Era una mañana cualquiera. Iba a prepararme el desayuno cuando descubrí, en mi despensa, un millón de hormigas. Bueno, la verdad es que no las conté pero te aseguro que era una auténtica marabunta casera. ¿Qué hice? Pues rociarlas con insecticida. ¿Qué otra cosa podía hacer? ¿Qué hubieras hecho tú? ¿Acaso permiten los budistas que las hormigas campen, a sus anchas, por sus despensas?
En cuestión de segundos, muchas de ellas dejaron de moverse. Unas pocas aún seguían haciéndolo, pero espasmódicamente, lo que permitía adivinar que pronto también sucumbirían; así que di por solucionado el problema. ¿Imaginas que hubiera fumigado a una manada de delfines, o de orcas, desde un avión? ¿Por qué sentimos pena por los delfines muertos y no por las hormigas muertas, y ni siquiera por las abejas, de las cuales, se supone, depende la vida humana? ¿Tiene que ver con su tamaño? ¿Se siente pues más afecto por un perro grande, como un bulldog, que por uno pequeño, como un chihuahua? ¿Puede que la pena que sentimos tenga que ver con que los delfines nos parecen criaturas mucho más espontáneas que los insectos, es decir, nos parecen mucho más cercanos a los humanos? Las hormigas nos parecen todas iguales. Todas hacen lo mismo, como pequeños robots. Tal vez por eso no sentimos culpa al eliminarlas como no sentimos culpa al tirar un juguete mecánico a la basura.
La espontaneidad, la no repetición de patrones de conducta, sin duda nos resulta atrayente a todos. Una persona que se comporta espontáneamente, mejor dicho, que no se comporta, es lo que llamamos “un tipo original”. Los humanos valoramos la originalidad y eso no puede ser más que porque nos recuerda nuestra naturaleza libre, sofocada bajo todos esos patrones de conducta que hemos ido adquiriendo con los años. Cada vez que ordenamos a nuestra mente –De hoy en adelante, evita la espontaneidad, hazlo de esta forma- nuestra mente nos obedeció. ¡Así nos formamos! ¿Cuántas veces lo hicimos? Yo le dije un día a mi mente –De hoy en adelante, evita pensar en tocar la guitarra y piensa en ganar dinero- y me obedeció; pero eso no impide que, cada vez que voy a un concierto, me sorprenda, a mí mismo, tocando una guitarra imaginaria.
Los seres humanos nos hemos llenado de artificios pero no podemos dejar de valorar la originalidad, porque la libertad es nuestra naturaleza y el artificio, la repetición, si algo evidencia es ausencia de libertad. Todos asociamos, naturalmente, libertad a creatividad y creatividad a divinidad. ¿Qué hace Dios sino crear? Pero, entonces, si Dios se expresa creando, ¿es la repetición la expresión del diablo? ¿Fue repitiendo como olvidamos nuestra naturaleza divina?
Si miras desde un avión, a cierta altura, apenas diferenciarás el tráfico de la ciudad del tráfico de un hormiguero. Desde un platillo volante, la vista debe ser, más o menos, la misma. No es que yo crea en alienígenas ni en viajes intergalácticos pero parece que los que nos gobiernan sí, pues fundaron una agencia espacial española, hace menos de un año, con la intención de colaborar en la colonización de Marte. Me pregunto si, en el caso de que existan, como ellos creen, ¿sentirán alguna pena al rociarnos con insecticida desde sus naves, cuando se enteren de que queremos ir a molestaros a su casa?
Según los izquierdistas como Irene Montero el tamaño y la edad si importan,por qué matar un ser humano de dos meses en el vientre materno no lo consideran delito,adoctrinar corromper o violar a niños o niñas menores de edad tampoco por qué son pequeños…pero a partir de los 18 años entonces ya es delito.Y que decir de los hijos postreros?,los que nacen en último lugar?,esos también son ‘los pequeños’ o ‘los menores’,ni siquiera hay termino en el diccionario para nombrar les a diferencia de la palabra primogénito.
Y luego al final personajes como Torrebruno o Lady Gaga son alabados por tener una estatura menor de la media,o los jugadores de baloncesto por lo contrario…así es la percepción actual sobre el tamaño,que como dice el refrán:todo lo exagerado es vicio y el vicio no es virtud,es decir que ya se hecha a paseo la verdad…por qué no hechar a paseo también la virtud?.
La virtud ya la echaron hace tiempo (Recuerda que virtud viene de “vir”, es decir, de varón).