Vaya por delante que cualquier guerra, a priori, es injustificable, ya sea por culpa del que desde su populismo facistoide, la provoca, como del que desde su totalitarismo “imperial” y trasnochado, la declara. O, por supuesto, de esos que parece que no va con ellos, pero que ahí están, mandando armas defensivas primero, ofensivas, después, y de reunión en reunión haciendo como que están preocupados, sobre todo por cómo seguirán sus negocios. Porque, al final, siempre la pagan los mismos, el pueblo inocente, que desconoce realmente las causas y que, a veces porque le toca en un lado o en otro, y otras porque se identifica más con lo que le llega del uno o del otro, se dejan vida y hacienda en “defender” lo que otros han decidido, sin mirar por esas vidas o haciendas, sino por las suyas propias. Y, generalmente, uno y otro, provocador y declarante, más algún otro protagonista “secundario”, como decía, que también tiene su parte en el diseño aunque permanezca en la “sombra”, no sé cómo lo hacen –o sí–, siempre sacan rédito para “su causa” a costa del desastre del pueblo llano. Nada nuevo bajo el Sol, salvo escasas excepciones en parte de lo expuesto, que nada en lo mollar.
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Y en esta ocasión, vemos también dos posturas contrapuestas a uno y otro extremo del conflicto y de Europa. Mientras uno coge el fusil, aunque no esté muy claro el fondo que lo mueve, el otro coge el Falcon, éste con una claridad absoluta de su causa, su ego, más grande que el medio de transporte que lo lleva de gira, mucho más. Al final, así se pueden resumir de manera sencilla las posturas de dos cómicos, uno, el profesional, al que su serie de ficción lo ha llevado a la presidencia de su país, como si de un capítulo más se tratara. El otro, un showman aficionado que, inopinadamente, llegó también a la presidencia del suyo, desde la que día a día se ha ido “creciendo” –es un decir– en su papel –el esperpento y la mentira– y parece que va acabar con una serie sobre las bondades de su existencia, a costa de fastidiar la de sus representados –es otro decir, porque no representa ya ni a los que lo votaron, que no fue ni la cuarta parte del censo–.
No voy a entrar en el conflicto que, desde el pasado día 24 de Febrero, se desató entre Rusia y Ucrania, porque “doctores tiene la Iglesia” y yo no estoy entre ellos, por lo que no me atreveré a profundizar en sus causas o en sus posibles consecuencias, aunque parece que la cosa viene de lejos y los disparos y salidas del país no han sido extraños en los últimos ocho años, al menos. Como también parece que era otra edición más de la “Crónica de una muerte anunciada”, en este caso la de víctimas, en su mayor parte, inocentes, aunque con el daño “colateral” de que alguna no lo sea tanto. Gajes del oficio de guerrillero.
Pero sí merece la pena repasar algunos de los últimos desvaríos del “peregrino europeo”, desde hace mucho tiempo conocido como Mr. Falconeti por su afición al desplazamiento fácil, y gratis total, en el citado modelo de avión “privado”. Tampoco le vendría mal el apelativo italianizado, porque recuerda, en su forma de “atracar”, a los legendarios gánsteres de la Italia profunda, en este caso por la vía legislativa e impositiva, micrófono y BOE, mediante.
Primero -ciñéndonos sólo a los últimos días– empezó diciendo que sólo enviaría armas “defensivas”, es decir, cascos y mochilas con tiritas para, pocos días después, y cabreando “un poco” a sus socios de gobierno, tras el tirón de orejas de los europeos, pasar al envío de las ofensivas, las auténticas armas que no admiten apellido y son unas u otras, según el uso, ataque o defensa, al que se las destine. Pero a este personaje lo de contradecirse a sí mismo, o incluso a su propia contradicción, no le importa demasiado y no cabrían en un simple artículo las que lleva desde su impostada llegada, que ya formaba parte de su ego. Recordaremos cuando, poco antes del verano pasado, creó un conflicto con Marruecos por “acoger” al líder del frente Polisario, Brahin Gali, enfermo de COVID 19, que llegó a un hospital de Logroño con personalidad falsa, provocando la retirada de la embajadora del “primo” alauita, Mohamed VI. Un caso casi tan enigmático como el paso “en volandas” de la vice bolivariana, Delcy Rodríguez y, desde luego, con la misma transparencia explicativa, ninguna. Pues ahora tocó la de arena y, a través de una filtración del gabinete real del citado “primo”, nos enteramos de una carta de nuestro Pinocho Sánchez, apoyando la propuesta autonómica del Sahara Occidental que quiere Marruecos. Según la carta, para el Dr. Plagio cum Fraude, este reconocimiento es “la base más seria, creíble y realista para la resolución de esta disputa”. Consecuencia, ahora el embajador llamado a consultas es el argelino –nuestro principal suministrador de gas, por cierto– y vuelve la marroquí. Pero no hay problema porque, según el comunicado filtrado, Sánchez asegura que “España actuará con la absoluta transparencia que corresponde a un gran amigo y aliado” y, como los españoles ya sabemos, también que “España siempre cumplirá sus compromisos y su palabra”. Así que todos tranquilos que el presimiente nunca falta a la verdad. Sintomático que el único que parece haberse alegrado de la noticia, aparte del “primo”, claro, ha sido el ahora asesor de Nicolás Maduro. Sí, el tal José Luis Rodríguez, del que circuló una foto allá por 2008, con el monarca sureño, delante de una foto en la que se extendía el mapa marroquí, desde el Sahara, con la inclusión de Andalucía y Murcia, como parte de ese Al Ándalus deseado por el Islam. Y si no actuamos con firmeza, ya, puede acabar “abrazándonos” por el Este y por el Sur y Occidente, para hacer bueno el anuncio en los sesenta de Houari Bumedián: “Conquistaremos Europa con el vientre de nuestras mujeres”. Le faltó añadir, aunque lo debía intuir, “y gracias a la estupidez de sus gobernantes”.
