Todos hemos visto estos días la espectacular materialización del hartazgo de los canadienses ante la aberrante dictadura encubierta del títere globalista colocado en Canadá, Justin Trudeau, en forma de caravana masiva de camiones y otros vehículos. Con su doble efecto de protesta llamativa y con un leve punto intimidatorio –si bien prevemos que los pequeños dictadores tienen previsto hacer uso total de la fuerza de los Estados que ellos controlan cuando sea menester- y de alteración de la economía y la vida cotidiana como resultado de la paralización de las cadenas de suministros. Todos no lo hemos visto, era una forma de hablar, sólo los que aún tenemos recursos para conocer los acontecimientos que se producen en otros rincones del mundo atacados al unísono por la misma red organizada, por encima de la censura, el veto y la desinformación ejercidas por los medios de masas predominantes y sus escuderos los cínicamente autodenominados “verificadores”.
En teoría esta decidida y sentida reacción de los camioneros canadienses tuvo su precedente en una actuación igual de los camioneros australianos en agosto del año pasado, si bien no consta que tuviera especial repercusión, ni que nada haya cambiado en el derrotado y sometido país que ha protagonizado un teatro político vergonzoso y absolutista con el numerito de Djokovic en el Open de tenis, y que sigue en su campaña de extorsión, terrorismo y apartheid “sanitario” sobre sus habitantes. También está previsto que la protesta de los mastodontes rodados tenga su réplica en Europa en febrero.
A medio camino entre la esperanza y la desesperación, se ha podido escuchar y leer estos días la pregunta en apariencia lógica: “¿y los camioneros españoles, dónde están?”. Pues hombre, imagino que estarán como de costumbre: repartiendo las necesarias mercancías de punta a punta del país y más allá de nuestras fronteras, repostando combustible cada vez a un precio más insostenible, haciendo paradas más caras dado el imparable aumento del coste de la vida, angustiados por el saqueo fiscal si son autónomos, y preocupados por la supervivencia de la empresa si son empleados.
Para el ojo y oído observadores las manifestaciones subconscientes de civilización terminal y estado de corrupción putrefacta insalvable son constantes. Es tal la dejación de funciones de todos y cada uno de los organismos e instituciones del Estado –que por otro lado no paran de aumentar en número y financiación- y tan irreversible la pérdida total de la confianza en ellos, que la gente ya reconoce con ocurrencias como apelar a los camioneros como fuerza de choque y no como los valiosos transportistas que son, que esperan que cualquiera haga algo, lo que sea, por supuesto fuera de los teatralizados, fraudulentos, amañados y tramposos procesos dizque democráticos. El parasitismo inservible, inútil y servil a fuerzas oscuras de los empleados públicos es tal que nos encontramos en la situación de que tenemos a un bioestadístico voluntarioso, un profesor medio repudiado por su universidad y un médico de familia asumiendo el análisis y estudio de lo que se está inyectando masivamente a la población, mientras los carísimos ministros y consejeros de Sanidad despachan el asunto repitiendo los eslóganes de la big farma y acomodándose en que “la EMA lo ha autorizado”, y los departamentos de las universidades financiadas con dinero público se lavan las manos. Aitor UACD y Liberum entre otros ejerciendo prácticamente de Defensores del Pueblo con su labor de vigía constante de los abusos del BOE, miles de internautas realizando funciones de recopilación de información, estudios y material por las redes y la cada vez más oculta prensa y blogs libres del mundo, para proceder a difundirla por las mismas redes, cada vez más controladas. Personas sencillas, profesionales o no, esmerándose en buscar o preparar y difundir estudios y explicaciones, sacrificando horas y horas de sus vidas para hacer lo que deberían estar haciendo los funcionarios y las universidades. Internautas independientes haciendo labores de profesional de la información, entrevistando a todas esas personas necesarias vetadas por los medios que nos obligan a subvencionar o escribiendo las columnas y las reflexiones que dichos medios jamás publicarían, organizando charlas virtuales y debates sin amañar. Personas que están entregando altruistamente sus conocimientos y saberes para que todos los conscientes del colapso del Estado y la sociedad puedan desarrollar recursos de supervivencia o aprendizaje. Redes de observadores y anotadores de los cielos cuarteados de estelas que nadie explica. Médicos y enfermeros que están ofreciendo discreta y gratuitamente su ayuda para procesos menores que se puedan controlar con facilidad y poder evitar el momento de ir a un centro hospitalario con la incertidumbre de si uno se va a encontrar a sanitarios normales o a peligrosos covifóbicos demenciados. Sanitarios que expresan sus experiencias y puntos de vista hablando en clave para eludir la inquisición de los Colegios Médicos. Padres luchando contra el maltrato a los niños y adolescentes ante la indiferencia del Defensor del Menor y los directores de los centros escolares, agricultores regalando sus desperdiciadas cosechas sacadas de la cadena comercial por las decisiones políticas, ahorros familiares esquilmados para cuadrar cuentas, etc, etc.
