Seguimos trayendo anécdotas del maestro Frascuelo. Hoy con una anécdota que hemos titulado las exigencias de Frascuelo. Una definición clara de cómo han de ser las figuras del toreo…
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«Una tarde del año 1883 alcanzó «Frascuelo» un triunfo muy considerable en la Plaza de Valencia, al dar muerte a seis toros de otras tantas estocadas y un pinchazo.
Las ovaciones que le tributaron quedan a la consideración del lector.
Un aficionado de Madrid que presenció la corrida le preguntó si estaba satisfecho, y Salvador contestó que no.
– ¿Pues qué querías?
-Haber estado mejor. No he quedado contento más que en un toro: en el que le he brindado a Valentín.
– Pues los otros no se han quedado vivos.
– No porque los toros mueran están bien matados — replicó «Frascuelo» —. Para eso es preciso que salgan muertos de la mano y que la manga de la chaquetilla vaya sin agremanes a casa».