Por otra parte, una nueva gira que lo llevó primero a Rumanía para reunirse con su homólogo –no lo conozco, pero pido perdón al rumano por la equiparación– y después a Italia, donde junto a Mario Draghi estaban también los primeros ministros de Portugal, Antonio Costa, y de Grecia, Kyriakos Mitsotakis. Encuentro éste que, una de esas “joyas” del periodismo, “de cuyo nombre no quiero acordarme”, emulando a la sin par –gracias a Dios– Carmen Calvo, citó como “entre países del arco mediterráneo”, que ya sabemos cómo, las playas del Sur portugués, como el Rocío para la de Cabra, están a orillas del Mare Nostrum. Desde allí, con su ampulosidad característica nos transmitió que “Los gobiernos de España, Grecia, Italia y Portugal les decimos al resto de colegas europeos que estamos trabajando de manera conjunta, de cara a la discusión del próximo Consejo Europeo en Bruselas, la semana que viene, en propuestas concretas, factibles y ejecutables, que tengan efectos inmediatos de reducción de los precios de la electricidad“. Por esa urgencia, nuestro gobierno, o sea, él ha recurrido a otro “primo”, en este caso el número 29, para adelantarnos que, entonces, habrá “rebajas en los precios de la electricidad, gas y combustibles”. Pero parece que esa urgencia que quiere transmitir desde Roma al resto de Europa no va con él porque no se entiende que haya que esperar al 29 de Marzo para anunciarlas. Pero no caigamos en la posible trampa, porque dice que habrá rebajas, pero no exactamente cuándo, ni sobre qué bienes concretos ni en qué cuantía ni sus repercusiones fiscales. Medidas que podrían ser contrapuestas con las que anunciaba su ministra de Hacienda, Marisú Montero, que refrendaba un nuevo comité de “expertos”, ahora fiscales, elegidos por ella para que le digan en un informe lo que ella quiere que le digan. Pero claro, mientras llega o no esa fecha, se pone en marcha alguna medida, etc., las arcas públicas siguen haciendo caja con impuestos directos o indirectos que, como en el caso de los combustibles, suponen muchas veces un 50% del coste que paga el sufrido ciudadano. Al final, puede que recupere el regalo de una bombilla, como hiciera en 2008 Miguel Sebastián –otro “iluminado” generoso con el dinero público–, que se quedaron, en su mayoría en las oficinas de Correos, porque costaba más ir a recogerlas que otra cosa, después e gastarse 64 millones de € en el “regalito”. Ahora acusa a los transportistas de “insolidarios y de haberse forrado con la pandemia”, o algo parecido. Pero es que ya sabemos cómo son los “sindicalistas de la ultraderecha” que no reciben 15 millones de subvención como los suyos, para que les mantengan tranquilas las calles, ¿verdad?
Y como lo de las contradicciones no son exclusivas, su vice comunista y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, supongo que después de otra larga “noche de trabajo” como anunciaba en su día, amenazaba con “una carga fiscal a las eléctricas, que ganan mucho”. Pero vamos a ver, Dª Yolanda “Chuli”, ¿quién cree usted que ganó más el año pasado, una compañía eléctrica que para tener beneficio tuvo que invertir cifras milmillonarias o el amigo de su excompañero de contubernio, José Luis Ábalos, cuya empresa pasó de facturar 0 € un año, sube al siguiente a facturar 53 millones de euros?
Del nuevo engendro, que no encuesta, del Centro de Invenciones Sánchez –antes de Investigaciones Sociológicas– con el que nos presenta el fiel José Félix Tezanos su “nuevo sistema de cálculo”, con el mismo fin de agradar a su jefe, obviamente, no merece la pena dedicar una línea más.
The heads the Pirogov First Volunteer Mobile Hospita. Médico jefe de una unidad de asistencia sanitaria que sirve al ejército ucraniano declara en un programa televisivo que ha ordenado a sus subordinados, castrar a los soldados rusos prisioneros que estén bajo su cuidado, además asegura que hay que matar ya los niños rusos para que ese país no tenga más futuro
https://www.rt.com/russia/552392-ukrainian-doctor-denies-castration/