La dictadura se afianza, el parasitismo se aferra, la miseria por quiebra se huele, las instituciones vaguean y destruyen, el Ejército permanece ininmutable ante la invasión por el sur y luego se va al norte a las órdenes de una organización globalista, la policía protege y obedece ciegamente a los gerifaltes, los actores que fingen ser políticos malvenden de saldo todo lo que nos pertenece, los jueces cierran cajones frenéticamente. Y ante el vacío, la sensación de indefensión absoluta ante la evidencia de que las personas de la calle tenemos cero recursos para luchar contra el abuso, la mentira, las agresiones, las amenazas, la coacción, el expolio, la dictadura y la aniquilación del país, ponemos nuestras últimas esperanzas en rudos camioneros. Tan romántico y optimista como tragicómico.
Es una pena que estrujarse la sesera aún no sirva para generar criptomoneda, porque por lo menos para algo serviría el vano sobreesfuerzo por encontrar la salida a una situación como esta.
Mucho me temo que aquí no habrá respuesta por parte de los camioneros españoles porque la población española adolece del sentido patrio. No sentimos la Patria española. Los 40 años de “memocracia” se han encargado de “limpiar la era”. Aquí se siente la camiseta de un equipo deportivo o la insignia de una Peña de Barrio. ¡Pero nada más! A lo sumo, como mucho, la región o la Comunidad Autónoma (como llaman ahora).
Pensar en tu país, su historia, el legado de esplendor transmitido eso es poco menos que invocar al diablo.
Aquí puede que nos salve, y como siempre últimamente, la Virgen y lis Santos, y por la intercesión del Apóstol Santiago, que si no, estaríamos extinguidos hace mucho.
Están trabajando, donde debería estar todo el país. Si los camioneros hacen lo mismo que en Canadá le hacen el juego a los satánicos. Desabastecer el país y arruinar otras empresas. No hemos aprendido nada del movimiento 15M que fue todo un paripé para colocar a los izquierdosos de Podemos…?
De hecho el artículo exime a los camioneros de semejante responsabilidad gratuita que pretenden encasquetarles por las buenas.
Pero también hay que saber que el hecho de que todos los trabajadores sigan trabajando, cotizando y obedeciendo decretos, de momento ya sólo sirve para engordar al gran parásito y seguir bajo la falsa apariencia de un sistema que funciona, cuando es un sistema esclavista para el que cumple. Algo hay que hacer, pero desde luego no sólo los camioneros.
Sí, la solución sería paralizar completamente el país, incluidos los sanitarios. ¿Que no cuentan con el apoyo de la sociedad? Que se den de baja todos, de forma simultánea
Habría que ver qué haría el gobierno en una situación así y veríamos lo rápido que actuarían. No tendrían más remedio que dejarse de farsa y mierdas. Tenemos más poder del que creemos, salvo los acomplejados y mierdas derrotistas que creen que no se puede hacer nada. Somos legión y así debemos actuar. Sin nosotros, ellos, que son sacos de mierda, no son absolutamente nada, salvo unos parásitos inútiles.
Sin duda ! Hay un virus llamado cobardía que está atacando la mente zombi de muchas garrapatas que están entienden que si no reaccionamos ahora del sueño letárgico provocado pelos medios de desinformación y el borreguismo reinante, mañana estaremos con un sistema de crédito social como en China, que el modelo a seguir en esta PLANDEMIA, para instaurar una díctadura global sin retorno al concepto de lIberdad que tantas generaciones han luchado .
Hay mucho memo. Para alguno que oyes que dice algo acertado en algún bar de los que te dejaron entrar cuando pedían el pasaporte…la mayoría de la gente es mema, irían aún con guantes de látex si no los hubieran quitado…y sin mascarilla si la hubieran quitado…se harían PCR anales si los hubieran impuesto y rechazarían los nasales si Bill Gates hubiera dicho que son malos…He tenido experiencias tragicómicas últimamente…como la de ofrecer información a un grupo de personas en una reunión con enlaces a páginas como la de este digital…y, a la próxima reunión, el único efecto es que la única persona que tomó nota de ellas…estaba pidiendo distancia de seguridad respecto a personas que se sentaban cerca…es terrible…si no han hecho lo que han querido con nosotros los “purasangres” hasta ahora…es porque todavía no lo tienen en su agenda…porque apoyo de la gente sin duda tendrían.
EXPAÑA=”LA INVASIÓN DE LOS ULTRACUERPOS”
Si no hay camioneros españoles, casi todos son ciudadanos del este, más baratos, y otros de falsos autónomos explotados y precarizados y etc., apenas dará para el gasoil. Hace un par de décadas como tantas y tantas carreras y profesiones eran tratados y ganaban dinero como señores, eso acabó. En USA, Canadá y Australia y algún país europeo no gobernado por narco dictaduras 2030 puede que se animen más, supongo.
Están en el vacunodromo poniéndose las vacunas…. Pero que esperabas