que esté totalmente equivocado en lo que aquí expreso. Ojalá que esto no sea una simple huelga; ojalá sea el principio de un movimiento social que detenga a esta macabra agenda 2030, que casi nadie quiere ver. Ojalá que, como sociedad, sepamos dejar a nuestros hijos un mundo mejor que el que recibimos de nuestros padres o, al menos, no peor. Se lo debemos.