Democracia Nacional apoya todas las movilizaciones y manifestaciones que  están llevando a cabo los transportistas españoles y también todas las  acciones que agricultores y ganaderos prepararan para defender sus  trabajos. 

Esto ya viene de lejos, en concreto desde que España entró en la UE y se  decidió en Bruselas que había que desmantelar la industria española para  que no le hiciera la competencia a la francesa y a la alemana y que la  agricultura debía deslocalizarse a países terceros fuera de Europa. 

Desde entonces nuestro sector primario agoniza, con precios de ruina que no  permiten la subsistencia de nuestras explotaciones, ahogadas por las  imposiciones de las grandes multinacionales europeas de la distribución. A  eso habría que añadir el sector pesquero, que a duras penas puede  sobrevivir, cuando España llegó a ser potencia mundial pesquera antes del  putrefacto R78. 

Ya solo les faltaban las absurdas medidas de la Agenda 2030, cuyo resultado  ha sido el encarecimiento de los precios de la energía y del combustible,  llevándoles directamente a la ruina, exactamente igual que les ocurre a los  transportistas, a los que solo les faltaba tener que pagar peajes en las  autovías, tal y como se proyecta. 

El Gobierno, ya y de manera urgente, debe bajar los impuestos a la energía y  empezar una política que asegure al máximo nuestra independencia  energética. 

DN, desde su fundación, defendió la soberanía REAL de España, no la ficticia  e inútil soberanía de los liberales. Y esa soberanía REAL consiste en tener  una agricultura, una industria y un energía fuertes y lo más autónomas  posible. Como nos ha ocurrido con tantos otros temas, fuimos objeto de todo  tipo de burlas acusándonos de malísimos “proteccionistas autárquicos” pero 

como siempre el tiempo nos ha dado la razón y en cuanto ha habido varias  crisis seguidas impuestas desde fuera (pandemia, crisis de suministros,  guerra, Agenda 2030…) se ha visto hasta qué punto España está  desprotegida y sin capacidad de reaccionar y de auto abastecerse en estas  grandes crisis. 

Este Gobierno es un lacayo de todos esos globalistas que nos han arruinado  durante décadas, por lo tanto debe caer ¡¡Todos a la calle, con nuestros  agricultores, ganaderos y transportistas!!

 

7 Comentarios

  1. Lo de “no somos ultraderecha” suena a complejo y escocimiento, y de una forma u otra es entrar en el terreno que esa chusma lleva dominando toda la vida.
    Con esta gentuza de los partidos “socialistas” (y lo mismo me da el “socialista” pepero) y sus desgastados trucos hay que usar el contraataque y una guerra psicológica sin cuartel. Además ya sabemos que tienen mentalidad de jauría y manada, por lo que lo que hay que hacer es desgastarlos uno a uno.

    • Tienes razón Oca, desde que he asumido que soy un facista ultraderechista homófobo machista insumiso fiscal duermo mucho más tranquilo,.las muneres me dicen que estoy más guapo y además con lo que me ahorro de IVA la fallecida declaración de la renta puedo invitar a mis amigos a buen vino, jamón ibérico y langostinos de Cádiz como cualquier sindicalista sin necesidad de pagar una simple cuota.

      Muchos complejos tiene la gente para lucir esplendoroso.

      • Se trata de lo que dice Odal más abajo, de que es patético etiquetar algo tan básico como el sector primaria con sus cansinas y putrefactas cantinelas. Esa gente está dinamitando el país y condenándolo a un futuro dantesco y siguen atrapados en sus trucos baratos, demostrando su maldad, su estupidez y su desconexión absoluta de la realidad.

  2. Es un grito de socorro en la producción alimentaria, su transporte y la energía que lo hace posible, sin estos esenciales trabajos, nos vamos a morir de hambre. Ni la izquierda, ni la derecha, van a poder alimentarse, hay que ser gilipollas de politizar lo esencial, que es el bien común. Comprender la locura en la que estamos, solo hay un objetivo a entender, quieren destruir España. Mires por donde lo mires, estas legislaturas han sido para llegar al extremo de la quiebra económica, destrucción de la producción alimentaria autóctona y la energía para ser dependientes. Lo que nos viene sin poner remedio, será el hambre, lo que te pongan en el supermercado, que no serán productos orgánicos 100%, serán transgénicos y hasta verás bichos y carne sintética. Si, lo que lees, lo peor de todo es que no podrás comprar nada más y menos con la zanahoria que han vendido con la renta universal.

    También hay que contar la eugenesia plandémica por intoxicación, geoingeniería, inflación para pagar la deuda corporativa, muerte silenciosa que se ceba en los inocentes y débiles que no podrán hacer frente a esta tribulación, más el problema que azuza desde Marruecos, la banca Rothschild ha comprado el banco de Marruecos y son títeres para un conflicto con España. Es tan serio el problema, que hay demasiada cigarra y poca hormiga para trabajar en el bien común, un milagro necesitamos que ocurra para revertir el gran invierno que se nos avecina.

    Saludos cordiales

    • Por supuesto. En mi caso soy euroescéptica (por ser fina) desde el el primer viñedo que nos hicieron arrancar, las primeras granjas que cerraron y las primeras industrias que hubo que eliminar para ser admitidos en la UE. Un auténtico suicidio como ofrenda de entrada. Desde entonces el campo y todo lo demás no ha hecho otra cosa destruirse y caminar hacia el desastre.

      A finales de febrero del 2020 hubo manifestaciones de tractores en las capitales de provincia. Dejé todo lo que estaba haciendo para ir a darles mi apoyo, por insignificante que fuera. Sentía una obligación moral y un temor profundo a la pérdida de lo único, lo único que es indispensable en esta vida, que es el alimento obtenido de la tierra. Lamentablemente fuimos cuatro gatos urbanitas, y los comentarios en la prensa local en la noticia de la manifestación eran todavía más lamentables y vergonzosos. Aunque cueste entenderlo parece cierto que adultos hechos y derechos han llegado a creerse que las patatas y la leche crecen por generación espontánea en las estanterías del súper. Resulta incomprensible vivir rodeado de hologramas de carne y hueso. La gente no valora lo que tiene hasta que lo pierde, sólo que en el caso de la soberanía alimentaria eso significa la muerte.

  3. Sólo darles las gracias a estos camioneros y agricultores y decirles que estamos rezando por ellos para que todo salga bien.

    Sin embargo,no debemos de olvidar,que tras todos estos sucesos,pueden haber problemas de abastecimiento,sobre todo en la ciudades…ya llevan avisándonos de que reunamos alimentos imperecederos,pastillas potabilizadoras de agua,medicamentos básicos,alguna batería solar para tener electricidad,dinero en efectivo…por qué más vale prevenir que curar.

    También queremos dar nuestro apollo y soliralidad a todas las familias españolas que están pasando hambre y muchas penurias por la pésima gestión de los okupas del gobierno.

    Debemos resistir,por qué Dios aprieta,pero no ahoga.

  4. Vaya aquí toda mi solidaridad con los transportistas, ganaderos y agricultores. Y todo mi desprecio hacia los políticos que los han empujado, sin otra salida, a estas protestas.
    No descarto que el globalismo, con la intención de arruinar España y empobrecer aún más a la clase media, haya creado las condiciones insoportables que obligan a estos sectores a la lucha por su supervivencia, con un efecto desolador para toda la economía. Pero eso no supone ni un ápice de culpa para los transportistas y agricultores. Eso hace aún más ruines a los promotores, que intentan que la opinión publica, por añadidura, se enfrente a las víctimas y no a los verdugos.

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