La actual crisis de Ucrania, no es sólo una cuestión militar de geoestrategia mundial, sino que detrás de este enfrentamiento armado entre dos naciones hermanas, se esconde otro conflicto que se está pasando por alto en los medios de comunicación occidentales y no así en los medios de comunicación rusos.
Este conflicto religioso solapado entre Ucrania y Rusia, puede quedar resumido en la homilía que el patriarca de Moscú, Kiril, cabeza de la Iglesia Ortodoxa Rusa, dio hace unas pocas semanas, a los asistentes al oficio religioso del domingo, que se celebraba en la Catedral Moscovita de Cristo Salvador.
El Patriarca dijo literalmente: ”… ¿La invasión de Ucrania? Es correcto luchar, es una guerra contra el lobby gay… durante ocho años ha habido intentos de destruir lo que existe en el Donbass… donde hay un rechazo fundamental a los llamados valores que hoy son ofrecidos por quienes se reclaman el poder mundial … hoy existe una prueba de lealtad a este poder, una especie de transición a ese mundo ‘feliz’, el mundo del consumo excesivo, el mundo de la ‘libertad’ visible. ¿Sabes cuál es esta prueba? Es muy simple y a la vez terrible: es un desfile gay…
Las solicitudes para realizar un desfile gay se consideran una prueba de lealtad a ese mundo, tan poderoso, y sabemos que si las personas o los países rechazan esas solicitudes, se quedan fuera de ese mundo. Esto quiere decir que se trata de imponer por la fuerza un pecado condenado por la ley de Dios, y por lo tanto, obligar a las personas a negar a Dios y su verdad … lo que está pasando hoy en día en las relaciones internacionales no solo tiene un significado político. Estamos hablando de algo diferente y mucho más importante que la política. Se trata de la salvación humana, hacia dónde irá la humanidad …seremos fieles a la palabra de Dios, seremos fieles a su ley. Nunca toleraremos a los que difuminan la línea entre la santidad y el pecado y más aún a los que promueven el pecado como ejemplo o como uno de los modelos del comportamiento humano».
Hoy nuestros hermanos en Donbass, los ortodoxos, sin duda están sufriendo, y solo podemos estar con ellos, especialmente en la oración, … debemos orar para que la paz llegue cuanto antes, para que la sangre de nuestros hermanos y hermanas se detenga, para que el Señor incline su misericordia sobre la tierra sufriente del Donbass.
Como podemos comprobar, el ideario y argumentos exhibidos en el citado sermón, coinciden con el discurso que el Presidente Putín dio a la muchedumbre que asistió al estadio Luzhniki el 11 de marzo, con motivo del octavo aniversario del referéndum celebrado en Crimea, que ratificó su incorporación a Rusia en 2014. Dijo el Presidente ruso:
“Sabemos lo que tenemos que hacer, cómo hacerlo y a qué precio. Y cumpliremos absolutamente todos nuestros planes. … La razón principal de esta operación especial es el de ahorrar sufrimiento a la gente, y de evitar este genocidio contra la población del este de Ucrania … La gente del Donbás estaba rodeada. Los ucranianos lanzaron ataques aéreos contra ellos. Esto se llama genocidio. Para salvar a la gente de este sufrimiento lanzamos nuestra operación militar en Ucrania… codo con codo, nuestros soldados se ayudan, se apoyan mutuamente y, si es necesario, protegen a sus compañeros de las balas con su propio cuerpo en el en el campo de batalla. No hemos tenido tal unidad en mucho tiempo….”
El actual conflicto en Ucrania no es sólo una cuestión política; como hemos dicho al principio de este trabajo, es también una batalla por los ideales y símbolos religiosos. La Iglesia Ortodoxa desempeña un importante papel en Rusia y Ucrania.
Sabemos a cuantos fieles reúne Putin: Según la prensa rusa, más del 70% de los rusos están a su favor, apoyando la “operación especial” en Ucrania; pero nos falta el dato, de cuantos fieles siguen al Patriarca Ortodoxo de Rusia: Oficialmente, la propia Iglesia Ortodoxa calcula que son más de 150 millones sus fieles, pero esta cifra coincide con la de habitantes de la Federación Rusa, en la cual habitan muchos musulmanes y además en estos momentos, esta menguando su número por el alejamiento de muchos creyentes a causa del abandono de esta iglesia por parte de los ucranianos, que estás incluidos en este recuento aproximado.
