Es sobradamente conocido que, como dijo Winston Churchill, la verdad es la primera baja de cualquier guerra. A mayores, Julian Assange afirma que todas las guerras empiezan por las mentiras de los medios de comunicación. Añadámosle ahora la estupidez humana, que como el Universo, es infinita.
Si a las mentiras y a la estupidez le ponemos levadura y un poco de estadística, a cargo de un fiel lacayo babeante, tenemos al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) cociendo en el horno una encuesta a la medida del Nuevo Orden Mundial (NOM) y de su delegación española.
Eso es lo que hemos visto esta semana, cuando el CIS preguntó a miles de españoles: “si Rusia no se retira de Ucrania, ¿la OTAN debería intervenir militarmente en ayuda de Ucrania?”, y también, “¿debe la OTAN mandar armamento a Ucrania?”
Los porcentajes favorables que ofrece el CIS, tan fiables como los de los españoles vacunados, son del 52% y 71%, respectivamente.
Adicionalmente, el 89% apoya las sanciones económicas a Rusia.
Es sobrecogedora la frivolidad con la que nos preguntan –y muchos responden- si estamos dispuestos a matar y morir por una causa espuria.
Pero claro, como la cabaña ovina bípeda no tiene muchas luces, basta con formular la pregunta del modo adecuado para que responda, exactamente, lo que se quiere oír.
Nótese que las preguntas dejan las hipotéticas intervenciones en manos de un ente abstracto llamado OTAN, pretendiendo ignorar -para que el entrevistado también ignore- que las fuerzas de la OTAN las integran personas, muchas de ellas españolas, y que las previsibles represalias rusas se podrían sufrir en suelo español.
En su lugar parece que preguntan por un asunto filosófico-ectoplásmico, sin efectos en nuestra realidad tangible.
A esto se debe añadir que, en razón de la complejidad del tema consultado, que la mayoría de los ciudadanos no alcanzan siquiera a vislumbrar, es como preguntar a un chimpancé por la dinámica de las corrientes marinas termohalinas. Por ello las respuestas, tanto afirmativas como negativas, son en realidad muestras de pedantería.
Pontificar sobre lo que no se entiende debería estar tipificado en el Código Penal, y sin embargo es el principal deporte de los que Ortega y Gasset llamaba los “bárbaros emergidos por escotillón”.
Supongamos que las preguntas se hubiesen planteado con implicación personal, y por lo tanto más realistas, del siguiente modo,:
1º) Si Rusia no se retira de Ucrania ¿se alistaría Vd. para combatir por Zelensky y el NOM en Ucrania?
2º) ¿Participaría Vd. en un convoy de transporte de armas a Ucrania?
3º) ¿Sancionaría Vd. económicamente a Rusia, a sabiendas de que eso causará subidas desmesuradas del precio de la energía y todos los bienes de consumo, sin subida pareja de su salario?
4º) ¿Le parece bien que Españistán se enfrente a Rusia, aunque Rusia pueda mandar un misil a su casa, que lo coja a Vd. cenando con su familia?
Y ahora soy yo el que pregunta:
¿Qué opina el lector que habría resultado de una encuesta así planteada?
Yo también.
Hablamos mucho, pero actuamos nada.
Pues yo lo tengo claro, que cada uno con su dinero haga lo que quiera, por eso desde hace tiempo decidí no pagar impuestos, claro, que sí alguien prefiere regalar su dinero a Sánchez para que se lo gaste en guerras, encuestas, corrupción, menas, igualdad a la baja y Mohamed’s no voy a ser yo el que se lo administre.
Por mi parte, tanto Sánchez como resto de caterva política pueden hacer lo que le venga en gana, pero no con mi dinero, ese lo administro exclusivamente YO.
¿A que jode, pringao? Ya te veo rellenando la declaración de la renta con esforzado empeño colaboracionista. A pagar, imbécil, que muy valiente para ir a la guerra de Ucrania pero muy cobarde para defender lo tuyo. A pagar, valiente.
Aclaracion, no me dirijo a nadie en particular, es al particular genérico, al valiente que se asusta por una multa y o un decreto inconstitucional que le priva de su libertad y no se atreve ni a salir a la calle, al guerrero ucraniano televisivo