Compartimos una anécdota taurina protagonizada por el gran Joselito «el Gallo», que denota su personalidad y forma de ser, una anécdota que hemos titulado los dulces de Joselito y que dice así:
[Convocatoria de 539 plazas para la Administración de la Junta de Andalucía]
Joselito «el Gallo» era muy goloso, vicio que acaso no se hubiera divulgado si en cierta ocasión no lo hubiera dicho su hermano Rafael, en una tertulia formada en el cuarto de la malograda «Fornarina».
En efecto, los dulces le gustaban extraordinariamente. Siempre llevaba en los bolsillos bombones y caramelos, y hasta en la misma Plaza, metido en faena, acostumbraba a saborearlos.
Es decir, que cuando todos se hallaban agitados por esa fiebre que enciende en el corazón el fuego de la inquietud, él, sonriente, sereno, animoso y confiado, ingería confituras con el placer de un chiquillo.
Por eso comentó uno en cierta ocasión:
Si endulza siempre su boca
puesto delante del toro,
merced a su arte y dominio,
él nos la endulza a nosotros.