En Rusia, la religión Ortodoxa como iglesia local, está íntimamente unida al poder temporal. Desde los tiempos de los Zares, esta unión le otorga un gran poder e influencia dentro de la sociedad rusa, pero actualmente, y como consecuencia de un profundo ateísmo postcomunista de la población, se ha convertido simplemente, en un fenómeno social de moda de la Nueva Rusia de Putin. La iglesia Ortodoxa carece de vínculo espiritual con sus fieles, los cuales participan en un porcentaje muy bajo, tanto en la liturgia, como en los oficios religiosos.
Desde que Kiril fue elegido como Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, su ideario ha coincidido con el de Putin, siendo el centro de la ideología de ambos, el concepto de Russkiy Mir. Esta convicción de la primacía del Mundo Ruso, sobre el resto de los pueblos cristianos, según esta ideología, necesariamente ha de conllevar la unión, con Rusia, de Bielorrusia y de Ucrania.
El origen de la ortodoxia rusa, tiene por tradición, el bautismo en Crimea en el año 988, del Príncipe del Rus de Kiev, Vladimiro, por misioneros bizantinos. El Príncipe, a su vez, hizo que todo su ejército fuera bautizado en Kiev, con las aguas del rio Dniper. Para los rusos, este hecho fue el origen de su nación y de su fe.
El acontecimiento, aparentemente inofensivo, es una de las bases para que dos pueblos con la misma raíz religiosa y cultural, estén envueltos en un combate cruel y fratricida. Como ejemplo de esa competencia, hemos de recordar que reinando el Zar Nicolas I, se erigió en Kiev, en 1852, una estatua de 4 metros del Príncipe Vladimiro para recordar el bautismo masivo de sus tropas. En el año 2016, el presidente Putin, colocó otra estatua en Moscú, en homenaje al mismo Príncipe del Rus de Kiev, pero de 16 metros de alto.
Los orígenes comunes de Rusia y Ucrania, los conflictos y trabas para la utilización del idioma ruso en Ucrania y la propia religión ortodoxa, se han convertido en un punto de choque.
La situación religiosa se agudiza en Ucrania, ya que existen varias iglesias cristianas y todas se consideran legítimas herederas del Príncipe Vladimiro de Kiev:
-La Greco Latina-Católica Ucraniana. Esta Iglesia sitúa su origen en la cristianización de la Rus de Kiev en 988 por Vladimiro Sviatoslávich. Desde ese año ha tenido una jerarquía ininterrumpida. Fiel a Roma e incorporada a la Iglesia católica con la Unión de Brest en 1596, conserva el rito y el calendario ortodoxo y sigue la recensión rutena de la tradición eslava de rito bizantino, en la que utiliza como lenguaje litúrgico el eslavo eclesiástico.
– La Iglesia Ortodoxa Rusa del Patriarca Kiril, con sede en Moscú, y su Iglesia Ortodoxa Ucraniana subordinada a Moscú, a las cuales están abandonando los fieles ucranianos que eran fieles a estas iglesias, como consecuencia de la agresión militar y porqué las consideran una herramienta de la política exterior rusa. Esta iglesia se opone a que la rama Ucraniana sea independiente del Patriarca de Rusia Kiril, al objeto de poder controlar la Iglesia Ortodoxa Ucraniana y los lugares ortodoxos del Monasterio de la Cuevas de Kiev, donde dentro de las grutas, yacen los restos de los primeros santos de la ortodoxia eslava, venerados en Rusia y Ucrania.
