El cardenal Juan José Omella, amigo íntimo de Bergoglio, negoció y firmó con la Fundación Blaquerna en diciembre de 2021 la cesión por 99 años del suelo que ocupa la histórica parroquia del Esperit Sant de Barcelona con el visto bueno de Roma. Esta decisión implicaría la destrucción del templo principal y de la capilla adyacente para construir una universidad privada, que contaría con un pequeño “templo de culto”.
Esta noticia escandalizó a los fieles el pasado domingo, día en el que se dio a conocer oficialmente la noticia. Por su parte éstos ya se están organizando a través el canal público de Telegram t.me/nodemolicionesperitsant, al que animan a suscribirse a católicos de toda España para evitar el despropósito que pretende llevar a cabo el arzobispado.
Esta parroquia destaca en la ciudad de Barcelona por haber dado muchos frutos a lo largo de los últimos años. Prueba de ello es la facilidad que ofrece para, además de recibir sacramentos como la confesión, formar parte de la comunidad parroquial mediante propuestas como acoger la adoración perpetua al Santísimo y por actividades como pueden ser Emaús, los Jóvenes de San José -salidas para ayudar a personas sin hogar- y actividades para niños entre muchas otras. Además, cabe destacar que esta parroquia retransmitió misas en directo durante el confinamiento por el COVID-19 en abierto. ¿Tendrá algo que ver todo esto con la intención de destruirla?
A través del canal de Telegram se anunciarán durante estos días acciones, noticias y oraciones a realizar para impedir la demolición del templo, que estaría planificada para noviembre de 2022.
Es impresionante que la Iglesia permita y, de hecho, autorice estas situaciones destructivas. Pareciera que algunos miembros de la jerarquía justamente trabajaran en el equipo contrario 👿, destruyendo la Iglesia de Cristo. Por 13 monedas de plata. Que vergüenza dan.
En esta iglesia se casó SALOMÉ
https://www.youtube.com/watch?v=Ax-r3d95TNs