– La iglesia Ortodoxa Ucraniana Autocéfala, impulsada por el Patriarca Ecuménico de Constantinopla y creada en 1918. Fue prohibida por los comunistas. Restablecida en 1990, justo tras la disolución de la Unión Soviética, actualmente es la unión de la Iglesia ortodoxa de Ucrania y Iglesia Ortodoxa Autocéfala Ucraniana, acontecida en el año 2018. En 2019, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, concedió la autocefalia, por medio de un decreto, a esta iglesia, ahora conocida como Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Kiev. Desde ese momento se separó de la autoridad de la Iglesia Ortodoxa de Rusia, con fuerte oposición de Moscú. El actual líder de la Iglesia Ortodoxa Autocéfala Ucraniana, es el Metropolitano Epifanio I de Kiev y de Toda Ucrania, que fue elegido Primado de la Iglesia ortodoxa de Ucrania el 15 de diciembre de 2018. . El Patriarcado de Moscú rechaza su legitimidad. Esta iglesia está identificada con el patriotismo ucraniano, llegando a apoyar al ejército ucraniano que combatía en el Dombas contra los separatistas prorrusos.
La disparidad entre los Patriarcas y obispos de las distintas iglesias, ha quedado patente en sus sermones en las celebraciones de oficios religiosos y en sus manifestaciones públicas:
Onufriy Metropolitano, máximo responsable de la Iglesia de Moscú en Ucrania, condenó la invasión y pidió a Putin que la detuviera
Los sacerdotes leales a Rusia hicieron hincapié en los evangelios pacifistas en un momento en que la estrategia defensiva del país consistía en movilizar a civiles para el combate. Muchos ucranianos consideraron esa postura como subversiva o traidora.
El arzobispo Yefrem, miembro de la Iglesia de Moscú que celebraba misa en el Monasterio de las Cuevas de Kiev, exhortó a sus fieles a rezar. “Solo Dios puede traer la paz … Si llegara un enemigo, entonces sí podríamos pelear”, … Pero un punto muy importante de Ucrania, es que somos el mismo pueblo que los rusos y solo el diablo difunde la hostilidad entre nosotros”.
El primus inter pares de la ortodoxia, el Patriarca de Constantinopla Bartolomé I, el día 24 de febrero de 2022, a las pocas horas de la invasión, condenó sin paliativos el “ataque sin motivos de Rusia” contra Ucrania, posicionándose en el lado del Patriarca de Kiev y de los ucranianos y en contra del Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Rusa, Kiril. Ese mismo día mantuvo una conversación con Epifanios, arzobispo de la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de Ucrania, en la que el patriarca de Constantinopla afirmó, “… que estaba conmocionado por la invasión de Ucrania por parte de las fuerzas armadas de la Federación Rusa y su profundo pesar por este acto de flagrante violación de cualquier legitimidad internacional, así como su apoyo al pueblo ucraniano, que lucha por la integridad de su patria. Condeno este acto injustificado de ataque de Rusia contra Ucrania, Estado independiente y soberano de Europa, así como la violación de los derechos humanos y la violencia brutal contra el género humano y sobre todo contra la población civil…”
Posteriormente, Bartolomé I instó a rezar a todos los fieles de las iglesias ortodoxas para que Putin “… comprenda las trágicas consecuencias de la ofensiva militar que pueden traer consigo incluso una guerra mundial… Hay que rezar para que nuestro Dios, el Dios del amor y de la paz, ilumine el liderazgo de la Federación Rusa, para que comprenda las trágicas consecuencias de sus decisiones y acciones, y todo lo que pueda trae consigo, incluso una guerra mundial…”
Con este entramado de iglesias de Ucrania, es evidente que el conflicto entre los diferentes patriarcas está servido. Un enfrentamiento de estas características, que ha roto posiblemente para siempre la hermandad eslava entre Rusia y Ucrania, tendrá unas graves consecuencias para la Religión Ortodoxa, la cual como iglesia local y no universal, contribuye a que las distintas ramas de esta fe, se posicionen a favor de las pretensiones nacionalistas de cada territorio, llevando al enfrentamiento religioso entre sus fieles. La unión de estas iglesias va a ser muy complicado que se lleve a cabo, después de estos acontecimientos históricos tan traumáticos que han puesto en juego el futuro de la Religión Ortodoxa Oriental.
Todo correcto solo que Kirill es un judio de la KGB no es Cristiano.
https://forocatolico.wordpress.com/2015/07/07/patriarca-ortodoxo-ruso-amigazo-de-ratzinger-ejemplo-de-simonia-y-fariseismo/
https://forocatolico.wordpress.com/2018/04/20/putin-dice-que-siempre-fue-cristiano-luego-de-una-brillante-carrera-como-criminal-jefe-de-la-kgb/